Este 1 de diciembre se cumplen 6 años de la brutal represión en contra de quienes protestaban por la imposición de Enrique Peña Nieto como presidente de México. Con más de 170 detenidos, heridos y el asesinato del profesor Kuy Kendall, comenzaba una administración manchada de sangre.
La Izquierda Diario México @LaIzqDiarioMX
Sábado 1ro de diciembre de 2018
Entrevistamos a uno de los jóvenes que resultó detenido durante las protestas del 1 de diciembre de 2012 en contra de la imposición de Enrique Peña Nieto como presidente de México.
La Izquierda Diario (LID): A grandes rasgos, cuéntanos qué ocurrió el 1 de diciembre de 2012
1dmx: Bueno, creo que habría que aclarar el porqué, ya que la decisión de rodear el Congreso fue una resolución que se tomó en la Segunda Convención Nacional contra la Imposición, realizada en la Ciudad capital de Oaxaca unos pocos meses antes. Fue el resultado del apoyo que diversas organizaciones sociales dieron al entonces Movimiento #YosSoy132, protagonizado principalmente por la juventud universitaria, que repudió el regreso del PRI a Los Pinos.
El movimiento fue resultado de una juventud que no se sintió representada (y con toda razón) por Enrique Peña Nieto, el candidato de la televisión, que de hecho estaba impulsado por la principal televisora del país, Televisa, la cual le construyó una imagen de “chico guapo” para poder ocupar el cargo. Eso despertó la indignación de la juventud universitaria, que tenía muy presente en su memoria los abusos que el Partido Revolucionario Institucional había cometido por décadas. Desde el lejano 2 de octubre de 1968 hasta la incursión de la Policía Federal en Atenco, la cual dejó muertos y una cantidad importante de mujeres atacadas y torturadas sexualmente por la institución policíaca. Todo bajo la mirada cómplice de Enrique Peña Nieto, entonces gobernador del Estado de México.
Fue esa juventud que se cansó de lo mismo, de las mismas prácticas autoritarias, de los mismos partidos, de los mismos medios de comunicación antidemocráticos que no permitían el derecho a réplica y distorsionaban la información.
Fue esa juventud la que el 1DMX rodeó el Congreso para decir “no queremos a Peña Nieto”, no queremos sus viejas prácticas de compra de votos, de coerción del voto, de mentiras y de autoritarismo. Así, el resultado final fue la represión.
El día de la toma de posesión de Peña Nieto fue la síntesis de lo que nos esperaba todo el sexenio, encarcelamientos y persecución que tuvieron su posterior eco en la represión contra la lucha magisterial en 2013, y con la desaparición forzada de los 43 de Ayotzinapa. El primero de diciembre de 2012, fue la primera probadita que los gobernantes le dieron al pueblo trabajador de lo que iba a ser esa administración, una política de palo sin pan.
LID: Fuiste uno de los primeros presos del sexenio, pero no el último. ¿Qué opinas sobre el avance en la política represiva impulsada por EPN que mencionas?
Los pocos días que estuve en la cárcel fueron los más terribles de mi vida, pero al final fueron pocos días. Ello me ayudó a reflexionar: ¿y los presos políticos que están ahí años? ¿y las familias de los desaparecidos?, ¿y la gente que ha sido perseguida injustamente? Dichas preguntas recorrieron mi cabeza, ya que el avance de la política represiva con Peña fue espeluznante.
Así, México se convirtió en el reino de la impunidad, un paradigma en América Latina, donde ningún gobernante era sancionado ni siquiera investigado por los actos de corrupción o los crímenes que hubiera cometido, un país que sembró cuerpos al por mayor con sus fosas clandestinas. Un país donde los feminicidios, las redes de trata, las violaciones y la violencia política contra las mujeres iban en un monstruoso aumento.
La política represiva de Peña Nieto era la continuidad del proyecto neoliberal que el PRI y el PAN llevaron adelante durante más de treinta años, donde se militarizó al país, fue con Calderón y con Peña que esto se acentuó al grado de que sucedieron los hechos espantosos que vimos en su sexenio.
Fueron medidas autoritarias para imponerles a las masas los planes de ajuste capitalistas que sólo benefician a las minorías millonarias que de por sí ya han sido ampliamente beneficiadas del capitalismo.
Con Peña era eso, de ahí deriva que la imposición de las reformas estructurales como la educativa se hicieran a sangre y fuego sin caer propiamente en la dictadura militar y preservando el orden constitucional, lo cual resultó ser una buena mascara para los representantes de los capitalistas. El PRI, fue el principal defensor de los intereses de los grandes inversionistas nacionales y extranjeros.
