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Red Internacional
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Marxismo. 6 años de autogobierno en la comunidad de Cherán K’eri, una visión marxista

En medio de un país sumergido en la barbarie de la “Guerra contra el narco” la experiencia de organización de Cherán K’eri es un referente en el país.

Miércoles 19 de abril de 2017

Este 5 de abril de 2011 se cumplen 6 años de la puesta en pie del autogobierno indígena del pueblo purépecha de Cherán K’eri. Se organizaron las mujeres, los comuneros indígenas, los ancianos, niños y maestros para organizar la autodefensa en un escenario de mayor depredación de los bosques.

En Michoacán existe un complejo escenario militar. Por un lado el ejército, la militarización del Estado bajo el pretexto del combate al crimen organizado que dejó miles de violaciones a los derechos humanos y que disparó la espiral de violencia con más de 200 mil asesinados y 25 mil desaparecidos en todo el país. El gobierno del PRD, junto al PAN y el PRI, en el estado aumentaron la presencia militar en todo Michoacán.

Por otro lado, los grupos del narcotráfico y sus grupos paramilitares que cobraban seguridad, derecho de piso, realizaban secuestros en el poblado y masacres y ejecuciones. La “Familia”, los “Caballeros Templarios” y otros grupos asociados con el estado realizaban talas clandestinas del bosque comunitario y pedían derecho de “piso” a la población.

El derecho a la autodefensa contra la violencia del estado

La movilización del pueblo de Cherán K’eri de mayoría purépecha comenzó en contra de la tala clandestina del bosque por el crimen organizado. Luego denunciaron que allí el narcotráfico y el Ejército estaban asociados y decidieron impulsar un consejo de organización autónomo. Después gestionaron comunitariamente el manantial.

Las asambleas, realizadas en las fogatas, expulsaron a policías, a narcos y al ejército. Expulsaron a los gobernante municipales y desde entonces no se realizan elecciones locales, estatales y federales. El INE no instala casillas electorales desde entonces. Una democracia asamblearia emergió desde abajo que se ha manifestado en solidaridad con los maestros de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), los normalistas, el Sindicato Minero de Michoacán y más movimientos.

Su modo de organización es la construcción de consejos menores, realizan instituciones instituciones educativas propias, realizan una radio comunitaria en las fogatas y lo más importante tienen un organismo de participación asambleario con grupos de defensa armada rotativos. El Concejo Mayor y los concejos operativos son electos de modo asambleario y las mujeres son mayoría. Las mujeres fueron un eje fundamental en la lucha por la autonomía y la defensa del territorio, el bosque y los manantiales.

La complejidad de Michoacán en 2013

Dos años después emergieron en el estado de Michoacán grupos de autodefensa de sectores de empresarios, en especial de producción de aguacate: las autodefensas. Armados con alta tecnología, grandes camionetas y asalariados los empresarios decidieron armarse para enfrentar al narco y al estado. Este sector de la burguesía complejizó aún más el escenario de Michoacán en tierra caliente.

Por un momento surgieron varios bandos: por un lado el ejército, del estado capitalista, dos o más grupos de sicarios del narcotráfico (asociados, dependiendo el caso o la región) con grupos armados y las autodefensas paramilitares de la burguesía aguacatera. El gobierno del PRD cooptó a los autodefensas y las convirtió en una fuerza llamada “rural” y a quienes decidieron no alinearse las ejecutó en las masacres de Tanhuato y Apatzingán. Lejos de lo que opinaron algunos grupos de izquierda (que consideraron una “rebelión campesina como la de Zapata y Villa”) los marxistas debemos comprender la naturaleza de clase de cada grupo armado.

En este complejo enfrentamiento de tres bandos burgueses (el estado asociado con el narco, grupos de sicarios y la burguesía aguacatera) el pueblo de Cherán se mantuvo independiente y apostó por la unidad con los sectores populares: la CNTE, el sindicato minero y los estudiantes.

Una estrategia para luchar contra la militarización

En un país en el que la violencia del estado es una constante, como se vio contra los maestros de la CNTE en Nochixtlán, en la desaparición de los 43 de Ayotzinapa, en la ejecución de los miembros del Movimiento por la Paz, y recientemente en el mismo Michoacán en Arantepacua, es urgente que las organizaciones de trabajadores retomen la lucha contra la militarización y la violencia de Estado.

El peligro que existe en la lucha por espacio de autonomía contra la violencia del Estado es que no se pueden construir islas en medio de la vorágine del capitalismo. El Estado mexicano tiene el poder militar para, en cualquier momento, aplastar las experiencias autonómicas y éstas no pueden permanecer aislada en un país cruzado por la militarización y el despojo.

Es una ilusión que la lucha contra la violencia de Estado se resuelva construyendo espacios autónomos: la lucha contra la violencia de estado requiere una estrategia nacional, global, contra el capitalismo. El proletariado de las grandes urbes, junto a los grupos indígenas del país, son una alianza social de los de abajo que puede detener la militarización del país.

Como se señala en este texto “Para frenar el proyecto de militarización del país se requiere de la participación activa de las organizaciones obreras con los métodos como el paro y la huelga nacional, la participación de los gremios de trabajadores como la UNT, que agrupa a los trabajadores telefonistas (que hasta ahora solo ha acordado hacer declaraciones), al NCT, con el SME y diversas organizaciones sindicales universitarias, el sindicato Minero Metalúrgico, la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) y de la participación del proletariado mexicano atenazado por las organizaciones como la CTM y la CROC (San Quintín y las luchas en la maquila). La fuerza social de la clase trabajadora organizada es vital para ponerle un alto a la militarización del régimen de Peña Nieto.”