Hace pocos días, la UNLP publicó en su portal una nota donde anunció la firma de un acuerdo con el Ministerio de Trabajo de la Provincia de Buenos Aires para implementar “prácticas laborales” entre estudiantes de las facultades de Humanidades, Económicas y Periodismo ¿Qué hay detrás de este acuerdo?.
Sábado 14 de agosto de 2021 15:07
Este acuerdo fue firmado por el presidente de la UNLP, Fernando Tauber y la titular de la cartera bonaerense, Mara Ruiz Malec. Estuvieron presentes también el decano de la Facultad de Ciencias Económicas, Eduardo De Giusti, la decana de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación, Ana Julia Ramírez y la decana de Periodismo y Comunicación Social, Andrea Varela.
Cuando las autoridades universitarias hablan de “prácticas laborales”, sabemos de qué se trata, a pesar de que den definiciones edulcoradas como la de Ana Julia Ramírez: “a la Facultad le interesa mucho establecer vínculos con ámbitos en los que se problematiza el tema del trabajo.” Sabemos que son pasantías, trabajo precario o gratuito.
La hipocresía de presentar el fraude laboral como un “facilitador de la transición entre el sistema educativo formal y el trabajo” no es algo nuevo. Macri, con su intento de reforma laboral en el 2018, ya había apuntado contra los jóvenes al querer avanzar con pasantías intentando hacerlas pasar por prácticas educativas “desarrollando bienes y servicios con nuestros conocimientos”. Que se trataba de trabajo juvenil barato lo ratificaba el hecho de que la autoridad de aplicación fuese el Ministerio de Trabajo y no la cartera de Educación. Pareciera que las autoridades de la Universidad junto al ministro del Frente de Todos compraron el discurso de Juntos.
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Además ¿qué “problematiza” el Ministerio de Trabajo? Si a pesar del DNU anti despidos, miles de trabajadores han perdido sus fuentes de laborales durante el gobierno del Frente de Todos y es el propio ministerio el que defiende el fraude laboral y avala la precarización y la tercerización que sufrimos la mayoría de los jóvenes. Esto lo muestran sobrados ejemplos, como el de la lucha de los tercerizados de Edesur, o el último fraude de Toyota, avalado por Alberto Fernández y el ministerio.
Este acuerdo es una expresión del ataque a la educación pública que vienen llevando a cabo el gobierno y las autoridades universitarias. Decenas de miles se han visto expulsados de la universidad durante la pandemia por el avance sobre derechos históricos del movimiento estudiantil, como fue el cierre del albergue y el recorte de la beca del comedor efectuados por las autoridades de la UNLP. El gobierno recortó las Becas PROGRESAR, y mantiene sus requisitos inalcanzables para muchísimos jóvenes en todo el país. Con el presupuesto 2021 de Martín Guzmán ajustó fuertemente los fondos para la educación, al igual que a la salud y a la ayuda social.
Además, hace unos meses se conoció el tratamiento de una nueva Ley de Educación Superior en la Comisión de Educación de la Cámara de Diputados por iniciativa del Frente de Todos, con la complicidad de la UCR, y con la presencia de los señores rectores de universidades públicas y privadas. Ahí se escucharon decenas de frases del tipo “superar la desconfianza entre el mundo académico y el productivo”, y de volver a la universidad “más competitiva”. Nos trajo viejos aires, de esos años en los que se discutió esta ley bajo el gobierno menemista.
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Tras todo esto, la conducción de la Federación Universitaria de La Plata tardó 2 años (!) en dignarse a convocar una mínima acción. El martes pasado llamaron a una concentración frente al rectorado por las becas y la conectividad. Denunciaron sólo a la Prosecretaría de Bienestar Estudiantil por las trabas burocráticas. Ni una palabra dijeron del ajuste del gobierno y del conjunto de las autoridades.
Se negaron a organizar la bronca durante todo este tiempo, boicoteando todos los procesos de autoorganización que surgieron en las facultades como asambleas, reuniones abiertas y comités para defender nuestros derechos. Sus alianzas con las autoridades y el Gobierno Nacional son las que definen que para el conjunto de los estudiantes no haya respuestas ni defensa alguna. Para lo que sí reaccionó rápido la conducción de la FULP fue para integrar con Candela Oliva, su segunda vicepresidenta, las listas para estas elecciones de Guillermo Escudero, continuidad en la región del inundador Bruera.
¿Qué rol vamos a jugar los jóvenes y el movimiento estudiantil?
Quienes militamos en la Juventud del PTS en el Frente de Izquierda Unidad, con nuestros candidatos entre los cuales nos encontramos estudiantes de la facultad junto con decenas de trabajadores, luchadores y luchadoras, luchamos por organizar la pelea contra cada intento de avance sobre nuestra educación, como este acuerdo que quiere fomentar las “prácticas laborales” dentro de la UNLP. También para que se anulen la vieja LES y los posgrados pagos. Por becas integrales para todos los que las necesiten, que se garantice la conectividad y el acceso a dispositivos. Para que el salario de nuestros docentes alcance para vivir, que no tengan que someterse a jornadas extenuantes, y que sea reconocido el trabajo de los ad honorem. Para terminar con la precarización laboral, dentro y fuera de la universidad. Y que la plata se destine a la educación, y no a pagar la fraudulenta deuda externa.
En un contexto en el que la inmensa mayoría de la juventud solo encuentra trabajos precarios y crecen la desocupación y la pobreza, nos organizamos para enfrentar el ajuste del gobierno, peleando por trabajo con derechos para todos, por reducir la jornada laboral y repartir las horas de trabajo para que trabajemos todos, trabajemos menos, y sea por un salario que alcance.
No hay forma de pelear por una universidad donde puedan estudiar los hijos de los trabajadores y las mayorías populares si no es cuestionando que el Frente de Todos continúa descargando sobre nuestras espaldas la crisis para beneficiar a los ricos. De un gobierno que lanzó el “Plan Te Sumo” para lavarse la cara subsidiando empresas por contratar a algunos miles de jóvenes en un empleo basura, mientras millones pasan hambre. Por eso peleamos por recuperar los centros de estudiantes y las federaciones, para poner esos organismos al servicio de organizar al movimiento estudiantil para defender la educación pública y construir una alianza con los trabajadores para enfrentar a los poderosos.