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Red Internacional
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Educación. AMLO quiere liquidar a las normales rurales

Con becas y criminalizando la organización del normalismo rural, el presidente pretende acabar con los internados.

Arturo Méndez Agrupación Magisterial y Normalista Nuestra Clase

Miércoles 4 de agosto de 2021

En su conferencia matutina de este martes, López Obrador arremetió contra la organización estudiantil en las normales rurales y anunció que su gobierno contempla la entrega de recursos individuales a los estudiantes para su alimentación y hospedaje, lo que atenta contra el sistema de internados en dichas escuelas.

El mandatario lanzó acusaciones por mal manejo de los recursos que el gobierno federal entrega a las normales, habló de controles autoritarios e incluso de cacicazgos en las escuelas, quienes supuestamente son “los que mandan” y en algunos casos ponen al director y al administrador.

En este escenario presentado por el presidente, lo que según él favorecería la democracia al interior de estas escuelas sería la entrega directa de becas, con las que AMLO pretende que cada estudiante se alimente en fondas o restaurantes y que pague hospedaje, por ejemplo en cuartos que rentan las familias en los pueblos.

De esta manera dejarían de financiarse los comedores y dormitorios, base material para la organización de la vida diaria de la comunidad estudiantil en las normales rurales.

Unidad para enfrentar el ataque

El rechazo a esta medida no tardó en manifestarse en redes sociales, en las que se denuncia, por ejemplo, que se utilizó un mecanismo similar para preparar el cierre de la normal rural de El Mexe, en Hidalgo, cuya reapertura, prometida por López Obrador, hasta el momento no se ha concretado.

Las declaraciones del presidente no pueden verse desligadas de la política que ha tenido la 4T hacia las normales públicas. Si ya de por sí la ofensiva neoliberal de los sexenios anteriores significó un importante avance en el desmantelamiento de dichas instituciones, el recorte de más del 60% al presupuesto para las mismas en la actual administración apunta a su liquidación.

En esta misma ofensiva liquidadora se inscribe la brutal represión de mayo y junio contra las y los normalistas de Mactumactzá, Chiapas y Teteles, Puebla, a manos de gobiernos estatales representantes de la 4T.

Con estos antecedentes represivos, cobran mayor gravedad los señalamientos de AMLO que criminalizan la organización del normalismo rural.

La democratización de las normales es algo que no vendrá de la mano del gobierno, que sigue reprimiendo a sus estudiantes cuando protestan y busca imponer un control autoritario sobre ellos -liquidando su organización autónoma- para evitar que continúen su tradición combativa.

Son los mismos normalistas los que en sus asambleas escolares deben cuestionar las prácticas de sus dirigentes, revocarlos si lo consideran necesario y tomar sus propias decisiones democráticamente sobre cómo organizarse para luchar por sus demandas, defender sus escuelas y la educación pública.

El ataque contra las normales es quizá la expresión más avanzada de la ofensiva generalizada del gobierno contra la educación pública, que abarca desde el nivel básico hasta el sistema de investigadores. Para enfrentarlo, es vital superar el aislamiento, forjando la unidad del normalismo y de éste con el resto del estudiantado, así como con las y los trabajadores de la educación de todos los niveles, madres, padres de familia y otros sectores de trabajadores.

Desde la agrupación Nuestra Clase consideramos que la Federación de Estudiantes Campesinos Socialistas de México (FECSM), como referente histórico del normalismo rural, debe impulsar realmente y sin ningún sectarismo la unidad del normalismo a nivel nacional, tanto rural como urbano, de públicas y privadas, así como con el resto del movimiento estudiantil y el magisterio.

Por su parte, la dirigencia de la CNTE debe romper ya la tregua con el gobierno federal y ponerse a la cabeza de impulsar esta perspectiva de lucha unitaria en defensa del normalismo y la educación pública.