Acaba de fallecer David Bowie luego de un largo padecimiento de un cáncer con el cual venía batallando hace 18 meses, el informe oficial dice que murió pacíficamente. A continuación y a modo de homenaje la reseña de su último disco.
Lunes 11 de enero de 2016 09:09
Ilustración: Gastón Spur
Ilustración: Gastón Spur
David Bowie desde hace tres años consecutivos aprovecha el día de su cumpleaños, 8 de Enero, para lanzar nuevo material discográfico, costumbre que inauguró con Next day su anteúltimo trabajo de estudio luego de casi una década de retiro de los escenarios y sin lanzar nada nuevo.
Esta vez presenta Blackstar acompañado por un grupo de jazz en el cual destaca el saxofonista Donny Mc Caslin acompañado por el baterista Mark Guiliana, el bajista Tim Lefebvre y el tecladista Jason Lindner, que aportan a la incomparable voz de Bowie el sostén necesario para las nuevas canciones creando un clima más oscuro y caótico al personal sonido del artista que lo ubica nuevamente en la vanguardia del rock. Muchos fans comparan este trabajo y aproximación al jazz y la electrónica con Outside, disco de 1995 y con su famosa trilogía Berlinesa ( Low, Heroes y Lodger), realizada en la década del 1970 en donde bucea en el sonido krautrock, surgida en Alemania, corriente musical de rock y electrónica con gran protagonismo de sintetizadores.
Producido por el mismo Bowie y el legendario Tony Visconti, que ya lo acompañó en el trabajo anterior, quien ayudó a manejar y ordenar el sonido caótico y libre del jazz dentro del formato canción sin que esto se note o al menos aparente un caos controlado.
Anticipando el lanzamiento del disco, el 19 de noviembre pasado lanza su primer video, Blackstar, a cargo del director Johan Reneck, con una duración de casi 10 minutos en donde recorre visualmente y revisita su propia mitología en un relato fantástico de ciencia ficción donde nos muestra un planeta extraño bajo un sol eclipsado en donde una chica con cola de felino( ¿cat people?) se acerca a la osamenta de un astronauta ( ¿Major Tom?) y se lleva su cráneo con extrañas incrustaciones de piedras como si fuera una joya, el cual sería un objeto de veneración y culto en ese imaginario mundo. Un nuevo personaje se suma a la galería de alter-egos que ha creado a lo largo de su cambiante y sorprendente carrera: Bowie aparece con los ojos vendados y con unos botones cocidos sobre las vendas en lugar de los ojos, bailando junto a dos sujetos en un trance espasmódico y luego sin vendas en los ojos como una especie de profeta que nos ofrece una especie de biblia con una estrella negra en su tapa. Muchos dicen que esta canción está inspirada en los ataques fundamentalistas de ISIS. En su segundo video lanzado el 7 de diciembre, Lazarus, reaparece este personaje en una cama de un hospital psiquiátrico de pesadillas con gente escondida debajo de la cama y de un escritorio donde escribe frenéticamente para luego meterse en un ropero, tal vez un homenaje a los videos de Tim Pope para The Cure ( Lullaby y Close to me).
La portada a cargo del diseñador Jonathan Barnbrook, autor de la portada de Next day, esta vez nos muestra una gran estrella negra en el centro sobre un fondo blanco con unos jeroglíficos estrellas negras despuntadas asimétricamente que escriben BOWIE en la parte inferior.
Este disco también ha sido presentado como un símbolo (★)cuando por internet Bowie anunciaba su inminente salida, hoy a pocas horas de ver la luz es número uno en distintas plataformas virtuales y rankings musicales más importantes del rock mundial . A los 69 años David Bowie se despide de este mundo con el que es su último disco, fiel a sí mismo reinventándose nuevamente. Adiós David Bowie, gracias por la música, te vamos a extrañar mucho y a recordar siempre.