Obreros del ingenio Santa Bárbara reclaman garantías a fin de sostener sus fuentes de trabajo. El empresario interesado en el ingenio anunció que este año no habrá zafra. Peligran centenares de puestos de trabajo.
Miércoles 19 de junio de 2019
Una vez más los trabajadores y las familias del Ingenio Santa Bárbara, ubicado en la localidad de Aguilares, salieron a la ruta para reclamar por sus fuentes de trabajo ante el vaciamiento financiero llevado a cabo por su dueño, Julio Colombres, ex presidente del Centro Azucarero Regional de Tucumán (CART), la cámara de los industriales del azúcar de la provincia.
Recordemos que ya el año pasado y tras ser procesado por contaminación, la familia Colombres puso en venta sus dos ingenios: Santa Bárbara y el ingenio Ñuñorco, ubicado en la localidad de Monteros. La venta del ingenio Ñuñorco se concretó a principio del año a favor del empresario Juan Carlos Crovella, dejando en la calle a más de un centenar de trabajadores.
Hoy peligran más de 450 puestos de trabajo en el Ingenio Santa Bárbara, que podría no iniciar la zafra este año. Desde La Izquierda Diario nos acercamos al corte de ruta para charlar con los trabajadores: “El responsable de todo esto es Julio Colombres que vació el ingenio acumulando más deuda que lo que vale el ingenio. Ahora no firma la venta porque quiere seguir como accionista. La situación es desesperante para nosotros. Ni siquiera tenemos cubierta la obra social. Nos vamos a quedar acá hasta que tengamos una respuesta favorable”.
Según los registros públicos de sus antecedentes comerciales, la “Compañía Azucarera Juan M. Terán SA” declaró ventas por 529 millones y ganancias netas por 70 millones de pesos en 2018. Un año antes registraron ganancias netas por 12,8 millones, es decir, que las ganancias declaradas crecieron más de 400% en un año. Quizás por eso no pueden declararse en quiebra.
Es que tal como lo reconoció el propio Juan Carlos Crovella al inicio de la zafra, más allá de cierta caída en el consumo hay buenos precios para el azúcar. La fuerte devaluación del peso favorece la exportación y suba de precios en el mercado local. La venta de alcohol y bioetanol también tiene un sendero auspicioso de negocios. Para algunos ingenios los problemas podrían venir por el lado del alto costo de financiamiento. Sin embargo, no es el caso del Grupo Colombres, que mas que duplicó sus niveles de endeudamiento a niveles de insolvencia, en una clara maniobra de vaciamiento financiero.
Como podemos observar en el cuadro, desde hace al menos tres años los niveles de endeudamiento se encuentran a niveles insostenibles: en 2016 la relación entre pasivos y patrimonio fue de 82% a 18%; en 2017 bajó de 77% a 23%; y en 2018 vuelve a bajar hasta un 50 - 50%, pero el pasivo total más que se duplica ese año acumulando deudas por más de 500 millones de pesos.
Para 2019, según afirman desde la FOTIA, sin siquiera iniciar la zafra, la deuda vuelve a pegar un salto para ubicarse en más de 1100 millones de pesos. Una maniobra típica de estafa y vaciamiento financiero.
¿Quién es Juan Carlos Crovella?
Quien se presenta como el principal interesado en el Ingenio Santa Bárbara es, nuevamente, Juan Carlos Crovella, un empresario cercano a la Casa de Gobierno que pertenece al peronista MOVEN (Movimiento de Empresarios Nacionales), un agrupamiento de empresarios negregros alineados con el kirchnerismo.
En 2013 los trabajadores del Molino San Patricio (Entre Ríos), que reclamaban por una deuda salarial, denunciaban que “esta es la cuarta vez que se cierra esta fábrica, la metodología siempre es la misma: cambio de propietarios que presentan quiebra, un par de años cerrada la planta y luego su apertura con la necesaria reincorporación -y eliminación- de mano de obra (…) desde el 2003 somos empleados de Alimentos San Patricio, pero el edificio y la maquinaria, pertenecen a Juan Carlos Crovella, empresario que vive en Buenos Aires y alquila las instalaciones a distintas firmas”.
Crovella también se hizo presente hace algunos años en el Ingenio San Juan ofreciendo hacerse cargo del arrendamiento a cambio de echar a los contratados, jubilaciones anticipadas y examen médico para filtrar a los trabajadores con problemas de salud.
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En 2005 los trabajadores del Ingenio Aguilares lo denunciaban por incumplimiento en los aportes previsionales y de la obra social de los 280 obreros.
En aquel entonces Roberto Palina afirmaba en La Gaceta que "hasta ahora, la arrendataria del Aguilares era la firma IOSA, del empresario Juan Carlos Crovella, quien, a su vez, es uno de los dueños minoritarios del ingenio, con alrededor de un 40% de la empresa", explicó Palina. "Pero resulta que este año el mismo arrendatario, que sigue siendo Crovella, cambió el nombre de la empresa, que pasó a llamarse Fericar. Nos preocupa que cambie el nombre de la empresa el mismo arrendatario que viene evadiendo aportes y obligaciones".
En el Ingenio Santa Bárbara, sus planes también contemplan despidos: “Crovella dice que quiere comprar el ingenio pero con 150 personas para hacer las tareas de reparación este año. Ya nos dijo que este año no va a moler. Nosotros queremos que nos garanticen los puestos de trabajo a todos”, nos cuenta un obrero en el corte de ruta.
Es que la FOTIA viene mediando en las negociaciones y se encuentra gestionando un subsidio para los más de 300 obreros que quedarían sin ingresar a la zafra. Es la misma línea que vienen llevando adelante en el Ingenio San Juan, donde lejos de impulsar una lucha común, mantiene a los trabajadores divididos e intentan calmar la desesperación y el hambre de las familias obreras con subsidios.
¿Y la FOTIA?
La situación es crítica para centenares de familias obreras. Este año peligra la zafra de ambos ingenios: el Ingenio San Juan y el Santa Bárbara. Hasta ahora la FOTIA viene manteniendo divididas las fuerzas del movimiento obrero azucarero y a la búsqueda de algún patrón que quiera invertir en el ingenio bajo cualquier condición.
No se podría esperar otra cosa de Roberto Palina, que acumula cargos como funcionario del gobierno e intereses privados. Un comité de lucha de los trabajadores de base podría orientar esta dura batalla en unidad con los trabajadores del Ingenio San Juan, que también se encuentran limitados por una dirección sindical disciplinada por el intendente Darío Monteros y el gobierno provincial. Es necesario fortalecer el conflicto estrechando lazos de solidaridad con el movimiento estudiantil, organizaciones sociales, políticas y de derechos humanos en una gran campaña contra los despidos y el cierre del ingenio.
Contra el vaciamiento del ignenio hay que exigir la apertura de los libros de contabilidad del Grupo Colombres y quitarlo de sus manos antes de que lo siga destruyendo. Si Crovella, o cualquier otro empresario, quiere hacerse cargo del ingenio los trabajadores deben exigir garantías de que no habrá despidos para nadie y que se respetará el convenio laboral para todos los trabajadores. Si ningún empresario quiere hacerse cargo del ingenio bajo estas condiciones más que elementales, hay que exigir la estatización del ingenio bajo control de los trabajadores.