En el marco de la acción global por la legalización del aborto, Torreón se vistió de pañuelos verdes. Durante la concentración en la plaza principal de la ciudad, se escucharon distintas experiencias de mujeres que habían decidido abortar en condiciones clandestinas.
Martes 29 de septiembre de 2020
Fotografías: S. Montelongo
Las mujeres que coparon las calles en Torreón y en todo el país marcan el camino de cómo se debe enfrentar a la derecha, representada aún en el Estado, en la Iglesia, los partidos del PRI, el PAN y en la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), quienes aprovecharon la ausencia del movimiento de mujeres en las calles durante la pandemia para lanzar una ofensiva reaccionaria contra los derechos de las mujeres.
Por ejemplo, los congresos locales de Querétaro, San Luis Potosí y Guanajuato desecharon iniciativas para despenalizar el aborto, y la SCJN rechazó una iniciativa para quitar del código penal de Veracruz la interrupción del embarazo hasta la semana 12 de gestación.
Mientras, el Morena que tiene la mayoría en el congreso, no ha hecho nada para detener el avance reaccionario contra las mujeres. El mismo AMLO ha pedido que no se discuta el tema del aborto.
La criminalización del aborto en Coahuila
Quienes tomaron la palabra durante el mitin en Torreón, denunciaron que en Coahuila las únicas causas legales para abortar son la violación, el peligro de muerte para la mujer y las alteraciones genéticas y congénitas graves en el producto.
Quien aborte sin que estén presentes estas condiciones enfrenta una condena de 2 a 6 años de prisión más una multa indefinida, y las personas que apoyen el proceso del aborto también podrían sufrir esos cargos.
“Las mujeres que intentan acceder a un aborto legal han sido humilladas, revictimizadas, juzgadas y víctimas de otra violencia invisible: la violencia obstétrica. Una más de las violencias machistas que nos atraviesan por el sólo hecho de ser mujeres”, denunciaron.
Los derechos se arrancan en las calles
Sólo con la movilización en las calles y la organización de las mujeres con las trabajadoras al frente, en alianza con el conjunto de la clase trabajadora, de manera independiente al gobierno, sus partidos y los empresarios, podremos avanzar en arrancar nuestros derechos.
No sólo la despenalización que nos “ofrece” el gobierno, el Estado debe garantizar que en cualquier hospital y clínica del país cualquier mujer pueda abortar de manera gratuita y segura. Esto necesariamente implica la unidad con las y los trabajadores de la salud para pelear por la estatización de la salud privada y la centralización de todo el sector salud, así como un aumento al presupuesto del mismo y la conquista de mejores derechos laborales para el personal de salud con un aumento al salario.
