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Red Internacional
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Actualidad. A un año de la asunción de Alberto Fernández, Cambiemos exige más ajuste

La oposición de derecha publicó un comunicado haciendo un balance del primer año de gestión peronista, donde no dejan afuera ninguno de los planteos a favor de los grandes empresarios que hicieron durante el año.

Martes 8 de diciembre de 2020 20:54

Esta semana se cumple un año de la vuelta del peronismo al poder con la asunción de Alberto Fernández como Presidente. En un año atravesado por la Pandemia del Covid-19 y la profundización de la crisis económica, el debate político no escaseó y lo que empezó con una gran “unidad nacional” entre oficialistas y opositores de derecha, terminó en una disputa constante en función de cálculos electorales hacia el 2021.

Juntos por el Cambio sacó un comunicado aprovechando la fecha para hacer una especie de balance público sobre el primer año de gestión de Fernández. El mismo está firmado por los principales dirigentes de la coalición: Mauricio Macri, Horacio Rodriguez Larreta, María Eugenia Vidal y Patricia Bullrich, entre otros.

En el escrito plantean, por ejemplo, que el Gobierno no defiende la (indiscutible) propiedad privada, y pone dos ejemplos que más bien muestran todo lo contrario. Por un lado el caso de Vicentín, donde el retroceso oficial fue casi instantáneo frente a la campaña reaccionaria en los grandes medios, y Guernica, donde las topadoras de Berni y Kicillof pasaron por encima de las casillas de miles de familias para garantizar el derecho de unos pocos ricachones a construir countries y canchas de golf en terrenos que se adquirieron durante la dictadura militar.

Después el comunicado se refiere a medidas que supuestamente “desincentivan la inversión”. Cuando la derecha usa esos términos en realidad está pidiendo que se recorten derechos elementales de los trabajadores. En este caso mencionan a la ley de teletrabajo, que era muy reclamada por escenciales y terminó siendo un aval a las empresas para pisotear derechos hasta tres meses después de que termine la pandemia. Pero no solo eso, también mencionan como ejemplo a la ley de “Economía del Conocimiento”, que fue nada más y nada menos que un regalo multimillonario a Marcos Galperín y multimillonarios de su rubro, que solo vieron crecer sus fortunas durante la pandemia.

Por si fuera poco insisten con sus planteos de políticas de “seguridad”, planteando que durante el Gobierno de Macri “defendimos a la sociedad de los delincuentes y apoyamos a quienes estaban dispuestos a dar sus vidas”. Una reivindicación de la doctrina Chocobar y el gatillo fácil, que increíble e hipócritamente criticaban hace unos meses cuando la Bonaerense y las distintas fuerzas represivas, envalentonadas por el Gobierno, aumentaron la cantidad de hechos represivos contra los jóvenes en las barriadas populares. Ahora insisten con una baja en la edad de imputabilidad.

Sorprendentemente, plantean una crítica al ajuste contra los jubilados que hizo el Gobierno durante el año y que va a terminar de confirmar con la nueva fórmula en las sesiones extraordinarias de los próximos días. Una denuncia que sería correcta si no estuviera en boca de quienes le robaron parte de sus haberes a los jubilados con el Congreso militarizado y una represión brutal contra miles de manifestantes.

La política del Gobierno durante el año terminó siendo a favor de los intereses de los grandes empresarios y sectores de la derecha en todas las grandes discusiones. Vicentín, la negociación de la deuda con los especuladores y la extorsión policial son solo algunos de los ejemplos. Juntos por el Cambio admite en su comunicado que apoyaron al Gobierno en la entrega a los fondos buitres, pero igual exige más medidas de ajuste, a favor de los empresarios y contra el pueblo trabajador, en medio de una crisis social que no para de profundizarse.

A continuación, el comunicado completo.

El 10 de diciembre, el Gobierno encabezado por el Presidente Alberto Fernández cumple un año. Así como al inicio del mandato apoyamos la renegociación de la deuda, entendiendo que la oposición es igualmente responsable de defender los intereses de los argentinos hoy alertamos sobre una serie de retrocesos evidentes para el país.

El balance arroja la clara ausencia de un plan de gobierno.

Los argentinos no esperábamos la pandemia, porque desde el oficialismo decían que no llegaría, que era menos grave que una gripe. Pero de golpe la teníamos encima, nos ordenaron una cuarentena enorme, rígida, un estado de pánico al enemigo invisible.

El miedo produjo angustia a la gente. Allí falló y faltó planificación del gobierno. Los argentinos la pasaron mal, preocupados por sus trabajos, la educación de sus hijos, su vida personal.

El COVID-19 no justifica situaciones de vulneración de derechos, que separaron a familias durante meses, impidieron despedir a seres queridos o privaron de atención médica a muchas personas. La imagen de Abigail en brazos de su padre visibiliza el dolor que atravesaron miles de argentinos.

En ningún momento todo esto fue inquietud del oficialismo.

