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Red Internacional
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Editorial. 4 de agosto 2011, 4 de agosto 2016

El 4 de agosto del 2011 fue una poderosa muestra de la fuerza del movimiento estudiantil en las calles contra la educación de mercado. Este 4 de agosto una nueva movilización nacional está convocada con un proyecto de ley del Gobierno que la consolida. Pero lo que no quieren dar desde arriba, los estudiantes pueden imponerlo desde abajo.

Jueves 4 de agosto de 2016

Gobierno re-afirma su decisión: la rectora Pey y la defensa del mercado de la educación

En su cadena nacional de hace un mes, el 3 de julio, Bachelet develaba la verdadera intención de consolidar la educación de mercado, a la que llamo el “sistema mixto”, recubierto con una pátina de engañosa promesa, la de gratuidad, que instala en realidad, el “negocio de la gratuidad”, para que los privados sigan lucrando.

Recientemente, re-afirmó esta decisión, al avanzar en el despido de la rectora Roxana Pey de la recientemente creada Universidad de Aysen, por el solo hecho de tener diferencias con este proyecto mercantilizador.

Fuerza contra fuerza

No se queda en eso. A los desalojos y la brutal represión en cada marcha, suman las prohibiciones de movilizarse. Arbitrarias, dictatoriales.
En una nueva prueba de fuerza, el Intendente Orrego de la Región Metropolitana amenazó con no autorizar ninguna marcha más en todo el año si llegara a haber “violencia” mañana.

A la fuerza se responde con la fuerza. Pero las dirigencias oficiales de la CONFECH aceptan contribuyendo a desorganizar y así a desmovilizar.

Suman otro aliado en esta tarea: los Rectores y demás autoridades, que persiguen con sanciones, sumarios, adelantamiento del cierre del semestre dejando a cientos de estudiantes reprobados, para forzarlos a volver a clases. A la vez, como Bachelet con su engañosa promesa de gratuidad, abren espacios de debates triestamentales.
Es a la vez, un reconocimiento de los cuestionamientos a los gobiernos universitarios autoritarios, que sostienen al interior de las casas de estudios, las políticas generales de mercado que padece el entero sistema de educación.

La fuerza estudiantil, en reflujo por todo esto, se mantiene intacta, y se dispersa en multitud de demandas. Por mencionar solo los últimos días: corta toma del Sename en Santiago por secundarios de la Cones en solidaridad con los niños y contra el circo de la interpelación. Paro indefinido en rechazo a la prueba semestral con notapor secundarios de un liceo de Talcahuano. Marcha de secundarios en Las Condes. Huelga de hambre de universitarios de la UCT por la intención de las autoridades de cerrar el semestre con cientos de estudiantes reprobando. Marcha y paro de secundarios, apoderados y profesores del Liceo Industrial de Antofagasta por la emanación de gases tóxicos. Toma de 6 liceos en Puerto Varas por estudiantes, apoderados y profesores por problemas administrativos y de infraestructura. Y así, cada día. Demandas dispersas que manifiestan el despojo de la educación pública, el rechazo a una reforma educacional que no responde a la crisis del mercado en la educación.

Los Rectores y autoridades son, aun con sus críticas, las correas de transmisión del Gobierno dentro de las Universidades. En vez de fortalecer la fuerza de la movilización estudiantil, la ahogan. Las dirigencias oficiales de la CONFECH, en primer lugar la Izquierda Autonóma, las Juventudes Comunistas, la UNE, con su política de “incidir” y diálogos con el Ministerio de Educación estériles, con Delpiano despidiendo a Roxana Pey como clara determinación de consolidar la educación de mercado, lleva a un callejón sin salida. Ante este camino, la Agrupación Combativa y Revolucionaria lucha “por el retiro de la reforma y por nuestras demandas históricas”, fortaleciendo la movilización.

Lo que no quieren dar por arriba, con el Parlamento de las bancadas empresariales, habrá que imponerlo desde abajo. Iniciar en los hechos un camino de reforma universitaria, tomándose las asambleas, encuentros y claustros triestamentales, reimpulsando la fuerza estudiantil, hasta la conquista de sus demandas históricas.