LID: AMLO ha propuesto distintas medidas para lograr la excarcelación de criminales, pero poco se ha dicho de los presos políticos. ¿Qué opinas sobre el panorama que abre para los presos y los DD.HH. en el nuevo gobierno?
Pues creo que el tema de los derechos humanos es una deuda pendiente del Estado mexicano, empezando por la liberación de todos los presos políticos del país; es necesaria la liberación inmediata de todos aquellos que están tras las rejas por luchar contra los abusos del gobierno. Me parece una prioridad que cualquier gobierno que se reclame democrático debería tener. El problema que yo encuentro es que la política de “olvido no, perdón sí” pareciera que está más orientada a brindar impunidad a los corruptos que en proteger a los inocentes.
Por ejemplo, hoy que escuché el discurso de López Obrador de toma de posesión, habló por un lado del perdón y por el otro que iba a someter a consulta los procesos judiciales, cuando el derecho a la justicia no tiene porqué consultarse en primer lugar, es verdaderamente problemático porque se vuelve una forma de lavarse las manos.
Por otro lado es deshonesto que haya hablado en su campaña electoral en contra de la militarización para después retractarse argumentando la necesidad del Ejército en las calles, para que lleven a cabo tareas que corresponden a autoridades civiles. Es decir, abrogaron la Ley de Seguridad Interior para hacer otra exactamente igual con la creación de la Guardia Nacional. Eso perpetúa la política del Estado que vimos en los sexenios anteriores, la cual ha sido, como ya mencioné, un instrumento represivo generalizado para imponer las reformas hambreadoras de los capitalistas.
LID: En este panorama, ¿qué retos te parece que se abren para la lucha por la libertad de los presos y en defensa de los derechos humanos y conquistas democráticas?
Me parece que la posición de la izquierda independiente debe ser “Ni perdón ni olvido”, es decir en contra de la impunidad, por el esclarecimiento y el castigo a los responsables del caso Ayotzinapa entre muchos otros. Por el derecho al acceso a una justicia expedita, con comisiones independientes, para refutar las mentiras históricas que el Estado construyó para tapar sus huellas, donde organismos como la CNDH han avalado, legitimado estos crímenes.
Es necesario exigir la desmilitarización de todo el país y el regreso de los soldados a los cuarteles, por su puesto lo reitero, la libertad inmediata de todos los presos políticos, junto con comisiones independientes que investiguen los casos, no queremos que nos sigan gobernando corruptos y asesinos.
Eso es lo que te puedo decir que aprendí seis años después de mi detención arbitraria. De hecho, yo mismo sigo esperando justicia junto con el resto de los detenidos del 1DMX y de casos posteriores de represión en la Ciudad de México.
Aquí quisiera denunciar a la Comisión Derechos Humanos del Distrito Federal (CDHDF) que ha jugado un papel cómplice al solapar al GDF, ya que en seis años no tuvieron voluntad política de exigir a la autoridad que cumpliera con la recomendación 7/2013. De hecho en una reunión con nosotros tuvieron el cinismo de decirnos que casi todos los puntos recomendatorios estaban cumplidos, que ya faltaba muy poco.
Lo cual fue una autentica burla contra todos nosotros y que por su puesto no aceptamos su versión, ya que salieron con cosas como que el gobierno de la ciudad y la PGJ no aceptaron cumplir con las sanciones a los policías, incluso nos mencionaron que se negaron a reconocer que las violaciones existieron, y ellos como organismo de DDH lo aceptaron y dieron por cumplido los puntos. Por otro lado, la disculpa pública que debía darnos Mancera tampoco llegó. Él organizó una ceremonia en privado en los auditorios de la CDHDF a espaldas de muchos de nosotros y, según él fue su disculpa pública y algo parecido ocurrió con José Ramón Amieva. Imagínate ¡una disculpa pública realizada en privado, que contradicción!
Es decir, lo que se ha estado haciendo es garantizar la impunidad a las autoridades que cometieron los atropellos aquel 1 de diciembre. La CDHDF llega a decirnos que la autoridad ya cumplió con casi todo, que sólo faltaban unas pocas cosas. Si claro, sólo faltaban cosas insignificantes como el resarcimiento del daño, el castigo a los responsables, la disculpa pública y la promesa de no repetición de los actos, casi nada ¿verdad?
#1DMX y la política represiva en la Ciudad de México