Este 17 de Mayo se conmemora el Día Internacional contra la Discriminación por Orientación Sexual e Identidad de Género. Un aniversario más desde que el Manual de Diagnóstico eliminó a la homosexualidad como una patología. Entrevistamos a Adriana Zanon, practica el Psicoanálisis en Hospital Psiquiátrico y es docente de la Facultad de Psicología en la UNR.
Jueves 17 de mayo de 2018 14:08
Si el DSM ya sacó a la homosexualidad como una enfermedad, ¿por qué se sigue tratando como una patología?
Es el aniversario que ahora celebramos pero tampoco hay mucho para celebrar porque a nivel discursivo no se ha avanzado demasiado a pesar de las enormes apuestas y luchas de las minorías sexuales en favor de decir respecto de su lugar de sujetos deseantes, que eso no tiene ninguna etiqueta nosográfica y además la adquisición de los derechos civilmente hablando como el matrimonio igualitario y la Ley de identidad de género. Del DSM tres la homosexualidad salió de la clasificación diagnóstica, no es más una patología escrita pero en nuestras cabezas, ¿qué es? Esa es la cuestión. Luego hay otras categorías que subsistieron muchos más años en los DSM y que es la categoría del transexualismo.
En el DSM cuatro se llamó al transexualismo “trastorno de identidad sexual” y ahora sufrió una transformación lexical y se llama en el DSM cinco “disforia de género”. En el CIE 10 que caduca en el 2018 todavía tiene la categoría diagnóstica de transexualismo. No la incluye dentro de las psicosis, en las líneas categoriales porque están escritos así los manuales.
Entonces, no existe más la tabla diagnóstica que incluya la homosexualidad ni va a existir más por todas las luchas. La cuestión es que desde el psicoanálisis hay debates y hay que poder fundamentar algunas cosas: escribí mi tesis de posgrado, la presenté en la facultad de Psicología hace poco. El tema de mi tesis es el transexualismo que me viene de la clínica porque en muchos psicóticos la cuestión del goce transexual y el empuje a la mujer (así como Lacan lo definió) es aliviante, es la propia curación. En el caso de Schreber de ser la mujer del padre en el fantasma, a ser la mujer de Dios en el delirio, esa transformación del delirio es aliviante. Ser la mujer del padre en el fantasma lo pasivizó ¿Qué pasó con los lectores de Schreber? Freud se apasionó con la erudición del iluminismo alemán, de la escritura schreberiana. También se fascinó con la escritura del delirio testimonial que hace Schreber. Freud equivoca: no pudo leer “yo lo amaba a él mi padre”, no pudo leer esa organización fantasmática y termina diciendo Freud que la homosexualidad reprimida es la base del delirio persecutorio. ¿Dónde se vio que un homosexual delire? La homosexualidad no hace delirar.
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Todo esto son investigaciones que me he autorizado a hacer para mi tesis y de la mano de mi director de tesis que es el psicoanalista francés Gérard Pommier, él escribe respecto de estos asuntos y escribió como renovar la teoría de la psicosis y también respecto de las luchas femeninas, que en su último libro que yo lo traje a Buenos Aires para la publicación y ya va a salir. La lucha femenina incluye a los hombres homosexuales o no homosexuales, o sea, terminemos con las cuestiones de etiquetas.
Esas etiquetas también sirven para visibilizar. Hay sectores que siguen siendo oprimidos y luchan por conquistar en algunos países derechos civiles y en otros, hacer que esos ya conquistados se traduzcan materialmente
Algo dijiste sobre esto pero te quería preguntar específicamente ¿cuál es el rol de la salud pública en la cuestión de la diversidad sexual? ¿Cómo son tratados estos sectores?
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No se trata de la anatomía pero sí del punto donde alguien va a hacerse intervenciones quirúrgicas para obtener ese cuerpo que podríamos decir es de su posición del “hablante-ser”, del poder decir “soy una mujer, lo femenino está en mi modo de goce”. Se hace no sólo una vagina, por supuesto la extirpación del miembro pene y la posibilidad del armado de un botón, un punto, el clítoris y por supuesto el implante de mamas. El tema del rostro y lo hormonal ayuda mucho a alguien que está identificado con lo femenino y desea portar eso como semblante de atrapa deseo, porque estamos todos en el mundo deseante y mejor que sea así.
¿Cómo se puede contrarrestar este discurso patologizante en un ámbito como el de la facultad? Teniendo en cuenta que es el lugar donde se forman los futuros trabajadores de la salud mental
¿Crees que los y las psicoanalistas están tomando en las nuevas formulaciones los reclamos del movimiento de mujeres y minorías sexuales?
Con respecto a la homoparentalidad, por ejemplo, las familias que están constituidas por dos parteners homosexuales que deciden adoptar un niño, una niña. Esas son las configuraciones de las nuevas familias. No todos los psicoanalistas están pensando en estas cuestiones, pero creo que aquellos que queden atrincherados en posiciones defensivas respecto de añorar que va a haber la vuelta de no sé qué simbólico que está caído. Esos hacen perecer el psicoanálisis. Lo simbólico ha caído, pero hay un nuevo simbólico. ¿Estamos añorando que vuelva no sé qué padre? El patriarcado está cayendo. Las mujeres acá estamos en lucha, organizadas. En Latinoamérica hay un movimiento muy importante y lo tenemos que revalorizar y defender.