Emiliano Trodler Economista
Miércoles 24 de diciembre de 2014

En conferencia de prensa, los ministros de Economía, Axel Kicillof, y de Planificación Federal, Julio De Vido, detallaron los alcances del acuerdo que se firmó con las provincias petroleras que integran la Ofephi, empresas productoras, estaciones de servicios y gremios del sector.
La reducción del precio de las naftas y el gasoil, a partir del 1 de enero, irá acompañada de una reducción del Impuesto a las Transferencias de Combustibles (ITC), y un cambio en el régimen de retenciones a la exportación, que pasaran a ser móviles, al tiempo que se implementará un programa de estímulo a producción y exportación de petróleo. Además las compras de Camessa se harán a precios del año pasado.
De esta manera, el acuerdo establece una caída del precio de referencia del crudo Medanito que usan las refinadoras en el mercado interno, que pasará de los actuales U$ 84 a U$ 77, con un compromiso de las partes de reaccionar inmediatamente con aumentos en el precio del barril local ante una suba del crudo en el exterior, con el barril Brent (Europa) como referencia.
Tal como afirmó el Ministro de Economía, “el margen de ganancia de las estaciones de servicio y las refinerías, como últimos eslabones de la cadena de combustibles, no tendrán modificaciones en su margen de rentabilidad a raíz de la baja acordada”.
Del acuerdo también participó Guillermo Pereyra, titular del Sindicato de Petróleo y Gas Privado de Río Negro, Neuquén y La Pampa, quien se comprometió a garantizar la “paz social”, es decir, oponerse a cualquier lucha obrera independiente para “garantizar las fuentes de trabajo”. El mismo argumento que utilizó el SMATA de Pignanelli para atacar a los trabajadores que luchaban contra las suspensiones y despidos en la industria automotriz.
Aunque el Ministro De Vido intentó presentar la medida como "una ventaja económica al usuario con sostenimiento de la actividad" aclarando que "la instrucción de la Presidenta (Cristina Fernández de Kirchner) fue que ante un escenario de baja del precio internacional se tomara una medida para reflejarlo en el usuario, darle una ventaja económica pero con sostenimiento de la actividad, que no se pierda un solo puesto de trabajo".
Por su parte, el presidente de la Federación de Entidades del Combustible bonaerense (Fecoba),Luis Malchiodi, aseguró que la baja en los precios podría durar sólo un mes, dado que para febrero el petróleo volverá a subir. “Es difícil que quede en estos valores bajos, en un mes se reacomodará el precio del petróleo”, dijo el empresario.
Luego de un aumento del 60% de los precios internos durante el año, el anuncio de una reducción del 5% en el precio de los combustibles en el marco de la caída de los precios internacionales, es más bien un acuerdo de protección a las ganancias empresarias del sector.
Con una abrupta caída del 40% a nivel internacional en los últimos meses, el barril de petróleo se ubica entre los U$ 55 y U$ 60 por barril en el mundo. Con el acuerdo firmado, el precio del crudo se ubicará en el mercado local cerca de los U$ 80 que Galuccio considera como un precio “de equilibrio” para YPF. Es decir, el gobierno presenta como un acuerdo para bajar el precio de los combustibles lo que en realidad es la fijación de un precio sostén, tanto para las compañías productoras como para las refinadoras, que plantearon que les es más conveniente importar a U$ 60 por barril que comprar en el mercado interno.
En definitiva, un acuerdo que busca “seducir al capital” para promover inversiones, protegiendo las abultadas ganancias de las multinacionales petroleras, y que va directa e indirectamente en detrimento del bolsillo popular y de los trabajadores petroleros.