La administración de Trump está concediendo beneficios al lobby petrolero a costa del daño ambiental.

Leah Muñoz @leahdanmunoz
Miércoles 27 de diciembre de 2017

El gobierno de Donald Trump desde su llegada ha llevado a cabo una serie de medidas que han mostrado que su beneficio está con las empresas contaminadoras en vez de proteger el medio ambiente.
Su alianza con el lobby del petróleo y del gas se hace evidente. En mayo pasado el Instituto del Petróleo Americano, lobby que agrupa a los empresarios de la industria petrolera y del gas, envió a la Agencia para la Protección del Medioambiente de Estados Unidos una lista de leyes que pedían eliminar ya que interrumpen sus negocios.
Han pasado siete meses de ello y el gobierno de Trump ha eliminado seis leyes de esa lista.
Junto a esta lista de leyes incómodas para el sector, un alto mando envió además una carta en la que solicita al Gobierno que se alteren las regulaciones para “promover el acceso al petróleo y gas natural a nivel nacional, facilitando el proceso con normativas que sean rentables”
Además solicitaban que se modificaran las regulaciones en torno a las consecuencias por fugas de petróleo y eliminación de medidas que limitaban las emisiones de ciertos gases como el metano.
También se han retrasado las regulaciones a plantas químicas para mejorar la seguridad o reevaluación de medidas que limitan la contaminación del aire.
Es evidente que para el gobierno los intereses de la industria del petróleo, gas y carbón están por encima de la salud del pueblo estadounidense y el cuidado del medio ambiente.
A lo largo de este año Trump ha dejado claros sus compromisos con los empresarios como lo mostró al retirar a Estados Unidos del pacto mundial contra el cambio climático y eliminar las protecciones de ríos y fuentes de agua natural.
Sumado a esto, a principios de diciembre Trump ordenó una reducción histórica en la protección de reservas naturales que abre la puerta a actividades como la extracción de gas, petróleo, minería y tala de árboles.
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