El mes pasado, J.K. Rowling hizo declaraciones de odio hacia personas trans. Miles de personas decidieron darle la espalda y estalló un debate. Ahora, la autora de Harry Potter firmó una carta contra "el peligro del pensamiento único" y eso también tuvo repercusiones. A partir de las declaraciones transfóbicas de distintas figuras públicas, y más precisamente a partir de las declaraciones de lxs aliadxs de las personas trans*, Blas Radi, co-coordinador de la Cátedra Libre de Estudios Trans* (Universidad de Buenos Aires) reflexiona acerca del título de "aliadx", su presunta investidura moral y los problemas que esto trae aparejado para las comunidades con las que lxs aliadxs que dicen comprometerse.
Lunes 27 de julio de 2020 00:00
Cada episodio de transfobia explícita que circula en redes sociales tiene muchas consecuencias. La más evidente es, sin dudas, la reproducción de la transfobia. Otra es la multiplicación de lxs aliadxs. No me refiero aquí a la gente que empatiza y colabora con causas de las personas trans*, cuyos aportes son muy valiosos y necesarios, sino a aquellxs que se glorifican públicamente como aliadxs en nombre del deber de intervenir en defensa de las personas trans*.
Déjenme decirles que soy trans*, soy activista desde hace más de una década y mi trabajo de investigación (que también tiene un largo recorrido) se ha enfocado en estos temas, por eso sé que el problema del carácter autoperformativo de la condindición de aliadx es eso: un problema. Aunque se ha escrito mucho al respecto, todavía aparecen en la esfera pública más y más personas cis que se ponen a sí mismas los laureles y se felicitan entre sí, a veces pecando de ingenuidad, muchas más de oportunismo.
Como sea, tengan en cuenta que:
Con esto en mente, mi recomendación es desconfiar de todas las personas cis que hacen bandera de su obligación moral de intervenir en la esfera pública en favor de las personas trans*. Insisto, no me refiero a las personas que aportan a las causas trans* (que afortunadamente son muchas y su ayuda es invaluable) sino a las que se publicitan como aliadas con bombos y platillos. Para valorar a alguien como aliadx tiene más sentido pensar en lo que esa persona ha hecho y hace efectivamente que en lo que dice de sí mismx.
Las distintas causas que convocan a las personas trans* necesitan apoyo de todo tipo (desde solidaridad hasta financiamiento). Y el movimiento trans* es lo suficientemente maduro como para entender que la justicia no se juega sólo en el qué de sus objetivos sino también en el cómo. Por eso, si estás comprometidx con nuestras causas tené en cuenta que la proliferación de superhéroes o superheroínas cis no ayuda y es contraproducente. Entonces, cuando te encuentres con esta gente, desconfiá.
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