Esa falta de un rumbo también afecto a los sectores productivos y la comunidad internacional: no hay metas incumplidas, sencillamente porque no hay metas. El deterioro institucional del sistema republicano, los graves ataques contra la propiedad privada y el retroceso en seguridad y lucha contra las mafias aumentan la incertidumbre sobre las condiciones para el desarrollo.

El Gobierno enfrentó la pandemia con una prolongación indefinida de la cuarentena, apostó al encierro de la sociedad y los resultados fueron desastrosos en materia sanitaria y económica, con el cierre de comercios, micropymes, pérdida de empleos y un pasivo educativo inestimable.

Ahora el Gobierno reitera prácticas del pasado, látigo y chequera para disciplinar y desfinanciar provincias que gobernadas por signos diferentes al oficialismo, poniendo en jaque el federalismo. Igualmente, busca cambiar las reglas electorales a meses de las elecciones legislativas.

Finalmente, asistimos a una pérdida evidente del protagonismo que había alcanzado la Argentina en los principales foros internacionales, producto de una política exterior improvisada y de posiciones inconsistentes.

  •  Avasallamiento de las instituciones. La reforma judicial, la modificación de mayorías calificadas para designar un Procurador afín y los traslados solo buscan la impunidad. Ahora, el Gobierno quiere cambiar el sistema electoral para dejar sin efecto las PASO al compás de los intereses del oficialismo: cambiar las reglas electorales sin consenso genera desconfianza y altera la equidad de la competencia política.
  •  Inseguridad jurídica y violación de la propiedad privada. La embestida comenzó con la expropiación de Vicentín, que frustraron miles de argentinos que se movilizaron. La inacción del Estado y la complicidad de algunos funcionarios permitió la ocupación ilegal de tierras privadas, desde el Lago Mascardi hasta la toma de Guernica. El Estado debe desarrollar una política que garantice el derecho a la vivienda sin violar la propiedad privada: la respuesta nunca puede ser la violencia.
  •  Medidas y un entorno macroeconómico que desincentivan la inversión. La Ley del Conocimiento, la ley de teletrabajo, la desconexión con rutas aéreas internacionales y los impuestos desmedidos provocaron la huida de empresas (Falabella, Walmart, Sodimac, Brighstar, Danone, Glovo, Latam, Emirates, Air New Zeland, Qatar Airways, Norwegian, BASF, Axalta, Nike) y la pérdida de miles de puestos de trabajo genuino. Además, la eliminación de la ATP perjudica todavía más a las empresas y la producción. La combinación de estas medidas quiebra la posibilidad de una recuperación basada en la inversión privada y la producción.
  •  Una situación social alarmante. Mientras la pobreza afecta al 64% de los niños, niñas y adolescentes, y al 70% de los adultos mayores, el Gobierno decidió ajustar a los jubilados y eliminar el IFE, afectando a los más vulnerables.
  •  Un año sin clases presenciales. A pesar del incansable esfuerzo de los docentes para sostener la enseñanza virtual, la incapacidad del gobierno de trazar un plan para volver a la presencialidad causó que millones de estudiantes perdieran casi un año.
  •  Inseguridad y retroceso en la lucha contra las mafias. Con apego absoluto a la ley, en 2016-2019 defendimos a la sociedad de los delincuentes y apoyamos a quienes estaban dispuestos a dar sus vidas. En medio de la pandemia, el Gobierno acompañó la liberación de presos comunes y corruptos, medidas que minan las bases mínimas de convivencia de la sociedad. Las barras bravas recuperaron sus estructuras de negocios, invadieron la Casa Rosada y pusieron en jaque el duelo nacional de Diego Maradona, un ídolo popular que está en el corazón y sentimiento de todos los argentinos, y la propia seguridad presidencial.
  •  Política exterior improvisada e inconsistente. La política exterior exhibe serias falencias en los vínculos con el Mercosur y el resto del mundo. El traspié tras el primer diálogo con el presidente electo de los Estados Unidos y la falta de una postura clara frente a la violación de los derechos humanos en Venezuela lo demuestran. Las potencias medianas como la Argentina hoy necesitan coordinar posiciones con sus vecinos en desafíos globales como el cambio climático, las crisis sanitarias, el terrorismo, la ciberseguridad y la creciente rivalidad de potencias en el escenario internacional.

    En medio de la pandemia, el Gobierno divide en lugar de unir a los argentinos. Necesitamos una amplia convocatoria para enfrentar los desafíos, con una hoja de ruta. Cuando el Gobierno lo decida, desde Juntos por el Cambio estaremos. La prioridad es el país, no hay margen para el “paso a paso y después vemos”.

    Necesitamos recuperar una visión que oriente las opciones de progreso y movilidad social que fundaron las aspiraciones de varias generaciones de argentinos y argentinas. Un país donde el Estado garantice la igualdad de oportunidades para que el esfuerzo y el mérito tengan sentido.