El viernes 28 de agosto se firmó el acuerdo entre la carrera de Trabajo Social (UBA) y la gráfica MadyGraf (ex Donnelley) bajo gestión obrera. Se trata de una iniciativa propuesta por las estudiantes de la Juventud del PTS para realizar un centro de prácticas en la fábrica. Entrevistamos a Jorge Medina, obrero de MadyGraf, y a Camila Kimei Marful Martínez, una de las consejeras estudiantiles de la carrera.
Jueves 24 de septiembre de 2015
Con la participación del decano Glenn Postolski y el director de la carrera de Trabajo Social Nicolás Rivas, tuvo lugar en la Facultad de Ciencias Sociales el acto de firma de acuerdos entre la Carrera y las distintas organizaciones e instituciones que ofrecen centros de prácticas para los estudiantes de talleres, entre ellas MadyGraf. De esta manera, se formalizó la propuesta que ya está en funcionamiento desde comienzos de 2015 para que los estudiantes de Taller II puedan realizar sus prácticas en una fábrica bajo gestión obrera.
Jorge Medina, miembro de la Comisión Interna de MadyGraf, se acercó a la facultad al salir de trabajar en la fábrica. Su jornada había comenzado bien temprano con el corte de la Panamericana en apoyo a los trabajadores de WorldColor, quienes también pusieron a producir la gráfica para enfrentar el cierre siguiendo el ejemplo de Donnelley.
¿Qué significa este acuerdo para ustedes?
JM: Para los trabajadores de MadyGraf es muy importante el acuerdo con la carrera de Trabajo Social de la UBA. Al momento de cerrar la fábrica ante la fuga de la patronal y la posterior puesta en producción por parte de los trabajadores, nos hemos encontrado con muchas dificultades, entre ellas la quita de la obra social por parte de nuestro sindicato, la Federación Gráfica Bonaerense, por lo cual los trabajadores y nuestras familias han quedado sin cobertura. Y una situación tan extrema ha desembocado en muchos problemas, no solamente de salud para chicos que estaban recibiendo un tratamiento y tuvieron que suspenderlo, sino también psicológicamente los trabajadores y las familias se ven afectados. Por eso, este centro de prácticas hecho en MadyGraf nos sirvió muchísimo para poder desarrollar un trabajo en conjunto entre los trabajadores, las profesionales y las estudiantes, en pos de hacerle frente a dichas dificultades. Se ha generado un vínculo muy importante, también con los hijos de los trabajadores que hoy tienen una contención que los ayuda a atravesar esta etapa
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¿En qué consiste la experiencia que están llevando adelante con los trabajadores?
CMM: En los primeros meses de este centro de prácticas, tanto las trabajadoras sociales como las estudiantes han hecho encuestas con los obreros a partir de las cuales se trabajaron los cambios que se produjeron una vez que Donnelley declaró la quiebra y se conformó MadyGraf (tras luchar para que se apruebe rápidamente la creación de la cooperativa) como así también han ayudado a abordar diferentes cuestiones, acompañando la relación con los colegios de los hijos de los trabajadores, ayudando a difundir la lucha que están dando en la fábrica, participando en las diferentes actividades y jornadas de lucha y difundiendo el conflicto dentro del barrio. La idea también es a partir de los próximos días poder compartir con las compañeras de la Comisión de Mujeres diferentes temas y problemáticas de cara al próximo Encuentro Nacional de Mujeres, donde las compañeras tienen mucho para contar. En MadyGraf vienen dando pasos importantes en problematizar las relaciones de género, poniendo en pie la juegoteca para que el cuidado de los niños no recaiga solamente en las familias y promoviendo el ingreso de mujeres a trabajar en la fábrica.
¿Existen ya otras iniciativas similares?
JM: Junto con las estudiantes de Trabajo Social, hubo otros, tanto de la UBA como de la Universidad Nacional de Luján, que con los conocimientos de sus carreras nos ayudaron a salir adelante con la gestión de la fábrica, y muchas veces nos invitaron a dar charlas en la facultad, donde nos hicieron sentir que no tenía que ser un espacio ajeno, sino que nosotros también teníamos algo para decir. Por otro lado, para nosotros este vínculo con la universidad pública y los estudiantes es un apoyo importante en el marco de la pelea que estamos dando por la expropiación y estatización de la fábrica.
¿Qué balance hacen ustedes de esta experiencia y cómo piensan continuarla?
CMM: Cuando presentamos este centro de prácticas en MadyGraf lo hicimos como continuidad de la batalla que damos desde la Juventud del PTS por establecer lazos de solidaridad entre el movimiento estudiantil y los trabajadores. Frente a tantos centros de prácticas donde el rol profesional se limita a reproducir el asistencialismo, sin cuestionar las relaciones sociales, nosotros planteamos que queremos aportar con nuestros conocimientos a fortalecer la organización de los trabajadores. Ellos mostraron una alternativa frente al desamparo en el que pretendía dejarlos la patronal buitre de Donnelley, pero queremos colaborar en difundir su experiencia.