Domingo 1ro de mayo de 2016 00:00
Recuerdo los actos del 1ro de mayo de los años 2001 y 2002 en el portón de Cerámica Zanón, en la provincia de Neuquén. Creo que ambos actos son inseparables. En mayo hace un frío tremendo en Neuquén, reforzado por implacables lloviznas leves que obligan a estar pegando saltitos todo el tiempo para generar algo de calor corporal.
Del acto del 2001 retengo la imagen de un obrero que está sobre un pequeño escenario montado para los oradores, es un obrero ceramista portando un libro grandote, rojo, casi que le cubre la mitad del cuerpo. La fábrica está a pocos meses de ser cerrada por la patronal, y los obreros están en huelga hace casi un mes, muy angustiados, y en un contexto donde la desocupación de masas golpeaba a toda la clase obrera.
A ese acto se llegó todo el espectro de lucha neuquino de ese momento: principalmente los estatales de ATE y los aguerridos docentes de ATEN, ambos enrolados en la CTA, y que venían de realizar su acto en la Legislatura (siempre se inauguran las Sesiones el 1 de mayo, qué paradoja…). Esos gigantes de la resistencia sindical neuquina durante los ’90 no resistieron la presión de las bases que los llevaron en caravana de colectivos y autos hasta la mismísima puerta de Zanón. Así se llegaba. Y lo que escucharon leer los recién llegados, desde ese improvisado palco que antes mencioné, es uno de los discursos de los mártires de Chicago frente al juez ante su condena a muerte. El lector es Raúl Godoy, la “bruja”, ya entonces secretario general del sindicato ceramista. A todos nos gustaba escucharlo. Lo recuerdo como un acto muy proletario, muy sufrido, coronado con un locro de la olla popular de Zanón que ayudaba a calentar un poco el helado mayo neuquino.
Al año siguiente, 2002, el 1ro de mayo en Zanón presentaba otro escenario: todo era diferente, radicalmente diferente, ¡más rojo! La fábrica ya funcionaba hacía meses “bajo control obrero”, se podía entrar y salir de ella sin problemas, la gente quería conocerla por dentro, charlar más relajadamente con los obreros, conocer los nuevos modelos cerámicos ideados por ellos, discutir de política, hablar de socialismo, de autogestión, de autodefensa obrera, etc.
Zanón se convertía de ese modo, a pasos acelerados, y sin que nadie pudiera preverlo, en la referencia del activismo neuquino que relevaba la hegemonía sindical de los estatales, simbólica y discursivamente, incluso más allá de las fronteras provinciales. Un puñado de 300 obreros era admirado por el activismo de la provincia vanguardia de las luchas sociales en la argentina reciente. Y esa admiración chocaba de frente con el entusiasmo reinante en la academia y en la militancia por los denominados nuevos movimientos sociales, los sujetos plurales, que iban de la mano con el rechazo a las organizaciones de izquierda, el debate y la posición de moda de esos tiempos.
El 1ro de mayo en Zanón era todo lo contrario: obreros, izquierda, fábrica, control obrero, socialismo. En ese acto además, aparecía liderando una organización que impulsaba el sindicato ceramista denominada Mesa Coordinadora Regional, que más tarde fue la Coordinadora Regional Alto Valle de Neuquén y Río Negro, un frente único de sindicatos, comisiones internas, organizaciones de desocupados y partidos de izquierda que alcanzó, mientras duró, a superar en convocatoria y capacidad de movilización a la mismísima CTA neuquina.
Como se decía entonces, Zanón era no solo una fábrica de activistas sino también una escuela de lucha: acaso las amenazas de desalojo que ya los arreciaban cotidianamente hayan sido la mejor escuela práctica para toda una generación de jóvenes trabajadores, desocupados, estudiantes y activistas de las comunidades mapuche, entre tantísimas organizaciones que solíamos organizarnos para colaborar en la defensa de la fábrica.
Discutible o no, Zanón fue por esos años eso mismo que anhelaban y explicaban los mártires de Chicago antes de ser ejecutados: “El socialismo, tal como nosotros lo entendemos, significa que las tierras y las máquinas deben ser propiedad del pueblo. La producción debe ser regulada y organizada por asociaciones de productores que suplan a las demandas del consumo…”. Y ese fue el contenido que muchos aprendimos esos 1ro de mayo en Zanón.