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Red Internacional
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México

UNIVERSIDAD NACIONAL AUTONOMA DE MEXICO. A propósito de las elecciones de Consejo Técnico en la FCPyS: la antidemocracia y el autoritarismo en la UNAM

El jueves 15 de abril se realizaron las elecciones de consejerías técnicas en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales y otras facultades de la UNAM. A partir de ello abrimos una reflexión sobre el carácter de la universidad hoy y las perspectivas de lucha.

Lucía Rodríguez México D.F.

Viernes 17 de abril de 2015

La UNAM vive un continuo proceso de elitización, exclusión y privatización, evidencia de ello son: el 92% de los jóvenes que pretenden ingresar a la universidad y son rechazados; los cobros ilegales en talleres, cursos y diplomados que exceden la posibilidad de costeo de la mayoría de los estudiantes; la modificación de los planes de estudio que obedecen más a las tendencias de los requisitos laborales de formación de técnicos capacitados que a las voces estudiantiles; los convenios que tienen institutos de investigación con la iniciativa privada para entregarles los resultados de los proyectos académicos; la realización del servicio social en empresas privadas; o los cobros ilegales que en posgrado, a nombre del patronato universitario, se obligan a pagar a los estudiantes.

A la par nos enfrentamos a una cotidianidad donde los servicios universitarios como copiadoras, impresiones, comedores y cafeterías se encuentran concesionados a privados, elevando año con año los gastos de los estudiantes para mantenerse dentro de la universidad.

Lo anterior se da en el contexto de la aplicación de las reformas estructurales y la subordinación al imperialismo que reclama de México sus recursos naturales y su mano de obra barata, mientras el gobierno aplica y anuncia recortes al gasto social como producto de las consecuencias de la crisis económica, la entrega de PEMEX a las grandes trasnacionales y la caída de los precios del petróleo.

Muestra de ello es el recorte presupuestal que sufrió el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) de 900 millones de pesos, anunciado el 29 de enero de 2015, mientras el presupuesto a las fuerzas armadas se incrementa.

La defensa estudiantil de la educación pública y la conquista de mejores condiciones de estudio, pasa necesariamente por cuestionar la estructura de gobierno que rige la Universidad, es decir, cómo se realiza la toma de decisiones.

¿Cómo es el gobierno de la UNAM?

De acuerdo a la Ley Orgánica de la UNAM, las autoridades que conforman la estructura de gobierno en la Universidad son la Junta de Gobierno, el Consejo Universitario, el Rector, el Patronato, los directores de facultades, escuelas e institutos, los consejos técnicos de facultades y escuelas, así como el de Humanidades y el de Investigación Científica.

La junta de gobierno consta de 15 miembros que son elegidos por la propia Junta, la Rectoría y en contadas ocasiones por el Consejo Universitario. Este organismo se encarga de nombrar o remover, por causas graves, al rector, a los directores de facultades, escuelas e institutos, y a los miembros del Patronato Universitario, y resolver conflictos entre las autoridades.

El Patronato Universitario administra el patrimonio y los recursos ordinarios y extraordinarios de la Universidad.

El Consejo Universitario es la autoridad colegiada responsable de expedir todas las normas y disposiciones respecto al funcionamiento técnico, docente y administrativo de la Universidad. De acuerdo con la última reforma aprobada en agosto de 2011, el Consejo Universitario está integrado por 57 consejeros ex oficio (el rector y los directores de facultades, escuelas e institutos) y por 85 representantes de los académicos, estudiantes y trabajadores administrativos, cada uno con un suplente.
El Consejo Técnico participa en la conformación de las plantillas académicas, la asignación del PRlDE, reglamentos, planes y programas de estudio, y demás asuntos internos de las facultades o escuelas.

Antidemocracia y autoritarismo

Es claro que el gobierno de la UNAM funciona de manera totalmente vertical, y dentro de su estructura no se respetan ni los derechos democráticos elementales. Ejemplo de esto es que el consejo universitario contenga 57 miembros que no tienen correspondencia representativa dentro de la universidad y sin embargo resuelvan sobre los mayores problemas universitarios y elijan al rector y directores.

Al mismo tiempo el autoritarismo es un rasgo innegable, pues el Rector tiene derecho de veto en las decisiones que toma el consejo universitario; así lo establecen los estatutos generales de la UNAM en la fracción V del artículo 33 y la ley orgánica de la universidad; esto se reproduce por el director hacia el Consejo Técnico.

Bajo estas características y el reconocimiento de los propios límites para que el Consejo defienda los intereses estudiantiles y de los trabajadores, se pueden utilizar los restringidos espacios del Consejo Universitario y el Consejo Técnico como tribuna de denuncia de la propia antidemocracia universitaria, y como espacio que fortalezca, fomente y quede al servicio de la organización estudiantil independiente y en apoyo a los trabajadores.

Ningún nivel que conforme la estructura de gobierno puede ser representativo o democrático mientras se estructure dentro del autoritarismo y la verticalidad. Para ello se pone como reto construir mecanismos que permitan ampliar los espacios de tomas de decisión, involucrando al mayor número de estudiantes, trabajadores y académicos en ello, ya sea en espacios asamblearios o por medio de representantes de turnos y semestres que tengan el mismo peso en las decisiones que los consejeros.

Al mismo tiempo, las autoridades nos engañan afirmando que a través de la representación en las consejerías las necesidades de la comunidad universitaria pueden ser escuchadas. Hace falta un programa y estrategia de lucha para transformar de manera radical la estructura universitaria y poder poner en pie un órgano tripartito donde estudiantes, académicos y trabajadores, atenidos a la toma de decisiones en democracia directa, podamos discutir cómo poner la universidad al servicio del pueblo pobre y trabajador.

La organización estudiantil independiente nos permitirá ponernos al servicio de combatir las contradicciones sociales que resuenan en la universidad, poniendo la energía de la juventud estudiantil al servicio del triunfo de las luchas de todos los sectores oprimidos y explotados de esta sociedad, detonando el potencial que los estudiantes mostraron el semestre pasado para nutrir y empujar la lucha por los normalistas desaparecidos de Ayotzinapa, que abrió una enorme crisis al régimen asesino del PRI-PAN-PRD.