A pesar de la promesa del Morena de dar un giro a las condiciones de las y los trabajadores de la educación, la realidad es otra, pues el presupuesto para su funcionamiento se ha visto disminuido drásticamente en los últimos tiempos.
Lunes 22 de abril de 2024
Las Escuelas Normales son las principales Instituciones de Educación Superior (IES) encargadas y especializadas en formar docentes de nivel básico, junto a ellas existen otras como la Universidad Pedagógica Nacional (UPN) que también contribuyen a dicha tarea, en ese sentido, como parte del subsistema de educación superior, las Normales y otro tipo de escuelas de formación docente cumplen un papel muy importante para la sociedad.
Según el discurso oficial del gobierno de la 4T y las declaraciones del presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO), su gobierno se diferenciaría de los anteriores por la dignificación del magisterio y los trabajadores de la educación, pero la realidad es que esta dignificación no ha tenido lugar, esa es la razón por la cual la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) inició un paro y una movilización el pasado lunes 15 de abril, para exigir el cumplimiento de esas promesas de la mejora de las condiciones de trabajo y la educación.
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Pero en cuanto a las Normales, la 4T expresó que tendría que realizarse su mejora, lo cual está escrito en la Ley General de Educación Superior (LGES) aprobada el 16 de marzo de 2021, que tiene un apartado para hablar del tema, para ser más específico en la Sección Tercera, Del Subsistema de Escuelas Normales e Instituciones de Formación Docente, en su artículo 33 que dice lo siguiente:
“El Estado es el responsable del fortalecimiento de las instituciones públicas de formación docente, escuelas normales, universidades pedagógicas y centros de actualización del magisterio, lo que implica promover mejores condiciones para el desempeño y profesionalización de los formadores, desarrollar sus programas curriculares, de investigación y de extensión, robustecer sus procesos de administración y la planeación de sus modelos de ingreso e instrumentar metodologías pedagógicas innovadoras para contar con una sólida formación inicial y formación continua”.
Pero la cosa no acaba ahí, porque en el artículo 63 dice que: “En la integración de los presupuestos correspondientes, de conformidad con la disponibilidad presupuestaria, en su caso, se contemplarán los recursos financieros, humanos, materiales y la infraestructura necesarios para el crecimiento gradual, desarrollo y cumplimiento de las funciones de las instituciones públicas de educación superior, bajo los mandatos constitucionales de obligatoriedad y gratuidad, además de los criterios de equidad, inclusión y excelencia”.
Lo que dicen las cifras
Las Escuelas Normales son las encargadas de instruir a los maestros que impartirán la educación para las futuras generaciones, por lo que su labor es muy trascendente, sin embargo, si bien esto es reconocido en el discurso oficial del gobierno actual, cuando se habla de la dignificación del magisterio y de los docentes la realidad es otra, como lo demuestran los hechos y las cifras. Pues el presupuesto destinado a las 256 escuelas Normales públicas que existen en el país decreció 48.7 % con respecto a la pasada administración, de acuerdo con datos del Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) 2024.
Según una entrevista del periódico El Universal, hecha a Laura Noemí Herrera Ortiz, Investigadora de la Iniciativa de Educación con Equidad y Calidad de la Escuela de Gobierno y Transformación Pública del Tecnológico de Monterrey, expresa que: “Estamos quedando a deber en la formación de los docentes, el país debería estar invirtiendo más para transformar la educación. En el momento que se precariza la formación docente, se precarizan también los aprendizajes de los estudiantes”.
Estas afirmaciones se sustentan en el hecho de que durante la administración de AMLO se han destinado 3 mil 776 millones de pesos a la Dirección General de Educación Superior para Profesionales de la Educación, de la que dependen las Escuelas Normales. Mientras que en la administración anterior se canalizaron 7 mil 382 millones de pesos, es decir, que, a pesar del cambio de discurso oficial y de lo que está establecido en la LGES, las mejoras a las Normales no han llegado, pero con esto no queremos decir que la presidencia de Enrique Peña Nieto haya sido mejor, pues el caso Ayotzinapa reflejó que la intensidad del ataque fue muy superior.
Pero lo que vemos son rasgos de continuidad en ciertas políticas de gobiernos anteriores, por ejemplo, las reducciones al presupuesto de las Escuelas Normales siguen estrangulándolas, más allá de que no se han presentado hecho con la magnitud de la Noche de Iguala, aunque si se registran situaciones represivas como las que terminaron en asesinatos de normalistas en Tlaxcala (2022) y en Guerrero (2024) durante el gobierno actual.
¿Y el gobierno no lo va a resolver? ¡No! Seremos los trabajadores
Más allá del discurso progresista es necesario recurrir a los datos, porque como pudimos ver la solución no vendrá de manos del gobierno, pues los recortes a las Escuelas Normales resultaron ser la aplicación de la austeridad republicana para los de abajo, mientras que a los grandes capitalistas como Carlos Slim o Germán Larrea se les han garantizado sus ganancias y se han vuelto más millonarios. En ese sentido, consideramos que es urgente e importante que se reafirme la independencia política del movimiento magisterial, que no se tenga confianza en el Estado y sus partidos sino en la movilización en las calles.
También consideramos fundamental que la CNTE incluya en sus demandas y su movilización a los trabajadores del sector superior, empezando por los que están afiliados al Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) como son las propias Escuelas Normales, la UPN o el Instituto Politécnico Nacional (IPN). Lo que puede apuntar también a incluir a la lucha a las universidades autónomas para plantear la unidad en las filas de los trabajadores de la educación, pues las exigencias son las mismas, incluso los mecanismos que se combaten son parecidos como lo es la propia LGES.