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Red Internacional
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BOCA JUNIORS. A 76 años de su fundación, la Bombonera resiste los intentos de cierre

Emblema del fútbol nacional, la Bombonera se inauguró un 25 de mayo de 1940. Este aniversario la encuentra atravesada por la lucha entre hinchas que la defienden y dirigentes que quieren reemplazarla.

La Izquierda Diario

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Miércoles 25 de mayo de 2016

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Foto: sitio diez.hn

Aunque Boca Juniors ya tenía una historia que lo respaldaba como uno de los clubes de fútbol más populares y grandes de la Argentina, la llegada de la Bombonera en 1940 le aportó un toque de mística tan inseparable de su identidad como los colores azul y oro. Es que en ese estadio construido con el esfuerzo del presidente anterior al que vivió la inauguración -Camilo Cichero que la empezó en 1936 y quedó hipotecado por todo lo que aportó- vibra una atmósfera única. Es punto de referencia para cualquier turista del mundo que quiera conocer Buenos Aires y que inspiró a artistas como Joaquín Sabina en su “Dieguitos y Mafaldas”. Pero lo más importante: tiene muchísima historia; debería ser declarado patrimonio futbolístico de la humanidad.

Hace 76 años era sábado y la excusa para inaugurar fue un amistoso ante San Lorenzo de Almagro que Boca ganó por 2 a 0 con goles de Ricardo Alarcón y Aníbal Tenorio.

Como ironía del destino, en el año 2000 cambió su nombre de Camilo Cichero por Alberto J. Armando, presidente xeneize que fue de los primeros en intentar cerrar la Bombonera para construir otro estadio en los terrenos de Casa Amarilla. Fue Mauricio Macri el que tuvo la idea de homenajear a aquel dirigente que igual que él quiere otra cancha de Boca. Macri adaptó el estadio a las necesidades del marketing y el turismo y construyó palcos VIP para empresarios, personajes de la farándula y turistas norteamericanos, japoneses o diplomáticos. Poco que ver con la hinchada populosa que se ganó el título de “Jugador número 12” que se fue apropiando la lamentable barra brava de mercenarios a sueldo.

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La Bombonera fue ideada por el Ingeniero José Luis Delpini, que se inspiró literalmente en una caja de bombones que recibió para un cumpleaños. Su forma –originalmente de tres lados con público- y lo empinado de sus tribunas (construyendo a lo alto con la idea de que entre más público) también es una marca registrada, logrando una acústica atrapante cuando ruge la parcialidad xeneize.

Pero Macri se encargó de ir desencatándola lo más que pudo, aunque mucho no pudo, claro está. Además de los palcos y las adecuaciones a reglas de FIFA que limitan la cantidad de público (por la imposición de que todo asistente debe estar sentado, reduciendo notablemente la capacidad), fue el ideólogo de quitarle lugar al público visitante hasta reducirlo a la mínima expresión. Luego fueron los “genios” de la AFA los que directamente prohibieron el público local como “solución” al problema de la violencia en los estadios.

El arquitecto Pablo Abbatángelo (nieto de Cichero) denuncia que el costo de la construcción de esos palcos –a cargo de la empresa constructora Riva- duplicó lo que salió construir el Nuevo Gasómetro entero.

El actual presidente Daniel Angelici, delfín de Mauricio Macri, tiene como una de sus prioridades concretar la remodelación de la Bombonera o directamente su cierre y reemplazo por un estadio nuevo en terrenos de Casa Amarilla, aquellos que suscitaron la golpiza y patoteada a integrantes del agrupamiento “Boca es Pueblo” en una reunión de la Comuna n°4 de la Ciudad.

El macrismo nunca ocultó sus deseos de emprender grandes negocios ligados a empresas inmobiliarias y constructoras amigas, así como lo hicieron con la obra pública en sus gestiones de gobierno.

Pero la Bombonera, con sus 76 años, resiste con la fuerza de quienes más la aprecian: hinchas y simpatizantes, socios y amantes del fútbol en general. Se merece el respeto que se ganó y mantenerse como el monumento que es.