De forma escandalosa el reconocido hipermercado cerró sus puertas una hora antes del cierre, dejando encerrados a quienes intentaban salir luego de una jornada “de locura” y les negó el ingreso a miles de personas que hicieron fila durante horas.
Miércoles 12 de julio de 2017
De forma escandalosa el hipermercado ubicado en las calles 526 y 25 cerró sus puertas una hora, dejando afuera a quienes intentaban ingresar luego de largas horas de cola y encerrados a quienes intentaban salir.
Desde la madrugada de hoy se registraron colas de más de 8 cuadras de cola solo para poder acceder a un carro, para después tener que esperar horas para llegar a la caja. La empresa ante la falta de previsión, decidió cerrar sus puertas una hora antes de lo previsto, privando ilegítimamente de la libertad a cientos de personas para que no se pusiera en riego el “normal funcionamiento” del supermercado. Hubo quienes llegaron a estar encerrados varias horas, con el personal de seguridad del lugar que no los dejaba salir.
Un cliente manifestó: “Estoy hace 7 horas acá, estoy en estado de shock, llegué a las 13:30 horas, hice una cola de dos cuadras para esperar un carro, no llegué a comprar grandes cosas, una compra de $3000 que no es una gran cosa para la familia”. Casos así se contaron por decenas. Pero la cosa no quedó ahí “después de 2 horas más de cola para la caja, cuando estoy saliendo, veo que la puerta de entrada está cerrada y la gente que quería entrar se empieza a agolpar en la puerta de salida porque le habían cerrado la puerta de entrada”.
Para algunos la larga espera fue en vano, ya que el mayorista cerró sus puertas antes “en el medio del caos lograron entrar unas 30 personas y la empresa empezó a bajar las persianas dejando a todo un sector adentro y gente afuera pidiendo explicaciones”.
Mientras esta empresa hoy facturó por millones, los trabajadores del hipermercado tuvieron que trabajar una jornada extenuante ante la falta de preparación por parte del lugar. Los empresarios como Carmelo Nini hoy se forraron en dinero, mientras los clientes por $1500 de ahorro sufrieron un gran caos y los trabajadores terminaron rotos a causa de la interminable jornada.
Una vez más son los hipermercados y empresarios amigos del gobierno (de turno), quienes se la llevan en pala. Una vez más son los trabajadores quienes entregan su tiempo para conseguir un descuento y algunos productos más que les permitan llegar a fin de mes. Nuestro tiempo vale más que sus descuentos y nuestra vidas más que sus ganancias.