La película del director inglés Sam Mendes, que retrata de forma única un episodio verosímil de la gran guerra de trincheras, se estrenó este jueves en los cines de Argentina.
Sábado 1ro de febrero de 2020 11:09
"Abajo la guerra", da ganas de gritar desde el comienzo hasta el final. “1917” está bien filmada y bien pensada. La historia de Blacke (Dean-Charles Chapman) y Will Schofield (George MacKay) ocurre en las trincheras del norte de Francia. Como anticiparon varios críticos, recuerda películas como "Rescatando al Soldado Ryan" y "Durkenque". Y hasta "Forrets Gump".
"1917" es la historia de dos cabos del ejército inglés, sobrevivientes de la Batalla del Somme, a los que se les encomienda la tarea de atravesar el campo enemigo supuestamente abandonado, trincheras mediante, con un mensaje contundente escrito en un papel: no confiar en la retirada alemana, que se ve a la vista, si no anticipar una emboscada. Más allá del bando de los cabos en el medio de la primer carnicería imperialista, no hay forma de no conmoverse y empatizar. La secuencia no necesita el aclaratorio “basado en hechos reales” porque estamos ante un homenaje al soldado Mendes (abuelo del director), o a sus relatos, en una versión ficcionada, que igual incomoda y conmueve. Es la "carnicería universal", imperialista, en pantalla gigante, primer plano y hasta con opción de 4D.
Tomas largas, increíble fotografía y muchos extras dan intenso dramatismo. 90 millones de dólares de presupuesto y una buena historia permiten que "1917" compita estos días por varias estatuillas de los Oscar.
Las imágenes del film son crueles y bellas a la vez y nunca para la tensión. Como reza el Manifiesto de Zimmerwald, de septiembre de 1915: "Millones de cadáveres cubren los campos de batalla. Millones de hombres han quedado mutilados de por vida. Europa se ha convertido en un gigantesco matadero. Toda la ciencia, creada por el trabajo de muchas generaciones, está aplicada al trabajo de destrucción. La barbarie más salvaje celebra hoy su triunfo sobre todo aquello que hasta la fecha constituía el orgullo de la humanidad". Tal fealdad universal se despliega en la pantalla.
¿En qué contexto se da "1917"?
La película transcurre entre el 6 y el 7 de abril, la primavera francesa, cuando la Primera Guerra Mundial ya llevaba 3 años y el desgaste se percibe en cada uno de los personajes.
"El año 1917 marca el giro de la Primera Guerra Mundial. La Revolución rusa es la manifestación más espectacular de la crisis que sacude al conjunto de los países beligerantes". Con esta cita arranca el capítulo sobre el ascenso revolucionario alemán en el libro de Pierre Broué sobre la Revolución en Alemania. La historia muestra algo de esto aunque no en contexto si no en el cansancio de generales, que parecen desear que todo llegue al final de una buena vez. No se esconden ni el hambre, ni el cansancio, ni los mutilados.
Y mientras tanto, sabemos que a comienzos de abril de "1917" Lenin emprendería el histórico viaje desde Suiza hacia la Rusia revolucionaria. Un tren blindado lo llevaría de regreso para dirigir la primera revolución obrera triunfante del mundo, mientras que las huelgas en Alemania empezaban a estallar. "Poner fin a la guerra mediante las huelgas" se podía leer en volantes del grupo alemán Spartakus.
¿Por qué hay que verla?
"1917" es una película más para las y los apasionados de las guerras, de las tácticas y estrategia militar, y de los films y documentales de estas y aquellas, aunque con un plus que es el desarrollo tecnológico, una fotografía excelente y la posibilidad, asfixiante, de acompañar a los protagonistas durante dos horas en una cámara que hace que estés ahí.
Pese a su precio eveladísimo que hace poco accesible un cine para todxs, y mucho más si una elige verla en 4D, la película puede verse online. Aunque, desde ya, no es lo mismo.
Recomendamos verla, además, porque te lleva a pensar cómo en una guerra de tal magnitud la vida de millones pende de un hilo y por eso en parte deseás, verdaderamente, que la misión de Blacke y Will sea exitosa, que encuentren al hermano del primero y den con el coronel Mackenzie. Como si ello cambiara la historia de millones de obreros e hijos de ellos muertos en los campos de batallas, en mugrientas trincheras y en ciudades desvastadas. La magnitud de la empresa imperialista y la traición de la socialdemocracia no pueden soslayarse.
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Como otro aporte, y si querés saber más y conocer los debates y elaboraciones que se dieron al interior del marxismo revolucionario en esta época de crisis, guerras y revoluciones, te invitamos a los talleres del libro "El Estado y la Revolución", de Lenin, que se están desarrollando en todo el país, en los locales y clubes del PTS-FIT y que arrancan este miércoles 5 en Mendoza y el sábado 8 en Salta.
Estamos hablando de un libro que escribió Lenin durante "1917", cuando la paz era la bandera de millones y no podía pensarse separada de esa revolución que empezó en febrero bajo las demandas de "pan, paz y tierra" y llevaría en octubre al poder a la clase obrera de la mano del Partido Bolchevique.

Virginia Pescarmona
Docente, Corriente 9 de abril/Lista Bordó, Mendoza