Las manifestantes del pasado 25 de noviembre fueron recibidas en las calles de la Ciudad de México por un despliegue policial de 2 mil 500 elementos.
Viernes 26 de noviembre de 2021
Imágenes: Elizabeth Sauno para la Izquierda Diario México
México, uno de los países donde más feminicidios y transfeminicidios ocurren, es también el país en el que el gobierno actual lejos de resolver las demandas de las familias, activistas, trabajadoras, disidencias sexuales, refuerza los discursos de odio llamando “fascistas” a quienes se movilizan y mantiene la política de represión.
En el marco de la movilización del 25 de noviembre por la erradicación de la violencia, la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, recibe a las manifestantes con un despliegue policíaco de 2 mil 500 elementos y así refrenda su compromiso el gobierno de la Ciudad de México "para que todas podamos desarrollarnos en un entorno libre de violencia, con igualdad sustantiva".
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Días previos al 25 de noviembre, Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, el pasado 20 de noviembre, Día de la Remembranza Trans, la movilización organizada por familiares, organizaciones, infancias y adolescencias trans, fue reprimida por el equipo especial de seguridad capitalina.
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Claudia Sheinbaum aunque se dice "feminista", en línea con la política del gobierno federal de AMLO, desde que empezaran su gobierno, ha implementado aparatosos despliegues policiales con equipo especial de seguridad, quienes usan gases y la fuerza en contra de las manifestantes. Asimismo, mientras pide que se realicen manifestaciones “pacíficas y sin violencia” para justificar el uso de la violencia estatal, no tiene una política para erradicar la violencia y no responde ante las exigencias de justicia por los feminicidios, desapariciones, acoso y violaciones sexuales y sobre la precarización; espiral de violencia que se ha exponenciado durante la pandemia.
Violencias en la Ciudad de México
La Ciudad de México se encuentra entre los estados con las cifras más altas de feminicidios —en el que están incluidos el Estado de México, Jalisco, Veracruz, Chiapas, Nuevo León y Sonora. En lo que va del año 2021, se han registrado 692 feminicidios en el país y en los últimos meses se han registrado un aumento brutal histórico desde el 2015 de acuerdo a las propias cifras del Sistema Nacional de Seguridad Pública, confirmado también por organizaciones y ONG de mujeres y feministas.
Antes de la pandemia, las mujeres ocupaban los puestos más precarios, pero ahora, con los estragos de la crisis económica, son las mujeres quienes, en la primera línea de cuidados en el sector público y en los hogares, vieron aumentar sus cargas de trabajo no remunerado, y además, son quienes mayormente quedaron desempleadas —por cada 10 desempleados, 7 son de mujeres— y en quienes recae la pobreza laboral principalmente, lo cual asienta las bases de la violencia estructural, que también ha tenido responsabilidad el gobierno de la capital.
Esto se puede ver con los despidos masivos en los sectores estatales, puestos ocupados en su mayoría por mujeres, así como en los programas de gobierno que cada año deja sin trabajo a miles de jóvenes como denuncian en los programas de Pilares y Jóvenes Construyendo el Futuro, quienes, al no ser contratados y ser becarios, no cuentan con derechos laborales. O también la huelga de Notimex, que en su mayoría son mujeres que llevan más de un año sin solución. O la represión que han sufrido les integrantes del Tianguis Disidente por parte de la policía capitalina.
Las desapariciones de mujeres también han incrementado en la ciudad, como en el país. Entre 2019 y junio 2021 se reportaron mil 666 personas desaparecidas, de las cuales mil 57 fueron encontradas, 609 continuan desaparecidas y 89 se encuentran sin vida según el Registro Interno de Personas Desaparecidas de la Comisión de Búsqueda de Personas de la Ciudad de México de 2021.
¿Por qué Claudia Sheinbaum requiere despliegues policíacos desmedidos para garantizar una “manifestación pacífica”?
Si bien una de las banderas del gobierno actual es la cuota igualitaria en los puestos políticos para disminuir la brecha de desigualdad, lo que vemos como resultado es que esto no garantiza que las demandas y exigencias del movimiento de mujeres, feminista y disidencias sexuales sean resueltas y menos aún que se traduzca en una política para erradicar la violencia y transformar las condiciones estructurales que la generan y amplifican.
Desde que iniciara el gobierno de la llamada "Cuarta Tranformación", en las movilizaciones principalmente del movimiento de mujeres, feminista y de las disidencias sexuales, se ha visto una permanente línea política de represión, reforzada por la idea de “seguridad” que el gobierno federal aplaude para mantener el “orden” y llama a las movilizaciones de mujeres “facistoides”.
Además de la indolencia que muestra el presidente por las demandas del movimiento de mujeres, también su gobierno ha buscado instalar la idea que la única “izquierda” que existe en México es la “cuarta transformación” y por ello asegura cualquier sector crítico de su gobierno “está en contra de él”. Hablamos no del oportunismo político de los partidos del régimen, sino de las movimientos y organizaciones que se movilizan con independencia política del gobierno.
En el caso del movimiento de mujeres, AMLO ha buscado tener legitimidad reforzando la idea del “conservadurismo y la supuesta violencia de las movilizaciones”, minimizando las exigencias y demandas de justicia para ocultar una realidad de violencia que no ha cambiado durante su gobierno mexicano y se acentúa para miles de mujeres en México, al que no ha dado respuesta el estado mexicano.
Claudia Sheinbaum, por su parte, refuerza la idea de brindar seguridad con los cuerpos políticos y ante el panorama de violencia resulta indignante que una mujer en el gobierno genere un clima hostil, de represión y criminalización en las manifestaciones. Quienes sufrimos la violencia, mujeres que nos organizamos y nos movilizamos por una vida libre de violencia y conquistar nuestros derechos como el aborto legal, seguro y gratuito, somos el blanco de la represión del estado.
Con esto la jefa de Gobierno de CDMX, como lo ha refrendado AMLO, busca legitimar el uso de la violencia por parte del estado contra quienes se movilicen y es también un mensaje para disciplinar a las mujeres que decidimos organizarnos y salir a luchar. Lo que ha quedado claro es que no tenemos derecho a la libre manifestación bajo este gobierno.
Frente a esto, sabemos que sólo organizándonos de manera independiente del Estado, sus instituciones, los partidos políticos y de los empresarios, podemos construí un movimiento de mujeres a nivel nacional que alce la voz por las desaparecidas, por los feminicidios y exijamos justicia inmediata para todas y todes.
Sortear y superar las dificultades que imponen los ritmos extenuantes del trabajo y la precarización que nos roba la vida para sobrevivir con salarios que no alcanzan, mientras nos exponemos en los trayectos a los centros de trabajo y estudio, es necesario para poder tener nuestros espacios políticos y organizarnos con cada vez más compañeres. En esta perspectiva queremos, avanzar en unidad contra la política del gobierno y los empresarios para que no haya ningún feminicidio más, detengamos la violencia y la precarización.
Mariana Morales
Socióloga UNAM - Profesora la Facultad de Economía UNAM