El presidente Andrés Manuel López Obrador declaró este viernes que hoy mismo se presentará el decreto por el cual se permitirá en nuestro país, que cualquier empresa o gobierno local pueda adquirir y distribuir vacunas.

Diana Valdez México D.F. / @yellikann
Viernes 22 de enero de 2021
En su conferencia de prensa, el presidente, anunció que las empresas y gobiernos locales tendrán muy pronto el permiso para adquirir y distribuir vacunas contra COVID-19, y afirmó que: “Los únicos requisitos el contrato, cuándo va a llegar la vacuna y que sea de una farmacéutica autorizada por ejemplo Pfizer, AstraZeneca, las que ya están autorizadas en México o están por autorizarse y también en dónde las van a aplicar, esto para que no haya duplicidades, porque existe un plan nacional de vacunación”.
El argumento del gobierno de la 4T para otorgar dichos permisos, descansa sobre la idea de no “monopolizar” la distribución de la vacuna, sin embargo, abre la oportunidad a las grandes trasnacionales de ser ellas quienes administren como negocio la salud de millones de mexicanas y mexicanos.
Esto, sin duda elitizará la vacunación en nuestro país, condenando a las clases más bajas a seguir padeciendo la enfermedad, pues serán aquellos que puedan pagar la vacuna quienes sean inmunizados, mientras las mayorías seguiremos arriesgando la vida para mantener la producción y garantizar que siga en marcha la economía del país.
Ya vimos cuál fue el resultado de la venta y renta de tanques de oxígeno por empresas privadas. Tanques de oxígeno se venden en el país hoy entre los 10 y los 35 mil pesos, 6 meses de sueldo promedio para un trabajador o trabajadora.
La vacuna debe llegar a todos los rincones del país
La campaña de vacunación nacional ha aplicado hasta esta semana, poco más de 500 mil primeras dosis y solo 11 mil segundas dosis al personal de salud que se encuentra en la “primera línea”, sin embargo, son todavía miles de trabajadoras y trabajadores de la salud los que quedaron fuera de la aplicación n de vacunas y siguen atendiendo a pacientes con el virus.
Incluso, hay personal de salud que no está contemplado en la vacunación, personal de intendencia, personal de ambulancias, médicos que trabajan a domicilio e incluso enfermeras y laboratoristas que han denunciado ya en redes sociales y otros medios, casos de nepotismo en los que son los altos funcionarios y funcionarias las que son vacunadas dejando fuera a quienes combaten la enfermedad en la “primera línea”.
Hoy, las trasnacionales productoras de las distintas vacunas que ya han sido aprobadas para su aplicación, ven en la distribución de la misma asegurar ganancias millonarias. Es decir, al mantener el monopolio de la producción de las mismas, estas grandes empresas, garantizan contratos millonarios con promesas de futuras producciones de vacunas que los distintos países solo podrán comprarles a ellos.
Para garantizar que la vacuna llegue a todos los rincones del país y que podamos darle salida a esta crisis sanitaria es necesario, que se permita la producción genérica de las vacunas que ya han sido aprobadas y que sean las y los trabajadores civiles de la salud, quienes estén al frente de la aplicación y distribución de la vacuna, pues son quienes conocen a ciencia cierta el sistema de salud y su funcionamiento.
Dejar en manos de las grandes empresas la distribución y aplicación de la vacuna garantizará únicamente a los más ricos la adquisición de esta, e incluso utilizarla para obligar a la clase trabajadora a cumplir sus condiciones y garantizar sus intereses, y por otro lado, condenará a la mayoría a seguir arriesgando la vida.