¿Es suficiente la reforma eléctrica de AMLO para preservar los recursos naturales en medio de la disputa mundial por los mismos? Entérate de los límites de su iniciativa en materia de explotación estatal del litio.
Martes 19 de octubre de 2021
Con información de El Financiero, El País y Proceso.
La reforma eléctrica presentada recientemente por AMLO con el objetivo de “rescatar y fortalecer al a Comisión Federal de Electricidad para garantizar la seguridad energética del país”, busca poner un freno a la ventaja de uso que tienen las empresas privadas sobre la red federal; ahora, volvió a poner la explotación del litio sobre la mesa.
A pesar de las declaraciones del ejecutivo sobre rechazo a nuevas concesiones y sobre las posibilidades de que México explote los yacimientos de este precioso mineral, la realidad es que ya existen varias concesiones a empresas privadas extranjeras que no se cancelarán “si se demuestra están siendo explotadas”. Como decimos aquí la reforma implicaría que la CFE pase a ser un organismo del Estado y se centralizarían “la generación, distribución y administración de la energía eléctrica como recurso estratégico para la producción”. A raíz de esto, el interés del ejecutivo por fortalecer el control sobre el litio, aunque permitiría la explotación de otros minerales valiosos como el oro y la plata.
La iniciativa privada, representada por la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) y la Confederación de Cámaras Industriales (Concamin), pegó el grito en el cielo con la reforma presentada, argumentando que retrocede en todo lo logrado con la reforma de Peña Nieto (que solo significó desmantelamiento y privatización del sector), y considerándola una afrenta firme contra sus intereses. Sin embargo, a pesar de lo progresivo que significa que no se indemnice con un centavo a las empresas cuyos contratos con la CFE sean cancelados, la realidad es que los negocios y acuerdos con los empresarios seguirán a la orden del día, como demuestra ya la modernización de turbinas y equipo eléctrico de 13 de las hidroeléctricas de la CFE, a cargo de empresas francesas, italianas, estadounidenses y alemanas. En todo caso, los beneficiados serán otros empresarios y no los favoritos del prianismo, como Germán Larrea de Grupo México, uno de los más afectados por la reforma de AMLO, y la 4T seguirá preservando la propiedad privada de los grandes capitalistas.
Por esta razón, aunque AMLO denuncia las 120 millones de hectáreas que el PRIAN entregó en concesiones a empresas extranjeras, principalmente españolas y canadienses, ni él ni el Morena han movido un dedo para arrancar de las manos expoliadoras de estos países los recursos naturales anteriormente entregados en bandeja de plata. Lejos de esto, durante la 4T las concesiones han continuado, favoreciendo particularmente al gigante asiático, China, que ahora posee derecho de explotación en el yacimiento de litio más grande de México a tan solo 180 kilómetros de la frontera con EEUU, con unos 100 mil hectáreas para explotar.
Aun está por verse si el Morena obtiene de sus aliados el voto aprobatoria de la reforma. Pero lo que sí es claro es que no podemos depositar la confianza en que un gobierno que busca preservar las ganancias de los grandes empresarios acabe con la explotación desmedida de recursos que necesita el capital para funcionar. Es necesaria la movilización en las calles, en primer lugar de la clase trabajadora y los grandes sindicatos, sobre todo de aquellos estratégicos de la industria como los petroleros -que ya probaron el puño de hierro de la 4T con la represión en Dos Bocas-, y de los trabadores de la industria eléctrica, así como de los pueblos originarios y toda la población, para enfrentar el saqueo de recursos y el despojo que continúan bajo este gobierno.
Solo a través de la renacionalización del sector energético y ramas estratégicas de la economía y la industria, expropiando sin indemnización a las empresas y poniéndolas a producir bajo control de sus trabajadores y de las comunidades originarias, podrá llevarse a cabo la reconversión energética necesaria para transitar a energías más limpias , aportar a preservar el ambiente y acabar con la brutalidad sangrienta de las empresas. Esta perspectiva debe ir acompañada del combate al imperialismo y de la exigencia de autodeterminación para las comunidades y pueblos originarios, acabando con la persecución y represión a las mismas, así como la desmilitarización de sus territorios.
