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Red Internacional
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Salud. Movilización en la salud: ¿a qué unidad apuntan las dirigencias de la CONFUSAM?

Hace unas semanas las y los trabajadores de la salud de la atención primaria se encuentran movilizados y con paros parciales. La CONFUSAM, mediante una carta a trabajadores plantea seguir esta semana con un paro prolongado por un alza de 200 pesos en el financiamiento per cápita, que tras algunas marchas el Congreso aseguro que sería de $7.800 pesos, hoy la CONFUSAM exige como piso, 8.000 pesos.

Agrupación "Abran Paso" Agrupación de trabajadoras y trabajadores de la salud

Lunes 23 de noviembre de 2020

Si nos remontamos a la "Declaración Pública sobre Presupuesto 2021 para Salud" la CONFUSAM bien advertía - considerando la pandemia actual- y proponía algo que parece estar quedando en la amnesia de las dirigencias: "Es la hora de ser serios y responsables con el país. Los recursos para Salud deben aumentar considerablemente y de manera permanente. En Salud Municipal, ello significa llevar per cápita en torno a los $10.000 en un plazo de dos a tres años y avanzar hacia un gasto país en el área de la salud equivalente al 6% del PIB como el actual promedio de la OCDE."

Pero incluso al ritmo que están decidiendo las cúpulas de la CONFUSAM - quienes se esmeraron más por figurar en la Mesa Social Covid 19 que abrir diálogos con sus bases durante lo peor de la pandemia- hoy estamos a un aumento menor a $700 pesos desde la propuesta de Hacienda. Es decir, en un plazo de 3 años esta misma lógica, la de los dirigentes que negocian con el gobierno, es insuficiente.

Luego el pasado 19 de noviembre, en una carta a las y los trabajadores de la salud de atención primaria planteaban que el piso eran $8.000 pesos, es decir, menor que al inicio de la negociación.

Luchar por el aumento de 200 pesos en el presupuesto per carpita para la atención primaria, mientras se profundiza la crisis de la salud pública, no es más que continuar poniendo sobre los hombros de funcionarios y funcionarias, el peso del derrumbe de un desmantelado edificio.

Quieren sacar a los trabajadores a la calle por migajas sin establecer que se cumpla con el 6% a 8 % del PIB para Salud y con convocatoria que por lo general están destinadas para la aparición de dirigencias pero sin la ferviente disposición a luchar por mejoras, por la no restricción en recursos (como la leche infantil y la alimentación en adultos mayores) ni por ver disminuidos sus ingresos por responsabilidad de un gobierno que siguiendo lineamientos macroeconómicos nos quiere ajustar el cinturón a costa de sus trabajadores y, principalmente, por las y los usuarios que son quienes reciben el servicio público, actualmente sin calidad, cobertura ni accesos oportunos. Lo que se vendría sólo sería profundizar este escenario.

¿No deberían ser las asambleas de base las que decidan no solo si se va o no a paro prolongado si no cuál será el piso para la negociación?

En la carta enviada el 19 de noviembre plantean que se mantenga la movilización, pues ya definieron por arriba cual será el cronograma. Quienes se vienen movilizando en sus centros de salud, tienen que buscar con tirabuzón la información a los dirigentes y organizarse con sus compañeros, el paro nuevamente se ve como “un paro de todos los años a fin de año” en un contexto donde realmente la salud se ha puesto al centro y eso pareciera que el gobierno no le importara mientras han entregado bonificaciones a carabineros, se mantienen un toque de queda que ninguna medida sanitaria conlleva más allá de mantenernos en un estado de coerción y represión.

Es real que no es el paro de todos los años. Por un lado estamos en medio de un proceso post estallido que no ha culminado, donde la ausencia de seguridad social, derechos y calidad de estos está en un profundo cuestionamiento y salud ocupa uno de los primeros lugares entre las demandas sentidas. En este período de movilizaciones, las y los funcionarios de salud han sido pilares con las brigadas de auxilio en las manifestaciones, paros, movilizaciones y además la primera línea de la pandemia. Por otra parte el estar trabajando con una dotación parcial resta "volúmenes de fuerza", lo cual requiere que se movilicen, y las dirigencias organicen compañeros en teletrabajo, honorarios y, sobretodo, en alianza con usuarios y usuarias, evitando la confrontación que el gobierno pretende siempre generar.

Ya no sirve que las bases de las asociaciones estén "descubiertas" ante posibles sanciones y prácticas antisindicales, ya sea del Estado o de la Municipalidad. Es preciso exigir que las y los dirigentes de Cesfam, Federaciones y Confederación aseguren la más acérrima defensa ante posibles represalias y permitan que más trabajadores se permitan expresar su rabia y ansias de justicia en la movilización, sea esta en la plaza comunal, en Plaza Dignidad o la pronta convocatoria al Congreso en Valparaíso, donde nuevamente sólo las principales figuras apuestan a movilizarse sin consultar ni elevar el ánimo de la primera línea de la pandemia.

No es menor que al menos 16 trabajadores de la atención primaria hayan fallecido por covid, y ayer nos enterábamos de la noticia de una nueva doctora, Carol Ortiz de la UPC (Unidad de Pacientes Críticos) del Hospital La Florida quien falleció producto del covid 19. Trabajadores han estado trabajando incansablemente, y el subsecretario Dougnac” tuvo el descaro de culparla a ella de contraer el virus. Este a veces pareciera ser el mundo al revés.

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Es por eso que nos parece fundamental poder discutir de fondo las transformaciones que se requieren en salud, en un sistema totalmente fragmentado y disfinanciado. ¿Sabía usted que la sala de Urgencia Rea, de reanimación del Hospital Barros Luco tienen solo 4 camas, 4 camas para una población de más de un millón de personas?, ¿Por qué el sistema público mediante subsidio tienen que pagar millones a clínicas privadas para tener camas?, ¿Qué paso con los datos y cifras de fallecidos por covid?, son tantas las preguntas que se abren que es necesario poder discutir en un encuentro de trabajadores de la salud, con delegados desde las bases, cual es el sistema de salud que se requiere. Por lo mismo poder avanzar a un paro unitario de la salud, convocado por todas las federaciones, confederaciones y centrales sindicales, y preparándolo desde las bases, con un petitorio unificado que también retome las banderas de la rebelión de octubre, exigiendo con fuerza la liberación de las y los presos políticos de la revuelta, y que luche por un sistema de salud pública, unificado y nacional, echando abajo el negocio de los privados, los despidos y por un salario mínimo acorde a la canasta familiar.