Falleció esperando recuperar los restos de su padre Alejo López, fusilado el 21 de diciembre de 1921 en Jaramillo. Demandó al Poder Judicial en 2018 para que inicie la búsqueda. No llegó a tiempo.
Jueves 29 de agosto de 2019 09:57
Su padre se llamaba Alejo López y fue uno de los más de 1.500 peones rurales fusilados durante los sucesos más conocidos como La Patagonia Rebelde. Se trató de una de las masacres más sangrientas sufridas por la clase obrera argentina, que quedó olvidada durante décadas hasta que Osvaldo Bayer realizó una investigación formidable a mediados de la década de 1970.
Alejo era un peón rural en huelga, junto al resto de sus compañeros que habían iniciado la medida de fuerza contra el trato inhumano de los poderosos patrones de las estancias de Santa Cruz (algunos de los más conocidos eran los Menéndez-Braun) respaldadas por el gobierno nacional de Hipólito Yrigoyen y el gobernador provincial Correa Falcón.
El fusilamiento del padre de Aurora fue bajo la orden del teniente coronel Benigno Varela en la Estación Jaramillo, el 21 de diciembre de 1921. Pocos meses después nació Aurora sin llegar a conocerlo. Fue la única descendiente directa que pudo iniciar una demanda al Estado argentino para que realice de manera urgente la búsqueda de su padre. Pero su corazón no pudo esperar más la lentitud estatal.
El Estado siempre fue cómplice de las masacres obreras. Y también es responsable de las penosas condiciones de vida de los actuales peones, que viven en igual o peores condiciones que hace 100 años mientras los patrones de las estancias acrecientan sus ganancias a costa de ellos.
La Comisión por la Memoria de las Huelgas de 1920-1921 de Calafate y Río Gallegos envió sus condolencias a los familiares de Aurora López, asumiendo la tarea de reivindicar la lucha de los huelguistas que se atrevieron a enfrentar a los poderosos y sus gobiernos.
¡Hasta siempre Aurora!
