Las asambleas de delegados por escuelas votaron un salario inicial de 586.000 pesos y un aumento al básico de entre 150 y 272% en un solo pago y con revisión mensual. Sin embargo, la conducción del gremio se negó a aceptar que las asambleas tengan la última palabra. Llamamos a poner en pie asambleas por escuelas y exigir un verdadero plan de lucha contra el ajuste de Milei y Jaldo.
Domingo 18 de febrero 16:57
A dos semanas del inicio de clases, las asambleas zonales de delegados por escuelas se reunieron para discutir un mandato de cara a la paritaria docente y en el marco de un grave ataque por parte del gobierno nacional que, entre otras cosas, anunció la eliminación del FONID y de la paritaria nacional docente.
En apenas dos meses, Milei demostró que mintió en su campaña electoral cuando decía que venía a ajustar a la casta. En menos de 15 días de gobierno impuso la devaluación más fuerte de la historia argentina, los salarios cayeron entre 10 y un 20% en un solo mes y congeló los ingresos de jubilados y trabajadores estatales, congeló también los fondos para comedores comunitarios, al mismo tiempo que dio via libre al aumento de prepagas, eliminó el fondo compensador para el transporte del interior y está aplicando un fuerte tarifazo a escala nacional en electricidad y gas. Además anunció un DNU que pretende eliminar el derecho a indemnización de los trabajadores y ataca particularmente a la docencia, planteando la prohibición de nuestro derecho a huelga.
Después de su primera derrota con la Ley Ómnibus, producto de la enorme movilización y el paro nacional, Milei pretende volver al ataque en forma segmentada y empieza con la docencia, que marca la pauta para el resto de las paritarias estatales. En respuesta, la CTERA anunció un Congreso para el día 22 de febrero y un posible paro nacional. Las asambleas zonales votaron adherir a las medidas que podría anunciar CTERA en los próximos días. Necesitamos un verdadero plan de lucha organizado desde abajo, en asambleas por escuelas, con toda la docencia movilizada pero también en alianza con los estudiantes y sus familias, que sufren el ajuste en los comedores, con el cierre de escuelas y programas de apoyo, por la decadencia edilicia, etc.
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Otra vez: buscan maniobrar las asambleas con el Congreso
El año pasado la inflación fue del 215% pero el salario -incluyendo los bonos- apenas subió un 110% y desde octubre el básico está congelado. La pérdida del poder adquisitivo del salario docente, solo en 2023, fue del 100%. Comparada con enero de 2024, la inflación interanual ya está en 264%. Es decir que la pérdida acumulada supera el 150% hasta el mes de enero. El salario inicial, con bono incluido, está hoy en 250.000 pesos aproximadamente, por debajo de la Canasta Alimentaria que mide la indigencia (300.000 pesos) y menos de la mitad del valor de la Canasta Básica de pobreza que para enero el Indec estimaba en 627.000 pesos.
Atendiendo este atraso salarial, las asambleas zonales del interior y la de capital votaron exigir un salario inicial de no menos de 586.000 pesos (Alberdi) y un aumento al básico de entre 150% (Lules) y 272% (Capital), en un solo pago y con revisión mensual. Además votaron un bono de 100.000 pesos (Capital y Lules), boleto gratuito para docentes (Capital), y eliminar la jornada extendida (Capital), entre otros puntos.
La conducción del gremio maniobró para evitar que se voten otras propuestas que llevaron las delegadas de la Agrupación Marrón Docente, además de las salariales, como la exigencia de plata para comedores, escuelas y programas de apoyo escolar, la adhesión a la marcha del 8M denunciando la eliminación del programa ESI en la provincia, y la moción de que no se cierre ningún acuerdo a espaldas de la docencia. La propuesta de la Marrón de pasar a un "cuarto intermedio" para que sean las asambleas por escuelas las que decidan si aceptar o rechazar la oferta del gobierno fue el punto más algido de la discusión con la conducción gremial.
Por plantear esta moción acusaron a las delegadas de la Marrón de querer "romper" la asamblea y de ir contra la "legalidad". Aseguran que la última palabra la tendrá el Congreso, controlado por el oficialismo. Apelan a un estatuto que dice que el Congreso es "soberano", pero desconocen convenientemente el artículo 30, que dice que las decisiones de las asambleas zonales "tendrán fuerza de mandato para sus delegados al Congreso provincial".
El problema de fondo no es la interpretación del estatuto, sino la decisión de una conducción gremial que pretende maniobrar el mandato de las asambleas para cerrar un acuerdo salarial ajustado a lo que esté dispuesto a dar Jaldo, ahora socio de Milei. Pretenden que las asambleas cumplan un rol testimonial. Si hoy la mayoría de la docencia está cobrando salarios por debajo de la Canasta Básica es también por responsabilidad de un gremio disciplinado al gobierno provincial que lo dejó pasar.
La pelea es contra el ajuste de Milei y Jaldo
Luego de anunciar un paro de 72h, el Frente Unitario de Docentes Estatales (FUDE) de Tucumán, que incluye a las conducciones de ATEP, APEMyS, AMET y UDT, levantaron la medida con una conciliación obligatoria impuesta por el gobierno provincial que también corrió el inicio del ciclo para este lunes 19 de febrero. Por los medios de comunicación Hugo Brito ya está anticipando que "no quiere presionar con un porcentaje" a un gobierno provincial limitado por el ajuste al presupuesto que impuso el gobierno nacional.
Es sabido que Jaldo está alineado con Milei y que ambos comenzaron sus gestiones con un fuerte ajuste a los estatales y beneficios para los grandes empresarios. Recordemos que Jaldo anunció en diciembre un recorte de 220.000 millones de pesos, dando de baja a todos los adscriptos y empujando al desempleo a miles de docentes reemplazantes. Al mismo tiempo se llevó puesto programas como el FORMAR, o el programa de ESI, entre otros recortes.
Pero al mismo tiempo extendió la exención impositiva para las grandes patronales del citrus y el azúcar, sigue subsidiando a los call centers que súper explotan a sus empleados, y entrega cientos de millones de pesos todos los meses a los empresarios del transporte que igual consiguieron el aval para un tarifazo que llevó el boleto mínimo a ser uno de los más caros del país. Hasta los legisladores se votaron en diciembre un aumento del 100% en sus dietas. Plata hay, pero se la llevan los de arriba. La docencia no puede ser la variable del ajuste de Milei y Jaldo.
Para enfrentar este ataque a la docencia necesitamos un plan de lucha nacional, que ponga en movimiento a toda la comunidad educativa en defensa de la educación pública, por el salario y contra los recortes en los comedores escolares. Un plan de lucha que debe ser discutido en asambleas por escuelas en unidad con los estudiantes y sus familias, aliados fundamentales en esta batalla. Con la movilización logramos tirar abajo la Ley Ómnibus, con los métodos de lucha de la clase trabajadora podemos frenar a este gobierno ajustador.