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Red Internacional
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PLEBISCITO 26 DE ABRIL. División en Unidad Social por Plebiscito Constituyente

Particularmente álgido ha sido el debate en el bloque sindical de Unidad Social, donde las diversas organizaciones ahí representadas, han marcado sus diferencias entre el llamado a votar por la Convención Constituyente o si agregar al voto la denominada “AC”.

Jueves 6 de febrero de 2020

A poco ya de entrar en tierra derecha para el plebiscito del 26 de abril, una nueva polémica se está desarrollando al interior de Unidad Social (US) y particularmente de su sector sindical.

Hace solo unos días, durante un punto de prensa, voceros de US hicieron un llamado a participar del plebiscito del 26 de abril, a apoyar la opción de Convención Constituyente pero reiteraron el llamado a marcar los votos con la sigla “AC”, para poder contabilizar el apoyo a la Asamblea Constituyente, en el entendido que muchas organizaciones sociales, sindicales y políticas, han denunciado a que la opción de Convención Constituyente no es una AC ya que no es soberana y además fue amarrada por el denominado “acuerdo por la paz” con el apoyo de la derecha que defiende el legado de Pinochet.

Ahora, varias de las organizaciones que participan de US y del espacio sindical, han reiterado que este llamado sería “confuso”, además de que abre la posibilidad de que el voto sea objetado entre otras razones.

A pesar de que el mismo TRICEL y el SERVEL han declarado que las marcas de AC no anulan el voto y que por lo tanto deberán ser sumados con su opción respectiva, el panorama no se aclara.

Dos opciones que representan más de lo mismo

Como decíamos acá: Que no nos-engañen: La Convención Constitucional no es una Asamblea constituyente realmente libre y soberana

“Este proceso constitucional fue cocinado “entre gallos y medianoche” la madrugada del 15 de noviembre entre los principales dirigentes de los partidos tradicionales y de, en ese entonces, un sector del Frente Amplio (RD, Liberales, Comunes y Boric). Y luego, todo el marco político, las definiciones y el grueso del proceso fue definido, primero, en una Comisión Técnica constituyente, que propuso una serie de reformas que finalmente votó el Parlamento”, es decir, no fue como muchos dicen producto de la presión de la calle, sino la forma que tuvo la política tradicional de salvarse de la calle, de desviar esa enorme energía que se puso en movimiento el 12 de noviembre y mandarla para la casa a debatir trivialidades.

Mientras la derecha logró asegurar los vetos de quórums, fijar una serie de reglas y normas previas a la propia convocatoria de la convención (en cualquiera de sus formas) que fija desde ya un piso jurídico que no se podrá cuestionar, aun cuando la derecha quedase en absoluta minoría.

Tanto la convención mixta como la constitucional no son más que un salvavidas para el régimen del 80 que ha sido defendido por la derecha, pero también consagrado por todos los gobiernos desde Aylwin en adelante.
Marcar o no marcar, esa no es la cuestión.

El debate dentro de Unidad Social está mal enfocado ya que parte de la derrota. El “acuerdo por la Paz”, como se ha dedicado a mencionar el presidente de RN fue una derrota “contra los violentistas” pero en verdad fue la victoria de los violentistas que se encuentran atrincherados en este Estado hecho a la medida de los empresarios.

Recordemos que a la fecha se registran decenas de muertos, cientos con lesiones oculares, decenas de miles han sufrido todo tipo de vejaciones incluida la tortura, la que ha sido constatada por diversos organismos de DDHH nacionales e internacionales.

Son la policía y sus FF.EE, los militares que salieron durante el Estado de excepción, la justicia que libera a policías que han violado los DDHH de miles. Todos ellos son los violentistas que ganaron con el “acuerdo por la paz".

Por eso el debate por marcar o no el voto, deja absolutamente de lado la posibilidad de instalar una verdadera Asamblea Constituyente Libre y Soberana, que sea fruto de la movilización obrera y popular, impuesta al régimen sin Piñera ni los partidos tradicionales.

US optó por abandonar sus propias banderas para rebajarlas a “lo menos malo”, a la “medida de lo posible”. Esto porque no confían en las fuerzas de la clase trabajadora, de las mujeres, de la juventud. Prefieren negociar con la derecha un acuerdo lo más “civilizado" posible.