El ministro de Educación entregó computadoras a los estudiantes de las escuelas de Ensenada en el marco del Programa Conectar Igualdad. El distrito recibió sólo 300 y ninguna respuesta a la falta de conectividad en los barrios.
Miércoles 14 de octubre de 2020 08:10
En el mes de abril, el Ministerio de Educación firmó un convenio con los municipios de la tercera sección donde se establecía la asignación y distribución de los materiales tecnológicos a los alumnos de nivel secundario de las instituciones educativas de gestión estatal a los efectos de lograr la continuidad pedagógica.
Siete meses después llegaron las primeras 300 computadoras para los estudiantes de las escuelas de Ensenada. Durante todo ese tiempo fuimos los docentes los que nos pusimos al hombro la continuidad pedagógica, tratando de llegar a todos y cada uno de nuestros estudiantes que, a pesar de los esfuerzos, veíamos como se quedaban afuera de la enseñanza virtual.
En Argentina las cifras son más que preocupantes. Un 48.7% de estudiantes no tiene computadoras y un 47% no cuenta con Wi Fi en su casa, según el Observatorio de la Deuda Social Argentina. Es decir, que casi la mitad de los estudiantes no cuenta con los recursos para acceder a la modalidad virtual.
A su vez, la pobreza ya superó el 40% y los docentes lo vivimos en carne propia cuando vamos de forma voluntaria a las escuelas entregar los alimentos y vemos las largas filas de familias que van a retirar la ayuda alimentaria que cada vez alcanza menos.
Solo un grupo de estudiantes de Punta Lara recibió las tan prometidas netbooks. Sin embargo, ésta política no vino acompañada de ninguna otra que garantice que todas las familias puedan acceder a conectividad gratuita.
Semanas atrás el Gobierno reconoció que hay 279 mil estudiantes que no tuvieron continuidad y para “resolver” este problema lanzó el programa ATR que consiste en contratar 46 mil docentes para que vayan a las casas de las familias y los "revinculen". Al igual que hicieron con el programa PIEDAS se sigue precarizando a los docentes y no se invierte ni un peso en educación.
También, el ministro tuvo tiempo de recorrer junto a Mario Secco el Jardín 902- Juana Manso, que se encuentra en obra hace pocos meses. Luego de una larga lucha de los docentes junto a la comunidad educativa y el apoyo del Suteba Ensenada, se consiguió que se comenzara a construir el nuevo Jardín.
Sin embargo, son varias las escuelas del distrito que, antes de la pandemia venían atravesando fuertes problemas edilicios: paredes de durlock, falta de agua, sobrepoblación y hacinamiento en las aulas, por enumerar algunos. Ningún problema de infraestructura fue resuelto en estos siete meses de pandemia.
En este marco, pensar la vuelta a clases se torna complejo. Trotta planteó que junto con el gobernador, la ministra de la Provincia y el municipio están pensando en un regreso seguro a las clases porque tienen la responsabilidad de garantizar los aprendizajes pero también de garantizar el cuidado de la salud. ¿Un regreso seguro con las escuelas cayéndose a pedazos y con un protocolo que no fue discutido con la comunidad educativa?
Estos gestos del gobierno y sus funcionarios que recorren las escuelas y las calles de los barrios sacándose fotos, que se muestran preocupados por las y los niños cuando hace meses que estamos en pandemia y lo único que ocurrió fue aumentar la brecha tecnológica y la desigualdad. Se muestran preocupados por las familias de nuestros pibes pero les niegan un techo para vivir a miles de familias del conurbano que están peleando por tierra y vivienda.
La realidad muestra que somos los docentes, y no el gobierno, los que estamos verdaderamente preocupados por nuestros estudiantes y sus familias, que sostuvimos la continuidad pedagógica a costa de nuestro bolsillo y la precarización laboral. Por eso, somos nosotros los que tenemos que impulsar Comités de seguridad e higiene junto a las familias para discutir un protocolo y cuáles son las verdaderas necesidades de la comunidad educativa.
Desde la Agrupación Marrón seguimos exigiendo que se invierta fuertemente en educación y salud y que se garanticen los dispositivos y conectividad para docentes y estudiantes. Aplicando un impuesto a las grandes fortunas se podría garantizar computadoras e internet para todos, resolver el problema estructural de la infraestructura de la escuela pública como así también el de la vivienda y el suelo urbano. Los millones de dólares que el gobierno destina a pagar la fraudulenta deuda deben ser puestos al servicio de las grandes mayorías.
Pero además, para dar estas peleas es muy importante que nos unamos a los que están peleando hoy como las familias de Guernica que vienen reclamando por tierra y vivienda y resistiendo los ataques y aprietes del gobierno. Porque son las familias que asisten a la escuela pública y que no tuvieron continuidad pedagógica por falta de vivienda, entre otras carencias.
Por eso si gana Guernica todos los trabajadores vamos a estar en mejores condiciones para luchar. Si gana Guernica ganamos todos. No al desalojo. No a la represión.