En junio de 1992 Fito Páez lanzó el disco más vendido de la historia del rock argentino. De Spinetta a García. De Antonio Carmona a Mercedes Sosa. De Cerati a Calamaro. Una selección de músicos para una obra maestra..
Viernes 9 de junio de 2017
“Si suponemos al hombre como hombre y a su relación con el mundo como una relación humana, sólo se puede cambiar amor por amor, confianza por confianza, etc. Si se quiere gozar del arte hasta ser un hombre artísticamente educado; si se quiere ejercer influjo sobre otro hombre, hay que ser un hombre que actúe sobre los otros de modo realmente estimulante e incitante. Cada una de las relaciones con el hombre -y con la naturaleza- ha de ser una exteriorización determinada de la vida individual real que se corresponda con el objeto de la voluntad. Si amas sin despertar amor, esto es, si tu amor, en cuanto amor, no produce amor recíproco, si mediante una exteriorización vital como hombre amante no te conviertes en hombre amado, tu amor es impotente, una desgracia". Karl Marx - "El poder del dinero" (III Manuscrito económico-filosófico, 1844)
Hasta los revolucionarios mas científicos le han hablado al amor, pero Fito Páez lo hace desde su experiencia personal, llena de emociones de todo tipo. Amor hacia la vida, a sus abuelas, a sus parejas, a sus amigos y también amor hacia la música.
Si bien no es una obra conceptual, "El amor después del amor" tiene una coherencia descriptiva narrando historias de amor, y ramificaciones que se desprenden de esta como el sufrimiento, la soledad, la libertad, la rebeldía, la esperanza, el dolor, la tristeza y la alegría. Fito le pone alma a la música y vida a las letras. El rosarino en esta placa se perfila decididamente hacia un estilo más pop que sus antecesores abarcando el misticismo, el surrealismo, el cine, las novelas y las raíces latinoamericanas.
El álbum, cuyo presupuesto se estimó en 150.000 dólares, fue producido por el chileno Carlos Nerea (quien llego a ser técnico de sonido de Prince) encargado de la parte artistica y el ingeniero de sonido ingles Nigel Walker (quien trabajo junto a Pink Floyd y Paul Mc Cartney entre otros). Con maquetas realizadas en José Ignacio (Uruguay), ensayado en “La escuelita” de Almagro y grabado en Ion (Bs As); voces en Madrid (España) y cuerdas en los estudios Abbey Road de Londres y Air Estudio, propiedad del mítico George Martin.
Los platillos abren El amor después del amor. Canción que es potente melódicamente, con una interpretación vocal solida y un gran trabajo en los coros de la dama del rock Claudia Puyo. Twetty González, programador, aporta ideas tecnológicas en muchas partes del disco, como unos loops en el arranque de esta tema.
En 1991 el director Ridley Scott filmo una road movie llamada Thelma y Louise. El músico rosarino adapto esta historia de amor y aventuras de las chicas para “Dos días en la vida”. El grito de libertad y valentía está presente en la canción todo el tiempo. Páez tempranamente le hace un guiño al cine. Celeste Carballo y Fabiana Cantilo suman unos coros extraordinarios llenos de frescura. Dos días en la vida es feminista e imponente.
La verónica tiene una letra de amor cristiano. Es el momento más espiritual de Paez. De precisos arreglos, con un tambor electrónico sutil y un descollante bajo de Guillermo Vadala.. Trafico por Katmandú es bien rockera, agresiva. Tema con mucho texto que arranca con un poderoso riff. Lennoniana a lo Come Together. Páez escupe desesperanza, habla sobre dios, el AZD (uno de los primeros fármacos para combatir el Sida) y toda la mugre que esconde el sistema explotador. El cantante de flamencos Antonia Carmona, uno de los tantos músicos invitados, pone su exquisita voz en el puente de la canción.
Pétalo de sal es melancólica y bien spinetteana en la intro. Sutil, cálida y conmueve cuando entra la voz de L.A.S. Además el flaco le aporta arreglos de guitarra a esta bella canción. Los dos primeros minutos pareciera que hablara la razón en Rodolfo, pero cuando entra Luis, es el corazón quien dispara una ráfaga de sentimientos puros.
