El pasado 8 de noviembre fue la última vez que sus familiares y comunidad vieron a Julia Chuñil, mujer de 72 años, dirigenta mapuche y defensora ambiental de la región de Los Ríos, en el sector Ciruelos en Máfil. Esto en el marco de años de amenazas del empresariado local que busca talar el bosque nativo de la zona. La lentitud en la búsqueda por parte del gobierno y la poca claridad en la información ha levantado sospechas de tratos entre Conadi y reconocido empresario forestal de la zona.
Domingo 15 de diciembre de 2024
En una reciente noticia del diario El Clarín, se plantean aspectos importantes que pueden ayudar a entender mejor la impunidad con la que actúan los empresarios forestales en el sur de Chile, reflejando que existe una relación directa con Conadi, una institución del Estado y gobierno.
Si bien es sabido que ha ocurrido un avasallamiento hacia el pueblo mapuche con asesinatos, torturas, etc, por parte del Estado durante siglos desde su existencia y avance en sus territorios, y antes del avance de los Estados nación, también sufrieron invasiones por parte de la colonización. Siendo unos de los pueblos originarios que se ha destacado por su resistencia a lo largo de los años.
Cuando el Estado nación avanzó, regalaron tierras en el sur de Chile a inmigrantes alemanes sobre todo, pero europeos en general, lo que hizo que se hayan instalado en tierras que originalmente son protegidas por el pueblo mapuche. Una de las familias alemanas más reconocidas por sus empresas y “aportes” es la familia Anwandter, colonos que resuenan hasta el día de hoy.
La noticia de El Clarín, dice: “Se trata de tierra ancestral indígena ubicada en la comuna de Máfil, región de los Ríos, que está en disputa con el empresario forestal Juan Carlos Morstadt Anwandter y CONADI que hasta ahora nada dice sobre el caso. Los hechos están documentados en la querella presentada por la ONG Escazú Ahora en la Fiscalía Regional de Los Ríos y publicados en La Tercera y Fast Check el 11 de diciembre. Un día después, la entidad declaró reserva para la investigación, solicitada por los familiares, que ahora temen por su propia seguridad.” Agrega: “Al respecto señala Juana Aguilera, Presidenta de la Comisión Ética Contra La Tortura: “El silencio de CONADI de los Ríos es revelador de su rol y responsabilidad en las acciones u omisiones que están tras la desaparición de la señora Julia Chuñil Catricura.”
Otros aspectos importantes que se revelan en la ya nombrada noticia, son los siguientes: “ En 2018, según la querella, los terrenos ahora cuidados por la comunidad Putraguel, volvieron a manos del empresario Morstadt Andwanter, pero CONADI nunca informó del hecho a la comunidad. El asunto había escalado a tribunales, y la Corte Suprema confirmó en 2017 la sentencia de la Corte de Apelaciones que ordenaba a Morstadt Andwanter devolver a CONADI el dinero que la entidad pública le había pagado por el terreno. Pero eso no ocurrió. Morstadt en cambio, habría inscrito el fundo en el Conservador de bienes Raíces utilizando una nueva razón social, una empresa creada por él.
En la querella, familiares de Julia Chuñil sostienen que este empresario forestal utiliza el predio para la tala de bosque nativo y comercialización de leña. Y denuncian que desde 2018 comienzan los actos de hostigamiento, que incluyen, entre otros, el corte de un puente por el que Julia transitaba, hecho por el cual el dueño legal del predio habría pagado $3.000.000 a José Luis Painean Coronado. También la familia sostiene haber sido testigo de ofertas de dinero para que Julia abandonara el territorio, ya que el empresario le dijo a la dirigenta en agosto de este año: “Ya po Julia, ya los tengo a todos comprados. Faltai tú nomás”. El autodenominado dueño del predio habría expresado además a Julia Chuñil que él tenía mucha influencia en CONADI así que no sacaba nada con ir allí.”
Es importante continuar con la exigencia de aparición con vida de Julia Chuñil y justicia para esclarecer los hechos. Esta es una desaparición que nos recuerda los casos de otras defensoras contra la depredación medioambiental, como la de Nicolasa Quintremán o Macarena Valdés, perseguidas y amenazadas por empresarios forestales e hidroeléctricos, que finalmente murieron en extrañas condiciones. No más impunidad.
Nancy Lanzarini
Profesora de Lenguaje y Comunicación.
