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Red Internacional
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Informe. A cuatro años de la inundación de La Plata: ¿qué hubo de fenómeno natural y qué de negligencia política?

Desde la Asamblea de Inundados de Tolosa aseguran que la ciudad sigue creciendo al ritmo del negocio inmobiliario, y que hoy, ante un nuevo desastre, la vulnerabilidad es mayor que a 2013.

Emiliana Cortona @emilianacortona

Domingo 2 de abril de 2017 00:17

Este domingo se cumplen cuatro años de la peor inundación que sufrieron los vecinos de La Plata y zonas aledañas. El 2 y 3 de abril de 2013 cayeron cerca de 400 milímetros de agua. Se inundaron casas, autos, colegios. Fallecieron varias personas. La justicia dice que son 89, pero los vecinos aseguran que son más. Muchos quedaron atrapados en sus casas, a otros no los pudieron rescatar. Algunos salieron temprano y no pudieron regresar hasta el día siguiente. Los teléfonos colapsaron. La electricidad también.

Graciela Ungaro y Alejandro Alabano, integrantes de la asamblea de Inundados de Tolosa, coinciden en algo: la lluvia hoy es angustia. Graciela asegura que no duerme cada vez que llueve. Que se despierta y le dan ataques de miedo. Alejandro dice que la lluvia dejó de ser algo melancólico, romántico: ahora es una permanente preocupación.

El gobierno aseguró que llovió más de lo normal. Pero, ¿qué hubo de fenómeno natural y qué de negligencia estatal o irresponsabilidad política en la inundación de La Plata del 2013? ¿Los llamados “fenómenos naturales” son tan naturales?

Lo “natural” de la inundación

La Plata está situada sobre una llanura. Eso es natural. Con ríos que la cruzan por debajo. Eso también es natural. Y tiene un clima propio a su zona: templado pampeano húmedo. Este clima varía, y esto también es natural. Es lo que los meteorólogos llaman variabilidad climática. Sólo alcanza con recordar que el invierno pasado no fue igual al anterior, o que este verano fue más caluroso que el del 2015.

Pero también hay cambios más significativos, cambios en los promedios del clima a largo plazo. Es lo que se conoce como cambio climático. Federico Robledo, Licenciado en Ciencias de la Atmósfera, explica su causa: el impacto del hombre, fundamentalmente por la quema del combustible fósil. Es lo que ha llevado en este último tiempo a medir un calentamiento global. Ahora no estaríamos tan seguros de decir “eso es natural”. La emisión de gases de efecto invernadero en los últimos cien años provocó un incremento de la temperatura. Este calentamiento global se manifiesta de distintas formas: más calor, más lluvia, sequía según en qué parte del mundo nos encontremos. Esto, claro, tampoco es natural.

Lo “no natural” de la inundación

El 2 y 3 de abril de 2013, según Alejandro Alabano, faltaron obras hídricas, planes de alerta y de contingencia para que los vecinos sepan qué hacer frente a la inundación. Esto no es natural. Tampoco hubo planificación urbana, pues se construye indiscriminadamente. Las zonas naturales para retener la lluvia son habitadas por familias que no acceden a una vivienda digna. Eso tampoco es natural.

Las obras estructurales:

Las obras hídricas, las de cemento, son responsabilidad de la Provincia de Buenos Aires: antes de Daniel Scioli, hoy de María Eugenia Vidal. Según el último informe de la asamblea de Inundados de Tolosa, de las 62 obras hídricas que fueron anunciadas desde abril de 2013 sólo se finalizaron 17. Es decir, el 27 % de la totalidad de las obras. El resto no se están ejecutando. Algunas ya están licitadas pero paralizadas, otras ni siquiera se licitaron.

Alejandro Albano asegura que estas obras podrían haber evitado el caos de la inundación del 2013. Y además, aporta una información clave: el gobierno de Scioli estaba al tanto de las obras que debía hacer. Por un lado, las inundaciones del 2002 y 2008 fueron dos alertas naturales que podrían haber servido para que el gobierno provincial haga las obras. Y por el otro, tuvo alertas académicas: la Universidad Nacional de La Plata publicó dos informes uno de la Facultad de Ingeniería y el otro de la Facultad de Ciencias Naturales. Ambos estudios arrojaron los mismos resultados: La Plata era una ciudad inundable en la que había que hacer obras estructurales (hídricas) y no estructurales (planes de contingencia y alerta temprana).

