El 23 de septiembre de 1939 moriría Sigmund Freud, neurólogo austriaco y de origen judío; quién se convertiría en un personaje amado por algunos que se volverían sus seguidores, y odiado por otros, por quebrar algunas de las ideas de la moral victoriana.
Viernes 23 de septiembre de 2016
Nació en 1856 en Pribor, ciudad que ahora es parte de la República Checa y entonces formaba parte del Imperio Austriaco en el seno de una familia judía, fue el mayor de seis hermanos, y tuvo dos hermanastros del anterior matrimonio de su padre; en su niñez se mudaron a Viena y posteriormente Freud ingresó a la Universidad de esa ciudad.
Fue médico y neurólogo de profesión, mientras realizaba unos estudios en París con el neurólogo Jean Martin Charcot, en donde hacían uso de la hipnosis para tratar la histeria, Freud se dio a la tarea de pensar algo que explicara por qué la hipnosis curaba parcialmente el síntoma, pero al final volvía a aparecer de otra forma, lo que lo llevó a realizar varios estudios como la asociación libre y la interpretación de los sueños, hasta dejar de lado la hipnosis.
Comenzó a plantear la idea de un inconsciente que figuraba en la vida de los sujetos y determinaba hasta cierto punto sus acciones, entonces el psicoanálisis se convirtió en una teoría y método para traer lo inconsciente al ámbito de lo consciente a través de la palabra; ya que sólo descifrando el origen del síntoma era posible eliminarlo.
Algunos de los aportes más importantes que hizo Freud a la psicología contemporánea fueron el del inconsciente y el de un aparato psíquico que guiaba la vida de los sujetos, es decir una estructura de la mente que está dividida en tres partes: ello, yo, y superyó. Estos aportes junto con los de la sexualidad de los sujetos ayudaron a pensar el desarrollo de la mente humana; sin embargo también fue duramente criticado por no tener bases “físicas” que apoyaran su teoría.
En 1923 se le diagnosticó cáncer de paladar debido a su gusto por fumar puros, el cual no dejó a pesar de que su condición empeorara; Freud continuó trabajando sobre su teoría y los nuevos conceptos que planteó. En 1938, cuando Austria fue anexada a la Alemania nazi, a pesar de su negación por salir del país, la constante hostilidad del Tercer Reich lo obligaron a salir y refugiarse en Londres, ya que era considerado enemigo del Reich por ser judío y por ser fundador de la escuela psicoanalítica.
Finalmente, sus cuatro hermanas murieron en campos de concentración mientras Freud moriría en Londres el 23 de septiembre de 1939, a causa de tres inyecciones de morfina que le fueron aplicadas a petición suya para evitar el dolor que le causaba el cáncer de paladar.
Algunas de sus obras más conocidas son “Tótem y tabú”, “Tres ensayos de teoría sexual”, “Psicología de las masas”, y “El malestar en la cultura”.
Laura Aparicio
Agrupación de Mujeres Pan y Rosas México