En Sasha Sissi y el círculo de baba encontramos surrealismo. Hay exploración de sonidos con guiños hacia lo oriental con armonías darks. Compuesta y grabada casi a la vez, es muy espontanea. Utilizando metáforas y analogías de un sapo y una víbora toda la canción suena misteriosa y encantadora a la vez. Amor letal en toda su dimensión. Daniel Melingo nos deleita con el clarinete y Ulises Butrón muestra toda su destreza en las guitarras voladoras del final. El cineasta Adolfo Aristarian está detrás del videoclip censurado por mucho tiempo.
Un vestido y un amor cierra la primera parte del álbum con una sinfonía magnifica y grandes arreglos de cuerdas. Paez encuentra nuevamente el amor y no lo disimula. Este track llego a ser versionado por Caetano Veloso, Ana Belen, Mercedes Sosa y Raimundo Fagner entre otros.
La rueda mágica era empujada por Páez al final de cada recital. La gira mágica 93 llevo al rosarino por toda América, recalando por primera vez en La Habana y convirtiéndose en el primer músico extranjero en tocar en la Plaza de la Revolución.
Tumbas de la gloria es existencialista, con mucho texto otra vez. Su melodía tiene origen parisino y se acerca al tango con unas modulaciones maravillosas. Paez lo define como de un “apresuramiento del fraseo” que hace mas “extraña” y seductora a la canción. El espíritu de Piano Bar de García se encuentra presente por acá. Es la Don’t let me Down (No me dejes caer) criolla. Una de las letras más conmovedoras de toda la discografía del rosarino. La vida, la muerte, el miedo, el dolor y el amor se conjugan en una gran carga lirica conectada con el discurso armónico. Cerati aparece con las grabaciones de unas guitarras sampleadas por González que le dan un matiz oscuro y genial al track. Quien no se ha escapado a otra ciudad...pero no sirvió de nada?
"Tu amor abrió una herida porque todo lo que te hace bien siempre te hace mal. Tu amor cambió mi vida como un rayo para siempre, para lo que fue y será”
La rueda mágica tiene una base beat de Daniel Colombres. Este track nos dio la posibilidad de escuchar en una misma canción las voces de García, Calamaro y Páez, en sus momentos justos. Charly en medio día de sesión aporto parte de la letra.
“Sólo si supieras que yo sin ti ya no podría mas vivir"
El disco baja revoluciones con “Creo”, una balada que toca fibras íntimas. Desoladora, romantica y esperanzadora a la vez. Con aportes en guitarras y coros de Gustavo Cerati. El rosarino por momentos es estremecedor; “Creo que al fin nada tiene fin, creo desesperado. Creo que morir es una sensación. "Creo que vivir, podriaserloperoahoraesalgomuchomasreal"…
Detrás del muro de los lamentos es una especie de zamba con ritmo latinoamericano. Una triste historia de amor entre un hombre y la humanidad. La inigualable Mercedes Sosa pone su voz como un manto lirico. También participan grandes folkloristas como Lucho González (con unos arreglos exquisitos en guitarras) Chango Farías Gómez y Raúl Carnotta en las armonías. El bajo de Chucho Marchand redondea una canción fantástica. “Navegar, navegar, navegar”.
La balada de Donna Helena es novelesca y refuerza la idea de la mujer presente en casi todas las canciones del disco. “Me recordaba a los cuentos que me contaba mi tía para asustarnos cuando éramos chicos” comenta el rosarino al respecto. Fito hizo de esta cancion una película que dirigió. Fue su primer cortometraje.
Nigel Walker. El ingles que domina el pop en español. “Todo lo salvaje que hay en el disco él lo estimulo” cuenta Fito.
Brillante sobre el mic es el himno nostálgico de este disco. Podría ser el soundtrack de la película de tu vida. Las voces de fondo destilan suaves carcajadas. La batería del tema es como un corazón latiendo con el pulso acelerado.
Final abierto para A rodar mi vida, rockera y divertida con la participación con unas guitarras de Ariel Rot; totalmente redituable en el final de cada concierto.
“Es un disco que respira…Si tuviera que contarme con un disco me podría contar bien con este album”… estas últimas afirmaciones son de Paez Avalos pero podrían ser de cualquiera de nosotros.
Dejar, amar, llorar