Después de que un diputado del Morena propusiera una iniciativa de ley permitir la elección del Rector de la UNAM con voto universal, Graue acusó de injerencia al partido de gobierno.
Viernes 21 de febrero de 2020
El 18 de febrero Miguel Ángel Jáuregui Montes de Oca, diputado de la bancada del Morena, presentó en el pleno de la Cámara de Diputados una iniciativa de ley que buscaría transformar la manera de gobernanza de la UNAM —con la propuesta del voto universal para elegir rector y cargos directivos—, reformando varios artículos de la Ley Orgánica que están vigentes desde 1945, año en que fue modificada por última vez.
Ante el hecho, los sectores más conservadores de la UNAM —sobre todo los ligados al PRI y al PAN— protestaron en redes sociales de la manera más hipócrita posible, utilizando de manera oportunista la disputa interna por el control de la universidad, acusando de un hecho violatorio a la autonomía la propuesta de “democratizar” la manera de elección de todos los cargos directivos y de rectoría.
Lo anterior escaló cuando, a través de los medios oficiales de la universidad, Enrique Graue se sumó al repudio de la iniciativa, ocupando maniqueamente la autonomía universitaria para defender un modelo virreinal y antidemocrático, donde 15 personas eligen al personaje al frente de más de 350 mil alumnos, 40 mil docentes y más de 30 mil trabajadores.
A su vez, es el Rector quién define los 15 integrantes de la Junta de Gobierno, y en los consejos técnicos y universitario, los trabajadores no tienen voz ni voto y los estudiantes tenemos una subrepresentación (2 consejeros por cada facultad, algunas con más de 24 mil estudiantes) y los directivos tienen derecho de veto. Un modelo que, sobra decir, ha sido profundamente cuestionado durante décadas por la comunidad universitaria.
Democratización, un tema escabroso para el MORENA y más aún para el PRI
En el comunicado emitido por Enrique Graue, luego de que la iniciativa de Jáuregui se volviera tendencia en redes sociales, el rector de la UNAM denunció como “un intento de desestabilizar la vida universitaria” y exigió a la cámara de diputados retirar dicha propuesta y hacer público el “respeto” a la autonomía de la UNAM.
La respuesta de la bancada del Morena no se hizo esperar, y dando la espalda a su diputado, acusó su actuar de unilateral, deslindándose de la iniciativa y respaldando a la Rectoría. Además, declararon que la propuesta, tras ser retirada, no será discutida ni siquiera en las comisiones de la Cámara.
De esta manera el partido en el poder no sólo demuestra una vez más su alineación al PRI que gobierna la UNAM, sino que tira por la borda una propuesta que sin duda hubiera sido enormemente progresiva para la vida universitaria en tanto que la estructura de gobierno es profundamente antidemocrática y se han expresado diversos movimientos contra el autoritarismo, como la lucha contra el porrismo en el 2017.
Democratización de la UNAM, un tema urgente; ¿pero basta con voto universal?
Lo cierto es que la polémica pone sobre la mesa un tema a todas luces sentido por quienes conformamos la universidad más grande de América Latina. Es una realidad que el mínimo y elemental derecho de elegir a quien está al frente de su universidad y sus escuelas, derecho que se ha negado históricamente a los y las universitarias, que en su gran mayoría están a favor de que la elección del gobierno universitario sea a través de voto universal, libre y secreto, como demuestran las consultas realizadas por estudiantes, docentes y trabajadores en 2015 y 2019 en las que el 70% de más de 15 mil integrantes de la comunidad que participaron se pronunció a favor de esto.
Si bien no hay que confiar en la falsa defensa que hacen de la autonomía algunos personajes, que en el 2000 azuzaron y avalaron la entrada de la Policía Federal Preventiva para reventar la huelga del CGH que defendió la gratuidad de la educación, y cuyas intenciones veladas son no perder los privilegios para administrar discrecionalmente nuestra universidad, lo cierto es que discutir el camino hacia la democratización de la vida universitaria obliga a develar que el voto universal es insuficiente si no se discute bajo qué criterios serían designados los candidatos y, en última instancia, qué funciones le son atribuidas a esta figura medieval.
Voto universal y otro proyecto de Universidad
Los últimos procesos encabezados por estudiantes, trabajadores y académicos revelan que las carencias en las que a diario nos desenvolvemos quienes damos vida a esta universidad están íntimamente ligadas con la antidemocrática forma en la que se gestionan los recursos y en la forma en la que se toman las decisiones, donde nuestras necesidades no tienen ninguna injerencia.
Año con año son revelados exorbitantes desvíos de recursos, y no es ningún secreto que los altos funcionarios ganan grandes salarios, mientras la universidad mantiene precarias condiciones laborales para la mayoría de los docentes y trabajadores del STUNAM.
Además, la matrícula continúa sin expandirse sustancialmente, no se construyen nuevos planteles educativos hace décadas y cuestiones básicas como atención médica en los planteles, transporte eficiente y gratuito que garantice nuestro regreso a casa, comedores subsidiados, material didáctico gratuito y becas para todes, siguen sin ser garantizadas.
Inclusive el sentir de estudiantes, trabajadoras y académicas frente a la ola de violencia contra las mujeres nos obliga a plantear que si la universidad se gestionara de otra manera, podrían ser garantizadas guarderías gratuitas para las madres que forman parte de la comunidad universitaria, servicio médico de calidad que garantizara ILE dentro de la universidad, retrovirales para portadores de VIH, tratamientos hormonales para reasignación sexogenérica y atención psicológica de calidad.
Hay que decirlo, aunque resulte progresivo la propuesta de que se involucre a la comunidad universitaria en las decisiones que nos afectan a todos, no basta con voto universal para elegir al Rector y directores. Para un cambio de fondo en la gestión de la universidad es necesario pelear por voto universal, donde cualquiera pueda contender a los cargos administrativos, de la mano con pelear en perspectiva de un gobierno tripartito (conformado por trabajadores, académicos y con mayoría estudiantil) que construya un proyecto educativo que esté abierto y en función de las necesidades de las grandes mayorías.
Una educación pública, gratuita, de acceso irrestricto, anti-patriarcal y no heteronormada es posible sólo si todos los sectores nos organizamos y tomamos el futuro de la UNAM en nuestras manos. Es por ello que las y los estudiante que militamos en la Agrupación Juvenil Anticapitalista dentro de la UNAM —en CU, CCHs, Prepas y FES— te invitamos a que nos conozcas y te organices con nosotres en esta perspectiva, para que seamos cientos peleando por una universidad diferente en cada uno de nuestros planteles, por cuestionar la universidad de clases para cuestionar la sociedad de clases.