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Red Internacional
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Historia. A 50 años: ¿cómo fue el golpe militar en Chile?

El 11 de septiembre de 1973 se produjo el golpe militar en Chile que terminó con la vida del presidente Salvador Allende. Dio inicio a una dictadura que duró 17 años.

Lunes 11 de septiembre de 2023 11:40

En la década del 70, Chile era parte de un proceso mundial de radicalización de las luchas obreras y estudiantiles que iniciaba el mayo francés del 68.

Salvador Allende, un médico del Partido Socialista, ascendió a la presidencia en 1970 como candidato de la Unidad Popular, una coalición de partidos que incluía al partido comunista y socialista que prometía cambios profundos.

La nacionalización del cobre, la reforma agraria y la vivienda digna eran demandas importantísimas para la población chilena y la Unidad Popular aparecía como una fuerza que de alguna manera iba a satisfacerlas.

El gobierno de Allende por la presión popular, implementó medidas como la nacionalización de la minería del cobre y telecomunicaciones, y la expropiación parcial de tierras. Estas acciones desafiaron directamente los intereses económicos de la burguesía chilena y sobre todo de las empresas norteamericanas y del mismo imperialismo yanqui.

Los empresarios provocaron desabastecimiento y sabotajes . Al mismo tiempo, en el congreso, se bloquearon sistemáticamente las iniciativas mas progresivas del gobierno de Allende.

La llamada “vía pacifica al socialismo” como se proclamaba mostraba su debilidad. La burguesía no aceptaba ni siquiera reformas serias.

Pero los trabajadores no cesaban en sus reclamos y luchas, exigiendo a los sindicatos y su central sindical -la CUT- medidas contundentes contra los empresarios y la tibieza del gobierno.

En 1972 como respuesta a la reacción y sin el aval del PC surgieron los cordones industriales, verdadera organización de base de los trabajadores. Eran la coordinación de fábricas aledañas la mayoria ocupada para tomar en sus manos una suerte de control contra el sabotaje patronal. Surgieron como un desafío a la propiedad privada y como una alternativa radicalizada, también se crearon organizaciones que en los barrios controlaban los precios, las JAP, Juntas de Abastecimiento y Precios.

La situación se polarizaba. de un lado la clase obrera y sectores populares del otro la burguesía chilena y el imperialismo yanqui que querían derrotar a los trabajadores y derribar al gobierno. No iria a durar mucho esa situación sin un vencedor claro. O los trabajadores imponian su poder superando a los reformistas o la reacción burguesa con la democracia cristiana, la ultraderecha y las Fuerzas Armadas se impondria a sangre y fuego.

En junio de 1973 los militares ensayaron un golpe que fracasó, el tanquetazo. Allende en vez de apoyarse en los trabajadores prefirió pactar con la derecha y los militares.

Sin embargo el 5 de septiembre de 1973, la coordinadora provincial de cordones industriales envió una carta al presidente Salvador Allende. en ella, le exigen medidas urgentes para evitar un golpe y una dictadura militar y la posibilidad de armarse para la autodefensa. Lo hacen a pesar de la oposición de sus dirigentes, en especial del PC pero sobre todo, reclamaban al gobierno, lo que estaba en el mismo programa de la unidad popular, un nuevo estado donde “«… las transformaciones revolucionarias que el país necesita sólo podrán realizarse si el pueblo chileno toma en sus manos el poder y lo ejerce real y efectivamente…»”.

Pero Allende se negó y con eso sentenció la suerte de su gobierno y la suya misma.

Finalmente, el 11 de septiembre de 1973, hace 50 años, se produjo el golpe militar. Las Fuerzas Armadas bombardearon el Palacio de la Moneda y varias de las fábricas que eran vanguardia en la lucha anticapitalista. El presidente Allende murió en medio del combate, y la represión se extendió a lo largo y ancho del país. El Estadio Nacional se convirtió en una cárcel a cielo abierto. Estados Unidos apoyó y financió ese golpe que no solo asestó una derrota sangrienta al movimiento obrero chileno sino que fue el ensayo del llamado neoliberalismo que se impuso en toda America Latina en los años siguientes con su secuela de entrega y opresión.

La dictadura de Augusto Pinochet duró 17 años. Pero las miserias para el pueblo continuaron y por eso en 2019 los estudiantes comenzaron una rebelión que contagió a decenas de miles. El grito no son $30 sino 30 años fue la consigna contra el régimen que era continuidad del pinochetismo.

A 50 años del golpe contrarevolucionario sacar las lecciones de aquel ascenso obrero y estudiantil de los 70 son indispensables para preparar el futuro no solo en Chile sino en Argentina y toda América Latina.


Carlos “Titín” Moreira

Nacido en Rosario en 1953. Militante en el PST desde los 70, militó en España y Brasil. Fundador del MAS en La Plata y dirigente del PTS. Trabajó en Astilleros Astarsa y Río Santiago. Coordinador de los documentales Revolución y Guerra Civil en España (2006) y Zanon, el hilo rojo (2018).