A finales del 2023, el economista Leonardo Lomelí Venegas fue nombrado por la virreinal y antidemocrática Junta de Gobierno, como el nuevo Rector de la UNAM, anunció que sorprendió pues terminó con casi 25 años de rectorado del grupo de los médicos.
Agrupación Juvenil Anticapitalista @AgJuvAnticapMx
Martes 20 de agosto
Desde su llegada, el ya de por sí autoritario régimen interno de la UNAM ha recrudecido una ofensiva contra estudiantes, profesores y docentes que critican la administración y la política educativa del nuevo Rector.
Decenas de paros y tomas estudiantiles por mejores condiciones de estudio, contra las condiciones educativas paupérrimas y por mejoras salariales para sus docentes, han tenido lugar en el último año. Frente a eso las autoridades universitarias han respondido con citatorios y expulsiones. ¡Como en los peores años del priismo 18 estudiantes fueron expulsadxs por su participación política!
Sin detenerse ahí, ahora amenazan con sanciones laborales a docentes y trabajadores solidarios con los estudiantes, dejando en claro que en la UNAM puede haber bajos salarios, persecución política, pugnas entre los grupos pertenecientes a los partidos en el Congreso, pero no inconformidad entre quienes damos vida a la universidad más grande de América Latina.
Esto no es casual, se da en medio de la negociaciones del T-MEC y de la declaración del Rector de adaptar los planes y programas de estudio a la necesidades “laborales”, que es una forma grandilocuente de mencionar, que buscar tecnificar la educación para que sea útil a las grandes transnacionales que e se planean invertir en México.
Es por ello, que no solamente es un ataque contra algunos activistas, sino, al conjunto de la comunidad educativa de la UNAM. La urgencia de detener las expulsiones, surge de defender nuestras escuelas, por lo que tenemos que ser les estudiantes, docentes y trabajadores de cada escuela, sobre todo en los lugares donde tenemos compañerxs expulsadxs, quienes nos coordinaremos para enfrentar este autoritaria medida, pues esto es apenas el preludio que enfrentaremos si decidimos rescatar el espíritu crítico y humanista de nuestra universidad.
Levantemos asamblea, mítines informativos, manifestaciones públicas, organicémonos de la manera más amplia posible, para poner un fin a la represión de la anquilosada estructura que gobierna la UNAM. Solo la unidad de quienes damos vida al mayor ente académico del país, podemos mostrar el camino para construir una educación al servicio de las más sentidas necesidades sociales, y no de lo intereses de las transnacionales, para ello tenemos que democratizar la Universidad.
Por lo que enfrentar las expulsiones, es enfrentar un plan que busca aleccionar a quienes decidamos no acordemos con una educación tecnificada y de mercado. Mantener, fortalecer y ampliar el sentido crítico de la universidad, constituyéndola como un espacio que este abierto de puertas para los sectores oprimidos de este país es un meta alcanzable, siempre y cuando echemos a la casta dorada, que a cambio de ser correa de transmisión de las políticas económicas, gana salarios incalculables