En Tabasco, el líder nacional del Morena, hoy en coalición con el Partido del Trabajo y el Partido Encuentro Social, de la derecha cristiana, prometió cancelar la reforma educativa y recortar los privilegios de los altos funcionarios si llega a la presidencia.

Bárbara Funes México D.F | @BrbaraFunes3
Miércoles 27 de diciembre de 2017

De gira en Tabasco, desde el poblado C-26 del municipio de Huimanguillo prometió al magisterio nacional cancelar “la mal llamada reforma educativa” y desarrollar “un auténtico plan para mejorar la calidad de la enseñanza y garantizar a todos el derecho a la educación”.
A su vez, calificó de “farsa” la reforma educativa, y afirmó que “nada tiene que ver con mejorar la calidad de la enseñanza”.
Agregó “No se va a seguir humillando al magisterio nacional, se va a respetar a nuestros maestras y maestros”, y pidió, a quienes “fueron engañados”, no preocuparse y tener confianza, pues se hará un acuerdo con maestros y padres de familias “para hacer una auténtica y verdadera reforma educativa para mejorar la calidad de la educación en nuestro país”.
Se congratuló de que Morena tiene las mejores condiciones para ganar la presidencia de México y reiteró “Tengo la fórmula para lograr el renacimiento de nuestro país: acabar con la corrupción y cortar el copete de privilegios para ahorrar por lo menos 10% del presupuesto, que es de 5 billones 300 mil millones anuales”.
Recordó que de acuerdo con el Banco Mundial, en México se roban el 20% del presupuesto, pero él estima (siendo conservador) que es 10%, unos 500 mil millones de pesos anuales.
“Vamos a terminar con ese cáncer del país, no permitiremos el bandidaje oficial y se acabarán los altos salarios y las millonarias pensiones de 5 millones de pesos mensuales a los expresidentes, vamos a terminar con todos los lujos del gobierno”, prometió.
¿Guiño a Elba Esther?
Hace pocos días, de gira por Hidalgo, se vio a Fernando González, yerno de la exdirigente del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, en un mitin protagonizado por Andrés Manuel López Obrador. Las cámaras registraron que lo saludó y se dispararon las críticas.
Entre ellas estuvo la de Aurelio Nuño, uno de los principales impulsores de la reforma educativa y represor del magisterio combativo que la enfrentó, exsecretario de Educación y actualmente parte del equipo de campaña del candidato priista. Nuño llegó a acusar que López Obrador busca una alianza con Elba Esther Gordillo.
Estas declaraciones provenientes de la campaña de Meade se inscriben en una ofensiva del priismo para recuperar terreno, aprovechando los “traspiés” de AMLO, sus declaraciones controversiales -como las referentes a la “amnistía” a los jefes del crimen organizado en acuerdo con las víctimas.
AMLO intentó aclarar la situación a reporteros de distintos medios “La vez pasada que fue a un acto nuestro, yo lo saludé, y les quiero comentar, con toda sinceridad, que yo no lo identifiqué sino hasta después que salió una nota en el periódico; ese mismo día en la noche sale la nota. Estaba él en el acto y, entonces, ya vi que fue a él a quien saludé, porque fueron a manifestarme su apoyo, y yo les dije que eran bienvenidos al Movimiento, porque todo el que quiera ayudar están abiertas las puertas de Morena, mujeres, hombres de buena voluntad”. A su vez, negó que fuera hacer un acuerdo con Gordillo.
No obstante, otra vez reafirma que está dispuesto a reclutar a gente proveniente de la “mafia del poder” a la que dice combatir. Imposible que del séquito de la que fuera una de las principales burócratas sindicales de México salga algo bueno, y eso lo saben bien las maestros y los maestros que han enfrentado la reforma educativa.
Los tiempos de campaña cambiaron el discurso del tabasqueño, y ahora tiende la mano al magisterio que está en contra de la reforma educativa. Hay que recordar que en su momento declaró otra cosa: en junio de 2016, López Obrador había afirmado que “no procede la derogación de la reforma educativa como lo demanda la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), pero sí modificarla desde el poder legislativo en sus aristas más dañinas”.
Seguramente, las nuevas declaraciones de AMLO contra esa reaccionaria reforma han despertado ilusiones en amplios sectores del magisterio. Sin embargo, la única garantía para lograrlo es impulsar la movilización en las calles. Es necesario dejar sin efecto esa reforma creada por los organismos internacionales que sólo buscan precarizar las condiciones laborales de los trabajadores de la educación y enfocar los planes de estudio a la formación de mano obra sumisa y dócil. Y también es necesario acabar con los privilegios de la “clase política”. Lo que está en discusión es hasta dónde y para qué.
Sulem Estrada, maestra de secundaria y aspirante a una candidatura independiente para una diputación por la Plataforma Anticapitalista al Congreso de la Ciudad de México, sostiene “Es fundamental terminar con la reforma educativa. Y de la mano de eso, hace falta mayor presupuesto para educación. Los anticapitalistas proponemos que todos los funcionarios ganen como una maestra, que se acaben los privilegios como los sueldos y las prestaciones millonarios, como vía para acabar con la corrupción. Con una medida así, se ahorrarían millones de pesos del presupuesto público.”
A su vez, explicó “Pero también es necesario establecer impuestos a las grandes fortunas, como la de Slim, y reasignar los presupuestos estatales y el federal –quitando fondos a la Secretaría de Defensa Nacional, Marina y corporaciones policiales. Para lograr una educación de nivel académico, construir escuelas antisísmicas, para adquirir material didáctico, para desarrollar planes educativos orientados al pleno desarrollo de las capacidades de niñas y niños, para lograr el acceso irrestricto a la educación media y superior, para que el salario mínimo de todas y todos los trabajadores de la educación cubra el costo de la canasta básica y se ajuste según la inflación.”