Hugo Gutiérrez, ingeniero e integrante de la asamblea de Inundados de Tolosa, asegura que hoy La Plata está en una situación más crítica que la del 2 de abril del 2013. Porque las obras están siendo construidas contrariamente a las leyes de la ingeniería. En vez de hacerlas desde la desembocadura del arroyo hacia la cuenca alta, lo hacen al revés: desde los cascos urbanos hacia la desembocadura. Así, asegura Gutiérrez, los funcionarios tienen obras que inaugurar. Alejandro Albano sostiene que las obras tienen sentido si se hace en su totalidad. Lo problemático, reflexiona, es que es más peligroso tener obras a medio terminar que no tenerlas. Así, si vuelve a llover igual que en 2013, el agua va a llegar más rápido al casco urbano. Es decir se va a inundar en menos tiempo.

Según la Facultad de Económicas de la Universidad de La Plata, la inundación tuvo un costo de 3.400 millones de pesos. Y la tercera parte de la ciudad tuvo que endeudarse para tratar de volver a lo que tenía antes del 2 de abril. Los vecinos denuncian que los subsidios se entregaron de forma muy dispar y que se enteraban de boca en boca. No hubo una comunicación oficial ni masiva que llegue a todos. Desde el 2013 exigen una ley de subsidio que aún no fue elaborada.

Las obras no estructurales, es decir, los planes de alerta y contingencia:

Otro de los elementos “no naturales” de la inundación de La Plata fue la poca información que tenían los vecinos. No sólo de las lluvias y del servicio meteorológico, sino también de qué hacer cuando se inunda su casa, a dónde ir, qué llevar. Esto es lo que se llama planes de alerta y de contingencia, que corresponde al municipio de La Plata. En 2013 Pablo Bruera era el responsable, hoy es Julio Garro.

El municipio de La Plata les dijo a los vecinos que los planes de alerta y de contingencia ya están entregados y aprobados. Pero desde la asamblea de Inundados de Tolosa, lo descreen. Aseguran que estos planes, si están hechos, no fueron socializados con la población. De hecho dicen que si La Plata se vuelve a inundar, la mayoría de los platenses no sabe qué hacer.

Y el último elemento “no natural” de la inundación fue la falta de planificación urbana:

Desde la Asamblea de Inundados de Tolosa aseguran que el municipio permite que se construya en distintas zonas de la ciudad y de forma poco planificada. Graciela Ungaro asegura que la ciudad crece al calor y ritmo de los intereses de las empresas constructoras y no al de los de la población. De esta forma, se construyen cada vez más edificios, posibles de acceder sólo para una determinada parte de la población. Y los que no tienen dinero suficiente para comprar o alquilar estas viviendas terminan asentándose en zonas cercanas a los arroyos, lugar que debería quedar justamente para retener las lluvias más intensas.

La falta de planificación urbana, entre otros elementos, generó también la muerte de al menos 89 personas.

Justicia injusta

El fiscal Paolini asegura que la inundación dejó un saldo de 89 víctimas fatales. Los vecinos denuncian que evitó sumar 17 casos más y que se han presentado como particulares damnificados en la causa penal, pero Paolini los ha rechazado sistemáticamente.

Paolini entiende que las inundaciones fueron producto de una lluvia extraordinaria. De hecho asegura, según los vecinos, que los funcionarios sabían que debían ejecutar las obras hídricas desde 2013, pero si las hubiera hecho no habría modificado en nada lo que pasó.

Lo que fue natural en la inundación de La Plata fue la zona donde está situada y la lluvia. Su intensidad, la poca planificación urbana, la falta de obras hídricas, la inexistencia de planes de alerta y de contingencia, parecen estar más relacionado con la negligencia e irresponsabilidad política que con un fenómeno natural.