En el marco de la movilización pro Palestina en la Universidad de Chile, con el acampe en su Casa Central como epicentro, el decano de FEN se suma a la arremetida comunicacional de criminalización contra los estudiantes que se movilizan.
Miércoles 26 de junio de 2024
En una carta a La Tercera, el decano José De Gregorio, ex presidente del Banco Central expresa su inquietud frente a lo que sucede con la movilización estudiantil proponiendo fuertes medidas para criminalizar a los estudiantes que encabezan esta lucha, como sumarios y expulsiones.
Este se suma al sector de académicos de derecha y a los medios de prensa burguesa que no quieren que se sigan desarrollando movilizaciones en la U de Chile que cuestionen lo antidemocrático del sistema político de las universidades -donde solo unos pocos toman las decisiones- y a la línea autoritaria de quienes hoy día, como el mismo, ostentan cargos de directiva en la universidad.
Entre sus preocupaciones, dicen que está el prestigio de la universidad que, según él “somos rehenes de un grupo pequeño que de universidad no entiende, que infunde temor, y que nos está generando un daño institucional y reputacional muy importante". Cabe preguntarse si es realmente bueno para la reputación de la Universidad de Chile el mantener convenios con Instituciones que impulsan técnica e ideologicamente un genocidio.
Pero esto no es todo, el decano indica que está bien el diálogo democrático pero que este "grupito" de estudiantes son "violentos", "infunden miedo" y "cancelan posiciones disidentes" e incluso se refiere a los conductos regulares como el senado universitario, donde los estudiantes tendrían representación. Nada más lejos de la realidad, quien se ha negado a discutir la ruptura de convenios, a dialogar con lxs estudiantes, funcionarios y académicos que apoyan la causa Palestina es nada más y nada menos que la rectora Rosa Deves y su grupo de asesores, incluso en un organismo como el mencionado, presidido por la rectora y cuya representación estudiantil no es mayor al 30%. Quienes plantean que se debe hacer un plebiscito para discutir y definir democráticamente si se rompen o no los convenios con Israel son los estudiantes del acampe, y esto ha encontrado apoyo en importantes sectores de trabajadoras/es y académicas/os críticas/os a la democracia limitada de la U de Chile.
Las críticas a las y los estudiantes del acampe por Palestina, y también a la toma del campus Juan Gómez Millas, por ejemplo, tienen en realidad un fundamento que va más allá de criticar los métodos de protesta, como lo hace De Gregorio pidiendo persecución hasta penal para quienes se movilizan. Los ataques hacia las/os estudiantes tiene como objetivo impedir que se vuelva a rearticular un movimiento estudiantil que cuestione los pilares en que se basa la educación heredada de la dictadura, y administrada por políticos como Rosa Devés, y el mismo decano de FEN, que reproducen el sistema de educación de mercado, que conlleva un régimen antidemocrático en las instituciones. Los ataques al acampe buscan ser un golpe a que como estudiantes se vuelvan a organizar porque ellos les temen. Temen que el movimiento estudiantil recobre su fuerza y vuelva a cuestionar el status quo, o las bases estructurales del modelo neoliberal y del sistema capitalista.
Dificil resultaría creer que un sujeto como De Gregorio no planteara una postura como esta, siendo uno de los portavoces de la burguesia en la Universidad de Chile, en la facultad que mas conocimiento al servicio de su clase produce y que, habiendo sido presidente del Banco Central -organismo clave para el modelo neoliberal y los estados capitalistas-, se ha relacionado, conoce y ha trabajado con sus homologos de Israel.
Y es que ante el debate de qué hacer para romper los convenios, después de la rotunda negativa de rectoría para desligarse del Estado genocida de Israel, se ha discutido en distintas asambleas de estudiantes, pluriestamental (con funcionarias/os y académicas/os) la necesidad de un cogobierno triestamental, donde toda la comunidad educativa tenga la posibilidad de discutir y tomar decisiones que afecten a la universidad. Esto se debe seguir profundizando y así poder avanzar hacia una universidad pública democrática. En realidad, por esto se explican los dichos de De Gregorio.
