En esta nota queremos rebatir algunos debates que banalizan o relativizan el conflicto, minimizando la opresión palestina y disfrazando el proceso de ocupación y genocidio del estado de Israel.

Daniel Vargas Antofagasta, Chile
Miércoles 8 de noviembre de 2023

Primer Mito: Se trata de una guerra entre Israel y Hamas
En primer lugar, para hablar de guerra debemos hablar de 2 fuerzas en conflicto, las cuales intentan torcer, mediante la fuerza, la voluntad del contrario. En una guerra deben existir dos fuerzas beligerantes, al menos, es decir, enfrentadas.
Sin embargo, lo que vemos en la Franja de Gaza es a un pueblo masacrado sin capacidad de defenderse, víctima de uno de los ejércitos mejor pertrechados del mundo que ya ha desplegado más de 18 mil toneladas de explosivos y asesinado a más de 10.000 palestinos, incluyendo niños y mujeres, bombardeado barrios residenciales, hospitales y escuelas, violando, inclusive, las más mínimas leyes de la guerra. No es una guerra, es genocidio, un genocidio sin precedentes en los últimos años, alcanzando a conflictos como la Guerra en Siria o la misma Guerra de Ucrania.
Segundo mito: Judíos y árabes siempre han vivido en conflicto, es un tema religioso
La zona del Levante, donde se encuentra ubicado el territorio de Palestina, efectivamente ha vivido en constante conflicto desde la época antigua, debido a la ocupación de diversas potencias e imperios de todo tipo.
Sin embargo, en el territorio históricamente han convivido árabes musulmanes y judíos. Éstas hondas diferencias son producto de la política imperialista de crear artificialmente al estado de Israel de manera de tener un aliado en la zona del medio oriente.
Por otro lado, es evidente que entre la religión musulmana y judáica existen importantes diferencias, sin embargo al haberse desarrollado en el mismo territorio comparten diversos lugares y cultura común.
Estas odiosidades son sostenidas artificialmente por las potencias como EEUU o la Unión Europea y alimentadas por la ocupación del territorio palestino por parte del estado sionista de Israel.
Tercer mito: Israel se está defendiendo del terrorismo de Hamas, apoyar a los palestinos es apoyar al terrorismo
Benjamín Netanyahu, primer ministro israelí, señaló que Israel se encuentra involucrado en una guerra santa, que no aceptará ni treguas, ni pausas humanitarias, ni mucho menos cese al fuego hasta acabar con Hamas, justificando de esta forma la masacre contra el pueblo palestino.
Desde esta redacción, y como lo hemos señalado en diversas notas, acá y acá, no compartimos los métodos, ni el programa, ni la estrategia de Hamas quienes el pasado 7 de octubre realizaron la llamada Inundación de Al-Aqsa, que implicó el ataque con misiles, asalto a kibutz y toma de rehenes civiles. En tal sentido, apoyar la causa del pueblo palestino, contra la ocupación y los bombardeos, en ningún caso es apoyar a Hamas, sino que es solidarizar con un pueblo oprimido por decadas de abuso y despojo.
Cuarto mito: criticar a Israel es antisemita
La gran prensa, incluyendo los medios nacionales, han pretendido instalar la idea de que levantar cualquier crítica a la política sionista es antisemitismo.
El antisemitismo es el odio a los pueblos semitas (los pueblos judíos, árabes y otros), aunque especialmente referido al pueblo judío. Sin embargo, la política sionista no es lo mismo que el pueblo judío. Antisionismo es oponerse a este movimiento político de ideas nacionalistas y colonialistas surgidos a fines del siglo XIX que se fortaleció con la creación artificial de Israel por parte de las potencias mundiales en 1948.
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En tal sentido, oponerse al Estado de Israel y al sionismo no tiene nada que ver con oponerse al pueblo judío. Es más, en diversas redes sociales puede verse a judíos ortodoxos protestando en contra de la política sionista del Estado de Israel.
Quinto mito: está muy lejos y no hay nada que hacer para influir, para eso están los gobiernos y la comunidad internacional
Efectivamente la comunidad internacional ha tenido respuesta ante el conflicto. Sin contar con EEUU y la Union Europea, patrocinadores de Israel, diversos estados se han pronunciado al respecto llamando a un cese al fuego o citando a los embajadores a consulta, como lo hicieran Chile y Colombia, o con el quiebre de las relaciones internacionales como lo informó hace poco el Estado Boliviano.
Sin embargo, Israel se niega a acatar el más minimo llamado a la paz o a la tregua. Ante esto, ante la impotencia de las potencias, han sido los pueblos del mundo los que están poniéndo los puntos sobre las íes para frenar el conflicto.
En primer lugar, destacan las masivas marchas que se vienen realizando principalmente en países como EEUU, Inglaterra, Alemania, etc., multitudinarias marchas llenas de banderas palestinas coreando por el fin de los ataques y acusando la complicidad de las grandes potencias imperialistas. Lo mismo viene ocurriendo en nuestro continente, con movilizaciones en ciudades como Ciudad de México, Buenos Aires o Santiago de Chile.
Sin embargo, viene llamando la atención las acciones obreras en solidaridad con el pueblo palestino, como los trabajadores belgas del transporte que decretaron dejar de movilizar cargas armamentísticas a Israel, acción que fue también replicada por los estibadores de Barcelona, o con los bloqueos a las plantas de Boeing en Missouri o del puerto de Tacoma en Washington, EEUU.
En todo el mundo se empieza a organizar la solidaridad, desde cada rincón podemos poner un granito de arena para frenar esta masacre. Súmate a las movilizaciones, marchas, mítines, velatones, etc., exijamos juntos el alto a los bombardeos y la intervención militar israelí, liberación de los presos palestinos, alto a toda la ayuda financiera y militar a Israel, boicot y bloqueo de envío de armas a Israel y la ruptura de todo acuerdo político y militar.
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