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Red Internacional
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Arica. 25N: Intento de las autoridades de la UTA Arica por limpiar su imagen

A más de un mes de jornadas revolucionarias se conmemoró el día internacional de la no violencia política y sexual contra mujeres y disidencias sexuales. Las autoridades de la Universidad de Tarapacá de Arica, con un silencio cómplice ante las violaciones sistemáticas a los derechos humanos, han demostrado ser parte del problema de fondo; un sistema profundamente neoliberal y patriarcal.

Martes 26 de noviembre de 2019

Ayer, 25 de Noviembre, se conmemoró el día de la no violencia que mujeres y disidencias sexuales han sufrido históricamente por regímenes capitalistas explotadores. En tanto, la Universidad de Tarapacá mostró su apoyo contra las diferentes formas de violencia de género, mediante una actividad conmemorativa, en el marco de una “normalidad” fantasmal, polarizando e invisibilizando la violencia en diferentes contextos. Por un lado, violencia de género, por otro violencia sistemática del Estado, alta represión y violencia en las universidades.

Las autoridades universitarias, como el rector Emilio Rodríguez, han permanecido en total silencio durante toda la revuelta popular, evidenciando así su complicidad frente a la dura respuesta represiva de Piñera. Claro está que su apoyo estricto radica en su cargo político y el nepotismo por parte de la derecha y el modelo neoliberal en el sistema educativo chileno. El rector también acompañó a Sebastián Piñera en su primero gobierno, con una línea represiva antimovilización, mandando a la policía a sacar las rejas y desalojar violentamente la toma del Campus Saucache.

En este contexto, la máxima autoridad de la universidad hizo su primera aparición y tomó una sorpresiva ofensiva. Estratégicamente prometió a todos sus funcionarios un reajuste salarial a $500.000 pesos para quienes tengan un sueldo por debajo de esto. Para cualquier trabajador significa un tremendo alivio en comparación a las precarias condiciones laborales a las que son sometidos en la actualidad. Esto es parte de una estrategia que busca instalar la “normalidad” en la UTA.

Mientras, hoy 26 de noviembre, se desarrolla un llamado a paro nacional y huelga general, las autoridades de la universidad mantienen a las y los trabajadores en sus funciones. A pesar de la promesa del reajuste, las condiciones inestables de trabajo continúan; tanto la subcontratación, como convenios a honorarios. Mientras altos cargos -como el rector- ganan igual a un parlamentario; no existe sala cuna para hijos e hijas de trabajadores y estudiantes. Funcionarios no académicos solo tienen 30 minutos para almorzar y no tienen donde, sumado a esto deben soportar la persecución por manifestar su disconformidad.

No es su primer intento por limpiar la imagen de la Universidad de Tarapacá.

El sábado 23 de Noviembre se realizó un Cabildo Regional en la UTA, gestionado por las autoridades del establecimiento quienes, en su mayoría, no se hicieron presentes en la instancia abierta a la comunidad. La actividad convocó aproximadamente a unas 200 personas, entre los que estaban docentes de distintas facultades, funcionarios no académicos, estudiantes, apoderados y vecinos del sector.

Pese a que fue una jornada que permitió la reflexión y el diálogo, se les escapó de las manos a las autoridades, pues fueron varias las denuncias y emplazamientos que se hicieron en el espacio ante el silencio cómplice de la UTA sobre las violaciones sistemáticas de derechos humanos en el último mes.

Esto demuestra que existen los recursos para este tipo de jornadas, y se contrasta totalmente en cómo las autoridades han llevado el proceso de la formulación de nuevos Estatutos Orgánicos de la Universidad. Hasta el momento no han realizado ningún tipo de jornada triestamental para informar al conjunto de la comunidad universitaria (estudiantes, funcionarios y académicos) sobre este proceso y fomentar su discusión.

Narcisa Calderón, representante de las carreras de inglés y militante de Vencer, tomó la palabra para denunciar la constante desigualdad y violencia sistemática que se ejerce en las universidades del Estado. Además, comparó el proceso de formulación de estatutos orgánicos de la universidad con el proceso constituyente.
“las autoridades buscan mantenernos desinformados para, así, asegurar que no hayan cambios sustanciales a su sistema que mantiene todos sus privilegios”
, aseguró la estudiante.

El gobierno y los empresarios temen por sus privilegios. Ambos procesos se están desarrollando de manera antidemocrática y hay que salir a rechazarlos. Su ‘Congreso Constituyente’ es una trampa en la que no caeremos, y es que no podemos hablar de un proceso democrático con este gobierno asesino en pie. La única vía para sacar a Piñera y sus ministros es la huelga general indefinida, que afecte sus ganancias. Así podremos conquistar todas nuestras demandas mediante una real Asamblea Constituyente que sea libre y soberana, para darlo vuelta todo.

Comentó la joven trans, que abajo aparece con las trabajadoras, en una entrevista directa con La Izquierda Diario Chile.