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Red Internacional
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Ajuste. A pedir del FMI: crece la campaña por una reforma laboral

Empresarios de comercio piden que haya "banco de horas" para no pagar horas extras y "vacaciones flexibles", entre otras cosas, como "remedio" para la "recuperación argentina".

Viernes 14 de agosto de 2020 13:38

Foto: Jorge Di Fiori, presidente la Cámara Argentina de Comercio, junto a Alberto Fernández en diciembre pasado. Crédito: CAC.

La Cámara de Comercio le presentó a Alberto Fernández los puntos para el sector ante la vuelta a la actividad pospandemia. Entre lo más destacado está la idea de poner "banco de horas" y flexibilizar las vacaciones.

El primer punto significa que el trabajador no tiene un horario fijo y cada día puede tener una jornada de 6, 8 o más horas, según lo pida el empresario. Cuando uno acumula horas trabajadas en el "banco de horas", el empleador no tendría la obligación de pagar horas extras.

En cuanto a las vacaciones, el proyecto pide "compensación de horas extras con días adicionales de vacaciones: otorgar la posibilidad de que el trabajador opte porque se le compensen algunas horas extraordinarias por más vacaciones". Es decir que todo quedaría en manos de lo que "necesite" el empresario.

También desde la CAC, se propuso "adaptar el trabajo en períodos de vacaciones familiares: siempre que el normal cumplimiento de las tareas lo permita, considerar la posibilidad de teletrabajar".

Otra cosa que sostienen los comerciantes es un "requisito inicial para la recuperación de la armonía entre el sector público y el privado. Para ello, un primer objetivo es obtener equilibrios presupuestarios, y el segundo es reducir el gasto público"

Que no significa otra cosa, que un ajuste en salud o educación, por ejemplo, para que ellos puedan seguir obteniendo más beneficios del Estado.

Estas modalidades de trabajo -que son comunes en el sector comercio, lo sabe cualquiera que haya trabajado de repositor por agencia- son formas de flexibilización laboral, que reducen costos para los empresarios, mientras los trabajadores son más explotados.

De imponerse esto en toda la rama, el tiempo de los trabajadores estaría en manos completamente de la necesidad patronal, haciendo imposible que se pueda disponer u organizar la vida de cada uno.

Este pedido de la Cámara de Comercio viene a tono con lo que hace unos días pidió Roberto Lavagna, que decía casi explícitamente que se necesitaba una reforma laboral para "cuidar" el empleo, tomando el ejemplo del convenio de trabajo de UOCRA (construcción), que es uno de los menos beneficiosos para los trabajadores.

Este convenio tiene, entre otras cosas, un punto que decreta que se le retiene a cada trabajador entre el 12 y el 8 por ciento del sueldo (varía según la antigüedad) para un fondo de desempleo. Es decir que son los mismos trabajadores quienes pagan su propio despido.

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Todas estas últimas declaraciones están a tono con las reformas que pide el FMI, cuando el año que viene comienza la negociación para pagar la deuda fraudulenta que tomó el Gobierno de Macri. El Fondo, aunque lo quieren pintar de bueno, vendrá con las mismas recetas de siempre.

Aceptar que hay que elegir entre "cuidar el trabajo" o aceptar condiciones laborales mucho más terribles, es un debate falso. La cuarentena y la pandemia no son los responsables de la desocupación. Sino las políticas de los empresarios, que aprovechan la crisis y la incertidumbre para imponer sus condiciones antiobreras para cuando se termine la pandemia (cosa que tampoco está muy claro cuando será).

Desde el sindicalismo combativo, el Movimiento de Agrupaciones Clasistas (que impulsa el PTS junto a miles de trabajadores independientes), vienen organizando plenarios que hasta el momento juntaron a más de 3000 trabajadores para discutir una alternativa a los empresarios codiciosos y la inacción de la CGT y la CTA que dejan pasar todo el ajuste a la clase obrera.

Ahí se debate cómo hacer para que los trabajadores no paguen los costos de la crisis, que los empresarios quieren descargar sobre sus espaldas.

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