El martes pasado falleció el adolescente qom de 14 años Oscar Sánchez por un grave cuadro de desnutrición, tuberculosis y meningitis. El joven pesaba solo 10 kilos. El gobernador Jorge Capitanich dijo que se trató de “una cuestión cultural” y reconoció que fue por una causa evitable.
Jueves 10 de septiembre de 2015
El miércoles nos conmovió la muerte por desnutrición de un joven qom de Chaco de 14 años, que solo pesaba 10 kilos. Hacía un año que Oscar Sánchez estaba enfermo. El Centro de Estudios e investigación social Nelson Mandela, denunció que Oscar había sido mal atendido en el puesto sanitario de Fortín Lavalle, paraje donde vivía, así como también en el hospital “Nestor Kirchner” de Villa Río Bermejito. En ese hospital fue atendido el miércoles pasado y pesaba 11 kilos. Por la gravedad fue derivado a la localidad de Castelli y de allí a la capital provincial. En el hospital Güemes, donde fue atendido inicialmente, refirieron que estaba gravemente enfermo de tuberculosis, con una severa desnutrición, meningitis y una aguda neumonía. Cual “crónica de una muerte anunciada”, Oscar ingresó con pocas chances de vida.
Especialistas del hospital donde fue atendido, informaron que el equipo sanitario que trabajaba en terreno en el Paraje Fortín Lavalle, había identificado al joven y lo visitaba en rondas sanitarias una vez a la semana: “se trataba de un paciente identificado por el sistema sanitario, controlado y monitoreado en forma permanente, que recibía tratamiento para sus enfermedades” informó Gabriel Lezcano, el director del hospital, y agregó que el joven sufría de una severa discapacidad, que le impedía absorber bien los alimentos. Sin embargo una tuberculosis y una desnutrición severa, no se generan de una semana a la otra, lo cual deja en evidencia que el control y monitoreo “permanente e ininterrumpido” no es tal, o por lo menos, falla bastante.
Tuberculosis, desnutrición y Mal de Chagas –que hacen estragos en las comunidades indígenas del impenetrable- son enfermedades vinculadas a la pobreza y la falta de atención socio sanitarias, es decir que son responsabilidad de los gobiernos.
Uno más
El caso nos suena conocido. Y es que no es el primer niño que muere de desnutrición este año. A principios de enero, resonó fuertemente la muerte de Néstor Femenía, un niño qom de 7 años, que también padecía tuberculosis causada por la desnutrición.
Por la muerte de Néstor Femenía, Jorge Capitanich, Juan Manzur (entonces ministro de Salud) y Alicia Kirchner (ministra de Desarrollo Social) fueron imputados por el Fiscal Di Lello en una causa por delito de “homicidio por comisión de omisión en concurso ideal con abandono de persona e incumplimiento de los deberes de funcionario público”. Página 12 lo titularía “Otra imputación insólita” e indicó que en la Jefatura de Gabinete afirmaron que era una nueva embestida del Poder Judicial contra el Ejecutivo Nacional.
El Centro Nelson Mandela denuncia por lo menos 6 muertes de niños menores de 15 años en Chaco en lo que va del año por falta de atención médica, o atención inadecuada y desnutrición.
Desde distintos sectores se acusa a los gobiernos provincial y nacional de ocultar las estadísticas de desnutrición. Esto se puso en evidencia cuando salió a la luz el certificado de defunción de Femenía, que indicaba que su muerte se debía a “enfermedad”. Es decir que la muerte de Néstor no fue computada como muerte por desnutrición. De esta manera, como denuncia Rolando Núñez, titular del Centro Mandela “se invisibilizan las cifras negras de la salud y las estadísticas oficiales no quedan dañadas por la realidad. Por ejemplo, si un niño muere por desnutrición, registran que murió por diarrea, cuando en realidad es solo el desencadenante del deceso”.
Cuestiones culturales
“Por supuesto que nos duele una muerte que se da por una cuestión cultural”. Estas fueron las palabras del gobernador de Chaco, Jorge “Coqui” Capitanich, frente a la muerte de Oscar. En un intento de autocrítica, mencionó que se trató de una muerte evitable y también intentó justificar a su gobierno diciendo “por eso sabemos lo que nos falta”.
