Podrían seguir gobernando con el apoyo de los socios de investidura de 2019, pero necesitarían de la difícil abstención de Junts. La posibilidad de un gobierno PP-Vox queda derrotada, pero no las políticas de derecha. Sánchez ya ha acordado con Bruselas iniciar un ajuste de 20.000 millones para 2014 y 2025.
Domingo 23 de julio de 2023
Contra los pronósticos vaticinados por la mayoría de las encuestas, el gobierno de coalición entre PSOE y Sumar podría revalidarse según los resultados de las elecciones generales de este 23J.
Con una participación del 69% - 3 puntos más que en 2019 – y con el 99% del voto escrutado, la “anunciada” victoria de las derechas no ha llegado. El PP mejora sus resultados, pasando de 89 a 136 diputados, pero queda lejos de la horquilla de 145/155 que le prometían los estudios demoscópicos. Absorbe los 10 diputados del extinto Ciudadanos y los 19 que pierde Vox. La extrema derecha de Vox sufre una importante bajada, de 52 a 33 diputados.
El PSOE no solo no ha bajado, sino que sube ligeramente de los 120 diputados a los 122 obtenidos hoy. Sumar logra mantenerse, con 31 diputados, 7 menos que los 38 obtenidos por Unidas Podemos, Más País y Compromís en 2019. Tanto el adelanto electoral como la campaña de movilización del voto contra la derecha, les permitiría como bloque sostener los resultados de 2019 cuando sumaron 155. En este marco, en la interna del neorreformismo, Podemos resulta como el gran perdedor.
En Catalunya, el PSC logra ocupar la posición de fuerza más votada, a costa sobre todo de la debacle de ERC a quien casi triplica en votos y que se deja 6 diputados hasta los 7. Queda como primera fuerza independentista, aunque empatada con Junts en escaños, y la CUP no logra reelegir sus dos diputados de 2019, perdiendo más de la mitad de los votos. La debacle del procesismo se conforma y el proyecto de restauración autonómica encabezado por ERC y el PSC beneficia especialmente a uno de los partidos del 155.
En Euskal Herria, EH-Bildu obtiene unos buenos resultados y 5 diputados, a los que hay que sumar el electo por Navarra, y quedan casi empatados en votos con el PNV en el País Vasco, que llega justo a los 5 necesarios para la formación de grupo parlamentario. Si bien no hay sorpasso por poco más de 2000 votos, el proyecto más abiertamente socialdemócrata de la izquierda abertzale parece que le permite reeditar la misma operación que ERC realizó en Catalunya con el espacio convergente.
En Galiza el BNG logra revalidar su diputado, mientras que otras formaciones regionalitas desaparecen, como el PRC de Revilla que rehusó presentarse o Teruel Existe. UPN logra mantener uno de sus dos diputados, y entre las formaciones Canarias, NC desaparece del Congreso y CC, que se presentaba en solitario, se queda con un diputado.
En Andalucía, el PP logra por un punto la anunciada posición de primera fuerza, y el PSOE recupera músculo en su histórico feudo electoral. Adelante Andalucía, la formación impulsada por Anticapitalistas, repite la debacle electoral de las municipales, quedando sin representación por Cádiz, con apenas 9000 votos.
El mapa que queda en el Congreso hace inviable cualquier intento de investidura de Feijoó, aunque no es descartable que quiera intentarlo apelando a ser la lista más votada. El proyecto reaccionario de un gobierno PP-Vox, como los que ya se están implementando en decenas de ayuntamientos y comunidades como la valenciana o Extremadura, sufre así una importante derrota. Sus discursos de odio y sus políticas contra la clase trabajadora y sectores populares no convencen a las mayorías que esperaban.
El gobierno de coalición, sin embargo, puede intentar reeditar el bloque de investidura de la moción de censura contra Rajoy y la de 2019. Los votos de ERC, EH-Bildu, PNV y BNG le serían suficientes, si Junts acepta abstenerse. Viendo el papel jugado por las formaciones de centroizquierda independentista y la derecha vasca, como un soporte estable a la labor de gobierno, sus síes están casi garantizados.
Sin embargo, Junts y Puigdemont es probable que decidan plantarse. De momento han exigido como mínimo la amnistía y un referéndum de autodeterminación. El PSOE del 155 es imposible que se las dé. A pesar de su campaña de "que viene el fascismo", tanto Sánchez como Sumar seguramente optarán por renunciar a la Moncloa y darle una segunda oportunidad a Feijoó y Abascal, antes que atender dos demandas que apoyan el 80% del pueblo catalán. Su supuesto "antifascismo" termina donde comienza la Corona.
Solamente una renuncia de Junts, que tampoco sorpendería viniendo de quienes vienen de claudicar abiertamente tras el referéndum del 1 de octubre de 2017, podría evitar una repetición electoral.
De ser así, el proyecto de Sánchez y Díaz, podría mantenerse. Una versión, aún más moderada, de lo visto estos últimos cuatro años. No solo continuarán con el despliegue de las políticas de reparto de miles de millones entre el IBEX35 de los Fondos Europeos, el rearme o las políticas de fronteras blindadas, sino que ya han acordado con Bruselas iniciar un ajuste fiscal de 20.000 millones en los próximos dos años.
Por lo tanto, si bien el proyecto de la derecha ha sufrido una derrota, esto no elimina del horizonte inmediato que se seguirán aprobando y aplicando políticas de derechas, aunque sea con el sello “progresista”. Todo en un contexto que sigue signado por la pérdida de poder adquisitivo de los salarios o crisis como la de la vivienda.
Las fuerzas gubernamentales y sus socios parlamentarios querrán hacerlas pasar como han hecho esta legislatura como un “es lo que hay”, y la burocracia sindical y de los movimientos sociales alentarán a no movilizarse contra “su” gobierno. Contra la resignación a la que el mal menor nos quiere condenar, toca prepararse para enfrentarlas con la movilización y autoorganización de la clase trabajadora y los sectores populares, a la vez que avanzamos en construir una izquierda anticapitalista, socialista y de independencia de clase que no caiga en la trampa del mal menor.