A poco de finalizar el acto que encabezó Cristina Kirchner en la UOM, Alberto Fernández comenzó uno propio en Santa Fe, junto al ex mandatario boliviano. Épica latinoamericanista, el fantasma de la derecha y un llamado a la unidad para su coalición.
Osvaldo Vera @eslou._
Viernes 4 de noviembre de 2022 23:03
Foto: Télam
Minutos después de las 20h de este viernes, el presidente Fernández comenzó su discurso. Fue luego del realizado por su par boliviano, Evo Morales, en un acto por la 5° Feria del Libro Nacional y Popular en la ciudad de Santa Fe.
Comenzó hablando sobre lo que fue la agenda de su semana. "La empecé con Lula y la termino con Evo", señaló Fernández buscando mostrar algo de épica latinoamericanista. Se refirió seguidamente a “la época en que gobernaba la derecha en el continente y estábamos muy desesperanzados". Hacía alusión a los años ’90. Por aquella época de avanzada neoliberal, el actual presidente fue nada menos que un importante funcionario del gobierno de Carlos Menem. A quien tras su muerte en 2021 no se privó de homenajear.
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Seguidamente recordó algunas de las conquistas que la clase trabajadora y el pueblo boliviano lograron mediante grandes movilizaciones en los primeros años del nuevo milenio. Sin embargo a éstos no los nombró, y transfirió el mérito al ex presidente boliviano exclusivamente. Se refirió a la nacionalización del petróleo y a reformas fiscales del sistema financiero. Medidas que no hubieran sido posibles sin la gran movilización y lucha del pueblo trabajador boliviano que se levantó durante esos años, tras los duros años de la avanzada neoliberal.
Continuó con una referencia al gobierno de Donald Trump y su apoyo a los golpes en el continente. Ese tema fue la antesala para hablar la llegada del Frente de Todos al gobierno, sin referirse al rol cómplice que jugó gran parte del peronismo durante esos años de gobierno macrista. Acá, repitió el libreto de las malas condiciones externas que envolvieron su administración: la deuda, la pandemia y la guerra.
Buscando eximir de responsabilidad política al Frente de Todos, se excusó en esos condicionamientos para no hablar de las medidas que sí tomó para beneficiar a los sectores más concentrados del capital, como el agro o el sector financiero, mientras las mayorías continuaron viendo el desplome de sus salarios reales a niveles históricos. O aquellas medidas que amagó pero retrocedió y no tomó, contra los mismos sectores, con el caso Vicentin como ejemplo ilustrativo. Con el pulso tomado de esas circunstancias, las grandes patronales torcieron cada vez más a su favor la tan nombrada "relación de fuerzas".
Mencionó la pandemia y los estragos que hizo, sobre todo en los países más pobres del globo. Según el presidente, "la pandemia evidenció la desigualdad" y se cuestionó "cómo podía ser que diez personas tuvieran el mismo patrimonio de miles de millones de personas en el mundo". A lo cual añadió que era "un imperativo ético cambiar eso" y exclamó "¿cuánto tiempo más podemos avalar esto?".
Pero esas palabras no pueden interpretarse más que como demagogia por parte de quien durante sus discursos en plena pandemia se rotulaba sin sonrojarse como "capitalista". Junto a que en el sistema actual, la desigualdad es evidente desde hace más de dos siglos, es decir, desde su nacimiento, y no desde la cercana en el tiempo expansión del virus del covid, donde la desigualdad, sí, pegó un nuevo salto.
Pero la demagogia se torna cinismo cuando mientras aplica un feroz ajuste contra el pueblo trabajador argentino para complacer a "los ricos" del FMI y los acreedores privados, Fernández pregunta cuánto tiempo más "podemos avalar esto".
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Finalmente, durante el último segmento de su discurso, Fernández bajó al escenario local para hacer alusión al crecimiento de expresiones de derecha, lo cual utilizó para hacer un llamado a la unidad de su coalición, que se encuentra atravesando una fuerte tensión alrededor de las futuras candidaturas y las elecciones primarias. "Tenemos que unirnos indisolublemente para enfrentar a la derecha y volverle a ganar; y si es que existen diferencias, saldemos las diferencias", lanzó a sus socios del FdT, con quienes no mantiene diálogo hace meses.
Una vez más, la propuesta del “mal menor” plasmado en los lineamientos de ajuste del actual gobierno, frente a una derecha que crece, según señalan desde ese espacio, de forma casi imparable y sin ningún contrapeso, como en realidad lo es la lucha de distintos sectores de trabajadores, como el ejemplo del neumático o los trabajadores de la salud.
De esa manera, eludió el rol que le cabe al gobierno del Frente de Todos, por la fuerte presencia ganada por la derecha (de Macri, Bullrich o Milei), que no son más que el producto del descontento social provocado por las políticas de ajuste implementadas desde el macrismo y consolidadas durante la administración peronista.
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Con los llamados a la unidad, Alberto Fernández pareció buscar bajar la tensión a los cruces entre funcionarios y dirigentes de las distintas alas de la coalición que vienen en escalada dando durante el último tiempo. En su acto en la UOM de Pilar, Cristina Kirchner, esta vez evitó confrontar también de forma abierta contra el gobierno del cual forma parte y por el contrario saludó "el gran esfuerzo" que estaría realizando Sergio Massa. Se refiera a nada más que sus gestiones en Washington para acordar con el FMI, convalidar la deuda fraudulenta y aplicar un ajuste en las cuentas para cumplir con las “medidas dolorosas” que ese organismo exige.
Osvaldo Vera
Integrante de Agrupación Marrón de Coca Cola-Femsa