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El oro blanco del siglo XXI
El litio es un mineral fundamental para la industria eléctrica, tecnológica, militar y farmacéutica. Se utiliza para las baterias de dispositivos móviles recargables, como celulares, computadoras lap-top y para autos eléctricos, lo que lo vuelve un metal preciosísimo. Los métodos de minería necesarios para extraer el litio, que no se encuentra en estado puro en el ambiente debido a su alta reacción con sustancias como el oxígeno y el agua, se concentran en la explotación de yacimientos en vetas y salmueras naturales. Es decir, se obtiene de la extracción y perforación de la roca, o de la evaporación de lagos salados. En la industria militar se ha utilizado para fabricar la bomba de hidrógeno. El litio también es utilizado en medicamentos contra la depresión y la esquizofrenia.
Sin embargo, a pesar de los múltiples usos y de su etiquetado como energía limpia o renovable, la minería desplegada para la extracción del litio es altamente contaminante, afecta negativamente al ambiente, contaminando mantos acuíferos, cuencas y ríos mediante los químicos necesarios para sedimentar el litio, extrayendo millones de litros de agua, afectando la biodiversidad y deforestando masivamente para la construcción de las plantas de tratamiento. Los efectos contaminantes pueden extenderse por milenios; Chile, Argentina y Bolivia ya registran impactos ambientales considerables en las zonas de explotación de este mineral.
Sin duda, la posibilidad de transitar a energías más limpias, que no estén basadas en combustibles fósiles, debe contemplar todo el proceso vinculado a su generación y no solo su viabilidad en reciclabilidad oe limpacto en las emisiones de gases.
Debido a su rentabilidad y a que no se cotiza en mercados internacionales (el intercambio es directo entre compradores y productores), es comparado en su valor energético con el petróleo, y se proyecta como el sustituto del crudo frente al progresivo agotamiento de sus reservas y la presión por transitar a energías más limpias. Hoy, Chile, Bolivia y Argentina concentran más la mitad de las reservas de litio del planeta (lo que llevó a señalar la explotación de este mineral como una de las causas del golpe en el caso boliviano), junto a Australia, que es el principal productor internacional. Los principales consumidores de litio en el planeta, como es de esperarse, son Estados Unidos y China, que encabezan la lista de consumidores energéticos, aunque esta última también posee grandes reservas del metal.
En nuestro país, las reservas de litio se ubican en el estado de Sonora, que cuenta con 3.5 millones de toneladas de reservas probadas del mineral, y en otra reserva ubicada entre Zacatecas y San Luis Potosí aproximadamente un 1.47 millones de toneladas. También hay reservas ubicadas en Puebla, Oaxaca, Baja California y Coahuila.
Hasta hoy, se han otorgado 36 concesiones para explorar y explotar el litio en México, la mayoría vence entre el 2060 y el 2065, y están principalmente a nombre de Bacanora Lithium (cuyas acciones fueron compradas en un 50% por China) y Rare Earth Minerals, que trabajan con Tesla Motors (pionera del auto eléctrico hace más de un par de décadas). Bacanora Minerals Limited, de capital canadiense, es otro de los monstruos de la explotación del litio, misma que creó empresas en México a cuyos nombres otorgaron las concesiones durante los gobiernos del PRIAN, como son Megalit SA de CV, Mexilit SA de CV, Minera Sonora Boraz SA de CV, dos últimas agrupadas en Mineramex. Si de lo que se trata es de cortar con la expoliación de nuestros recursos por parte de las empresas extranjeras y el imperialismo, la iniciativa de AMLO trata a los capitalistas de la energía con el pétalo de una rosa, aunque los empresarios se quejen de las espinas.
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