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Red Internacional
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A 6 meses de la Gendarmeria Carancho en Rosario

Jueves 11 de septiembre de 2014 09:16

A 6 meses de la Gendarmeria Carancho en Rosario - YouTube

No existe persona en Argentina, probablemente, que no haya emitido una exclamación indignada sobre el ya muy tristemente célebre “gendarme carancho”. No es para menos: ante millones de trabajadores, una fuerza de seguridad como la Gendarmería, al mando de un funcionario kirchnerista como Berni, aparece encabezando un hecho brutal y arbitrario contra un manifestante. Sin embargo, cabe preguntarse: este modo de actuar por parte de la Gendarmería, ¿es una excepción? De ningún modo. Se trata de un verdadero “modus operandi” de esta fuerza represiva, mimada por el kirchnerismo y reclamada por gobernadores como Bonfatti.

Hace exactamente seis meses, la tarde rosarina cambió su fisonomía habitual. De repente, varios helicópteros sobrevolaron los aires lanzando haces de poderosa luz. En todos los puntos cardinales de la ciudad podían observarse retenes y concentraciones verdes (de gendarmes) y color caqui, de prefectos. Un operativo militar enorme, el más grande de la historia nacional, coordinado por el militar karapintada Berni y por el gobernador “socialista” Antonio Bonfatti, ocupaba las calles de la ciudad. Tres mil efectivos modificaban la rutina de la ciudad, con la excusa ya un poco chistosa del “combate al narcotráfico”. El operativo, en sus efectos prácticos, fue un fracaso: como denunció un documento suscrito por la APDH, el MEDH y el CEPRODH, entre otras organizaciones, “en 83 búnkeres allanados detuvieron a sólo 26 personas (10 de ellos menores) e incautaron apenas $ 50.000 y poca droga. Además, la mayoría de los cabecillas de las principales bandas narco-criminales siguen libres y sus redes, en plenas funciones hasta el momento”.

No podía esperarse otra cosa de este operativo: aunque las tropas de Gendarmería hicieron hincapié en los búnkers atendidos en su mayoría por menores de 16 años, el negocio del narcotráfico se controla desde otros lugares, desde las oficinas de estudios jurídicos, desde lujosas casas en countries y torres, y, sobre todo, desde las comisarías. Santa Fe es la provincia donde el discurso derechista que pide “más policía”, salió más golpeado. Aquí, donde el ex comisario mayor de la Policía Santafesina puesto (y defendido) por Hermes Binner fue detenido por narcotráfico, reclamar más policía es solicitar más narcotráfico, mayor cantidad de casos de trata, mayor número de asesinatos. Porque en eso consta, nada más y nada menos, el rol de la policía: en organizar el crimen. Por eso fracasa, una y otra vez, el discurso de la mano dura.