Santa Fe. A pesar del ruido, Lifschitz y Bullrich acordarán llenar de gendarmes el territorio rosarino

Lifschitz esperó a la marcha que se realizó el jueves en Rosario para volver a responder al gobierno nacional. El PRO que miró con tanta atención cómo discurría la manifestación aprovechó para tensar más al gobierno provincial declarando que el gobernador no quería comprometerse con la depuración de las policías, o dicho en otras palabras no quería pagar su costo político de esta enorme caja de pandora.

“No queremos ser cómplices. Hay una crisis estructural en Santa Fe, donde el problema del narcotráfico está empezando a tocas a funcionarios que han asumido algunas conductas esquivas” opinó la ministra fiel al papel frontal que parece tener asignado en la negociación.

Ante esto Lifschitz se despachó de Bullrich como interlocutora y elegir al ministro del Interior, Rogelio Frigerio, que tiene una “mirada más política” para destrabar el impasse. En el camino también se confirmado que la pretensión de comando conjunto de las tropas conjuntas, que en los hechos implicaba que las fuerzas de seguridad provinciales estuviesen dirigidas por la Nación, eran una pretensión cierta del Ministerio de Seguridad Nacional, aunque el mismo Pullaro haya dicho lo contrario. Bullrich jugó para estirar la negociación exigiendo lo imposible y que Lifschitz pagará una vez más el costo de la marcha por más “seguridad” donde fue blanco de críticas.

"La policía de Santa Fe no es ni peor ni mejor que otras provincias. Me resulta difícil creer que la policía bonaerense sea una policía europea" contestó Lifschitz para despedirse de Bullrich. Al igual que el PRO la preocupación del gobierno provincial por la institución policial lejos se está de reconocer que es la propia santafesina, al igual que la bonaerense o la metropolitana, la organizadora del narcotráfico y del delito.

Más allá de la disputa, con miras a la elección de 2017, el lunes se firmaría el pacto para militarizar Rosario con el desembarco de Gendarmería.