Presentamos al lector "Aportes para una definición del carácter del peronismo" del libro Cien años de historia obrera en Argentina.
Sábado 17 de octubre de 2020 00:08
Ilustración: Ana Laura Caruso
17 de octubre de 1945. Aquel día miles de trabajadores coparon la Plaza de Mayo. Pasará a ser para los peronistas el Día de la Lealtad. Pero no vamos a contarles qué pasó esa jornada, eso lo pueden leer acá o acá.
De todos modos, la fecha impone que hablemos un poco de peronismo. Lo primero que salta a la vista es que es difícil pensar la historia argentina desde mediados del siglo XX en adelante sin hacer mención a este fenómeno. Más difícil aún es hablar de la historia del movimiento obrero de nuestro país de los últimos 80 años sin hablar de él. Pero también sabemos que la historia de organización y lucha de los trabajadores no comenzó ahí. Claro que no.
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Aunque no vamos a hablar específicamente sobre el 17 de Octubre, sí vamos a decir que ese día quedó como un hito para la clase obrera argentina, miles de trabajadores salieron a las calles, abandonaron sus lugares de trabajo, caminaron kilómetros, se hicieron presentes en el centro político del país. Sin negar lo trascendente de este hecho, también hay que decir que no es la primera vez que los trabajadores salían a las calles, en defensa de sus derechos y sus conquistas. Aunque sí va a ser el momento decisivo que pasó a transformarse en el momento fundacional de este movimiento que se consolidó como dirección política y forjó la conciencia de las amplias mayorías de la clase obrera argentina hasta nuestros días.Pero la historia también nos muestra cómo esa clase se fue formando, desde fines del siglo XIX, con tradiciones anarquistas y socialistas y –al contrario de la visión nacionalista que impone el peronismo– con un gran sentido internacionalista. Grandes conquistas se impusieron con sus luchas, forjaron sus organizaciones, comisiones internas, sindicatos, centrales sindicales, partidos.
¿Qué es el peronismo?
Definir el peronismo suele dar lugar a debates, por izquierda y por derecha. Un concepto que nos parece apropiado para entender su fenómeno, y que tomamos de León Trotsky, es el de bonapartismo sui generis. ¿Por qué nos parece atinado? Trotsky lo elabora a partir de sus estudios sobre México, y va a plantear que, con la ofensiva imperialista norteamericana sobre los países semicoloniales, se da un espacio propicio para el surgimiento de estos fenómenos de nacionalismo burgués. En esa ofensiva no solo se dan fenómenos de resistencia y movilización de las masas, sino que también las burguesías locales buscan obtener una relativa autonomía y condiciones más favorables de negociación con el imperialismo. Al mismo tiempo, la propia debilidad de las burguesías locales frente al capital imperialista, y la fortaleza del proletariado de sus países dan como resultado un tipo de regímenes que van a girar entre la burguesía nacional y la clase obrera, y entre el capital local y el extranjero.
El triunfo de Perón, justamente, da origen a un nuevo tipo de gobierno. Ante la imposibilidad del régimen de resolver la crisis burguesa, producto de esta disputa imperialista, necesita fortalecer el apoyo del proletariado, convirtiéndose en la base social de apoyo de este gobierno para resistir esta ofensiva. Estas burguesías, de países atrasados o semicoloniales, tampoco van a luchar por la liberación de sus países ya que, al mismo tiempo, están atadas por uno y mil lazos a capitales extranjeros. Al tiempo que tampoco pueden “liberar” la fuerza del proletariado y la potencialidad revolucionaria que una lucha nacional podría abrir. Creemos que hoy en día, volver sobre la historia de nuestra clase y lo que significó –y sigue significando– el peronismo se hace imprescindible.
Los sindicatos ¿son de Perón?
Decíamos antes que el peronismo buscó (y logró) consolidar a la clase obrera como su base social, con altas tasas de sindicalización, importantes sindicatos por industria, una única central sindical, con una mejora en su nivel de vida, donde las condiciones laborales eran discutidas en convenios colectivos de trabajo. Pero esto se va a dar junto con un creciente proceso de burocratización y de lo que llamamos “estatización de los sindicatos". ¿A qué nos referimos con esto? Desde ese momento, el papel del Estado pasará a ser clave en el disciplinamiento y la organización de los trabajadores. Fundamentalmente este proceso se da a través de la Ley de Asociaciones Profesionales, que por un lado garantizaba la negociación colectiva de los sindicatos y la defensa de los dirigentes ante ataques de las patronales, pero por el otro otorgaba al Estado funciones de control. Por ejemplo, tenía la facultad de reconocer qué sindicatos estaban autorizados y cuáles no a negociar con las patronales, de intervenirlos, de regimentar las huelgas. Es de esta manera que se va conformando una estructura sindical unificada y centralizada, con fuertes organizaciones, donde sus dirigencias sindicales tenían una gran fuente de recursos derivados del Estado (provenientes del cobro de las cuotas sindicales, por ejemplo, que ahora se realizaba de manera automática). De esta manera, el peronismo busca mantener el control de la clase obrera, evitando el surgimiento de sectores independientes. Esto, sumado como decíamos al principio, a una ideología de conciliación de clases.
En este complejo proceso, las organizaciones sindicales, las comisiones internas (que son una excepción en el mundo) y toda una la legislación laboral favorable a los trabajadores van a ser una fortaleza para la clase obrera en las luchas que van a llevar adelante, incluso durante los gobiernos peronistas. Y en este punto, queremos agregar que si bien este modelo sindical se consolida de manera indudable y se mantiene hasta la actualidad, lo cierto es que también se ha visto cuestionado por las y los trabajadores, por sectores clasistas, por la izquierda, por aquellos que vemos la necesidad de transformar los sindicatos, para que sean organizaciones con independencia del Estado, con democracia sindical y en unidad de la clase obrera y el conjunto de los oprimidos.
Y para acercarnos a esta enorme tradición de la clase obrera en la Argentina y el lugar que allí tiene el peronismo es que hoy queremos recomendarles Cien años de historia obrera en la Argentina 1870-1969. Una visión marxista de los Orígenes a la Resistencia. Porque es necesaria una visión marxista sobre uno de los grandes movimientos que moldearon la conciencia de la clase obrera de nuestro país. Y a la vez, recuperar las mejores tradiciones de lucha, sus experiencias, incluso sus derrotas, nos permite pensar que nuestra clase no tiene como único objetivo ir detrás de un proyecto nacionalista burgués, sino que puede ponerse al frente de un proyecto político con independencia de clase, de la burguesía y el Estado, que dé salida a las grandes penurias del conjunto de los oprimidos. Crisis de grandes dimensiones como la actual, que ya están mostrando sus consecuencias, ponen de manifiesto que es necesario discutir las salidas de fondo, que no pueden venir de la mano de estos proyectos que no tienen como objetivo liberar a la humanidad de las cadenas de la opresión y la explotación, y que detrás de un discurso nacional y popular, solo esconden, en definitiva, la defensa de los intereses de las clases dominantes. Como dicen las primeras páginas del libro: “Es en esta historia que encontraremos lecciones para emprender la tarea de transformación de la sociedad. No debemos empezar de cero cada vez”.