Rapiña. Acreedores imperialistas se enfilan para apoderarse de la empresa venezolana Citgo

Los acreedores, que reclaman “deudas” por miles de millones de dólares por supuestos incumplimientos de Venezuela y “nacionalizaciones” (en verdad compras accionarias) bajo el período de Chávez, han acudido a los tribunales estadounidenses en los últimos años para “hacer cumplir” sentencias judiciales y laudos arbitrales contra el país y PDVSA, propietaria de Citgo.

Citgo es un importante activo extraterritorial del Estado venezolano. Fue confiscado en el 2019 por el Gobierno de Trump en el marco de la ofensiva golpista para buscar imponer en ese entonces a Guaidó en el gobierno, una prepotencia imperialista que sin problema se hace de activos de otro país. Actualmente está bajo control de la OFAC (la Oficina de Control de Activos Extranjeros del Departamento del Tesoro de EEUU) y que, supuestamente tendría como administración una directoría “nombrada” en esa época por Guaidó y por una ya inexistente Asamblea Nacional del 2015.

Pero en realidad esto siempre fue una fachada, siendo que quien realmente tiene el verdadero dominio de Citgo es el gobierno de Estados Unidos. Luego de la disolución del interinato de Guaidó, actualmente estaría en manos de un supuesto Consejo de Administración y Protección de Activos (CAPA), del que poco o nada se sabe.

En medio del colapso de Venezuela y las sanciones de Estados Unidos, muchas corporaciones internacionales, incluyendo bancos, buscaron todos los medios para hacerse de importantes activos, reservas y cuentas líquidas de Venezuela. Baste recordar el apoderamiento del oro venezolano realizado por Deutsche Bank y el Banco de Inglaterra en actos de rapiña imperialista.

Aprovechándose de esta situación, los acreedores no dejaron de tener los ojos puestos en Citgo. Basada en Houston, Citgo Petroleum Corporation es una de las más importantes corporaciones petroleras de Estados Unidos. Opera tres refinerías: Corpus Christi, estado de Texas; Lake Charles, en Luisiana; y Lemont, en Illinois. También posee o es socia en 42 terminales de embarque, seis gasoductos y tres plantas de mezclado y envase de lubricantes. Es el sexto mayor complejo refinador de hidrocarburos en Estados Unidos, además produce y comercializa combustibles, lubricantes, petroquímicos y otros productos industriales principalmente a través de su propia red de 4.500 estaciones de servicio. Está valorada entre $ 10 mil millones y $ 13 mil millones de dólares.

Un funcionario judicial designado para el caso, de acuerdo a la agencia Reuters, había dado el plazo a todos los acreedores hasta este lunes para presentar un resumen de las reclamaciones, incluidas las sentencias a su favor y un recuento del dinero adeudado más los intereses. Al menos 20 empresas con reclamaciones por un total de unos 10.000 millones de dólares presentaron resúmenes con el apetito rapaz de participar en la subasta de un año de duración que comenzará en octubre.

Los casos de la minera Crystallex, ConocoPhillips y Exxon Mobil

El acreedor imperialista que encabeza la larga lista de buitres es la minera Crystallex International. De acuerdo a lo informado por Reuters, el juez estadounidense Leonard Stark dijo el mes pasado que Crystallex, que presentó el caso por primera vez en el tribunal con sede en Delaware, tendrá prioridad sobre las ganancias de la subasta propuesta. Quien le seguiría es la petrolera estadounidense ConocoPhillips, que tendrá una posición "cerca del frente de la fila" de acreedores, de acuerdo a las afirmaciones del juez estadounidense. La lista de reclamos por valor en la subasta, además de las dos transnacionales mencionadas, se encuentra Rusoro Mining, la petrolera Exxon, Tenaris SA, un grupo de tenedores de bonos en default y tenedores de pagarés emitidos por PDVSA.

Crystallex, que es una transnacional canadiense, dice reclamar 1.400 millones de dólares por los “derechos exclusivos” de explotación (que le había sacado el gobierno de Chávez) que hasta entonces poseía en Las Cristinas, en el estado Bolívar (del yacimiento se estima pueden extraerse unos 13 millones de onzas de oro). En 2016, un órgano de arbitraje del Banco Mundial (BM) determinó que Venezuela tenía que indemnizar con 1.200 millones de dólares más 200 millones de intereses a Crystallex por la medida del Ejecutivo nacional.

Esta transnacional, para “recuperar” los “cientos de millones” de dólares que supuestamente habría “invertido en el desarrollo” de minas Las Cristinas y en las áreas circundantes, es que introdujo sus demandas, buscando el embargo de las acciones de PDVH (Citgo) que servirían para “satisfacer” parte de la deuda. No hay cálculos claros de esa supuesta inversión que dice haber realizado y que ahora reclama.

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Es importante recordar que en su arremetida contra el país la minera canadiense empleó los argumentos que le dio en su momento José Ignacio Hernández cuando trabajó para esta en su juicio contra Venezuela. Guaidó lo había designado encargado de la “defensa de los intereses del Estado venezolano”, en otras palabras, nombraba a la misma persona que le había servido como “experto independiente” a la trasnacional Crystallex en su juicio contra el país. También recordemos que Maduro ya había puesto en riesgo el 100% de Citgo, en 2016 cuando lanzó el Bono 2020 puso como garantía del mismo nada más y nada menos que el 51% de las acciones de Citgo, luego colocó el 49% restante como garantía de pago a un préstamo de la rusa Rosfnet para apalancar un financiamiento.

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Entre los acreedores que han afilado sus colmillos sobre Citgo, como ya lo mencionamos, se encuentra Exxon Mobil, que no había participado previamente en el caso presentado por Crystallex. Tras una decisión de julio del Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones (CIADI) del Banco Mundial, Exxon dijo que se le concedieron 984,5 millones de dólares en compensación más 1,02 millones de dólares en costes y honorarios.

Los proyectos petroleros de Exxon, Cerro Negro y La Ceiba, fueron “nacionalizados” en 2007 por Hugo Chávez en el proceso de constitución de las empresas mixtas petroleras bajo acción mayoritaria de PDVSA, lo que dio lugar a largos casos de arbitraje internacional. En realidad, Exxon no aceptó las condiciones del gobierno venezolano ni lo que éste ofrecía por los proyectos petroleros pues las “nacionalizaciones” en realidad eran compras de los mismos, por lo que decidió abandonar el país, y proceder a demandas en fueros internacionales. Exigían más de lo que realmente correspondía, bajo el alegato de supuestas inversiones.

Hay que repudiar y rechazar la voracidad imperialista de hacerse de los activos del país

Hay que rechazar toda esta arremetida y las pretensiones de los acreedores imperialistas de hacerse de los activos venezolanos como mecanismo de pago compulsivo.

En su curso entreguista Maduro está lejos de tomar acciones serias en defensa de lo que pertenece al país –todo lo contrario, como ya hemos visto con las Zonas Económicas Especiales, el Arco Minero, en el área petrolera, las industrias básicas, etc. -, y menos lo hará la oposición de derecha que, como ya vimos, no se hace ningún problema en que una potencia imperialista se haga de los activos extraterritoriales.

La lucha consecuente se encuentra en manos de los trabajadores, quienes deben levantar las banderas antiimperialistas bien alto, oponiéndose a las sanciones económicas vigentes, así como repudiar tajantemente la voracidad imperialista de hacerse de los activos del país, como es el caso de Citgo.