No es la primera vez que nos indignamos con sus palabras. Cuando aún era jefe de Gabinete y ocurrió la muerte de Néstor Femenía, se refirió a la misma diciendo que se trató de “un hecho doloroso pero aislado”, ya que “la reducción de la mortalidad infantil en Chaco fue drástica”. En mayo de este año, la desnutrición de una beba wichi volvió a poner en debate la desnutrición en Chaco y reiteró que “solo sucede en parajes aislados”. Estamos entonces, frente al tercer “caso aislado” de desnutrición en esa provincia en lo que va del año.
El cinismo no termina ahí. A fines de julio, el candidato a presidente Daniel Scioli estuvo de campaña por Chaco y en un acto en Resistencia encabezado por Jorge Capitanich, se dirigió a los pueblos originarios de la región, afirmando “esta es la victoria de los pueblos originarios”. Enfatizando que “Chaco es la única provincia en la que sabemos que no hace falta cambiar nada” y mencionando la inauguración de un Barrio Toba, como parte de la “reparación histórica” que emprendió Néstor Kirchner.
El “impenetrable” mundo de estadísticas de Capitanich
Hace algunas semanas el INDEC oficial se despachaba con la llamativa cifra de desocupación 0 % en la provincia del Chaco. Según las estimaciones del organismo, no habría desocupados y habría pleno empleo.
El dato no deja de llamar la atención, ya que el noreste es la región con más pobreza de la Argentina y privada de las necesidades más elementales como la alimentación en la temprana edad, el acceso al agua potable, la vivienda y la tierra.
De esta manera, se pretende colocar como ocupados a quienes tratan de sobrevivir con planes sociales de asistencia muy por debajo de la canasta básica alimentaria, escondiendo las cifras reales. Según consultora Ecolatina en el Nordeste la pobreza afecta a 44% de los individuos, se elevó en 5,5 puntos porcentuales en un año; mientras que la indigencia es de 19%. En Chaco estos valores se acercan al 50% de la población. No se trata de un simple número estadístico, sino que detrás está la desnutrición de miles de niños, que se agravan en las comunidades originarias cada vez más expulsadas de sus territorios con el avance de la soja y las trasnacionales.
La contracara se expresa en la campaña electoral hacia las elecciones a gobernador (este 20/9), donde Domingo Peppo del FPV continuador de las políticas de Capitanich, lleva gastados más de 20 millones de pesos, extraídos del gasto público, según denuncia el Observatorio Chaco Futuro.
El agua es usada como discusión de campaña. Rolando Núñez denuncia que “es el 70% del territorio provincial el que no tiene la posibilidad de agua potable”, cuando en 2010 Capitanich junto a Cristina Fernández, presentando un majestuoso acueducto, prometía desde la planta potabilizadora de Barranqueras llevar el agua a todas las zonas en 36 meses. Hoy las obras que costaron la toma de un crédito de $1000 millones están paralizadas entre denuncias de sobrefacturación y coimas.
Hambre en el “granero del mundo”
A más de 10 años de gobiernos kirchneristas -muchos de ellos con un importante crecimiento económico- muchos niños siguen muriendo de hambre en el “granero del mundo”, donde se producen alimentos para 400 millones de personas.
Necesidades elementales como el agua potable están negadas para amplias franjas de la población del NEA, para las cuales también es un lujo la luz eléctrica.
Con cinismo, los que gobiernan este Estado Capitalista atribuyen estos terribles hechos a “causas culturales” o a lo que “todavía falta por hacer”, deslindándose de cualquier responsabilidad, cuando ya llevan 12 años en el poder, destruyendo recursos naturales, sometiendo y expulsando a los originarios de sus territorios, y reprimiendo y judicializando a quienes luchan y enfrentan este modelo.
Néstor y Oscar estarán presentes en las banderas, en cada lucha de las comunidades originarias, los trabajadores y el pueblo pobre contra la barbarie capitalista.