Fue la testigo número 1 en el Jucio a las Juntas del ’85. Luchó hasta sus últimos días por la aparición de López. Denunció prontamente a la Bonaerense y el encubrimiento estatal.
Martin Espinoza @martinespi05
Lunes 18 de septiembre de 2017 10:37
Adriana Calvo tuvo esa claridad propia de quienes sobrevivieron a los campos de exterminio de la dictadura, no callaron y aportaron su testimonio fundamental para desnudar el plan genocida. Se templó en la dura lucha de aquellos años donde el terrorismo de Estado cambió sus vidas. Adriana murió en diciembre de 2010. Fue una de las principales impulsoras del Encuentro Memoria, Verdad y Justicia y del Colectivo Justicia Ya, junto a otro incansable luchador de la Asociación ex Detenidos Desaparecidos (AEDD) como fue Enrique “Cachito” Fukman.
Adriana militó en los ‘70 en el gremio de los docentes de la Facultad de Ciencias Exactas de la Universidad Nacional de La Plata, por lo que fue secuestrada y torturada embarazada en 1977 por La Bonaerense de Camps y Etchecolatz. Fue la primera sobreviviente que declaró en el Juicio a las Juntas en 1985. Además, participó de la fundación de la Asociación Gremial Docente (AGD) de la Universidad de Buenos Aires y la Asociación de ex Detenidos Desaparecidos.
Julio López
"La verdad es que esta ha sido una semana agitada realmente. Empezamos con el alegato el día lunes, el martes la sentencia, el mismo lunes la desaparición de López y desde el mismo mediodía del lunes yo denuncié por radio: esto es un secuestro a manos de la Bonaerense”.
Esta era la denuncia implacable que Adriana Calvo hacía en una entrevista realizada cinco días después de la desaparición de Julio en el programa radial Pateando el Tablero emitido por Radio Splendid.
Desde ese lunes 18 de septiembre de 2006 en el que López nunca llegó al alegato, Adriana Calvo no bajó sus brazos para denunciar su desaparición y señalar claramente a los responsables. Adriana contó que "en el primer intervalo del alegato, uno de los abogados se levantó y fue con Nilda Eloy a presentar un habeas corpus por Julio". Y agregaba en forma contundente: "esto te muestra con claridad cuál era nuestra hipótesis desde el primer día.
Lamentablemente a medida que pasaron las horas se fue confirmando y ya no queda prácticamente otra posibilidad. Ojalá que me equivoque. No obstante, festejaremos nuestro error, si Julio está perdido o está, como dijo el ministro (Aníbal) Fernández, en la casa de su tía".
Pero Adriana Calvo no se equivocó. Las palabras del entonces Ministro del Interior del gobierno de Néstor Kirchner, pasaron al podio de las frases célebres de la historia política argentina, pero por su nivel de cinismo y de burla hacia las organizaciones de derechos humanos que mantuvieron una postura independiente y no bajaron las banderas de lucha contra la impunidad.
Myriam Bregman: "jamás darse por vencida"
Quien fuera una de las abogadas de Julio López, Myriam Bregman, cuenta que ante su desaparición “se conjugó la fuerza, el ímpetu que teníamos las abogadas más jóvenes de Julio con la experiencia de los ex detenidos desaparecidos y también los abogados con más experiencia. Eso logró, no solo rápidamente llegar a la conclusión de que lo de Julio era un secuestro por toda la experiencia que tenían estos compañeros; sino también emprender junto a nuestras organizaciones donde el PTS, mi partido, estuvo a la cabeza en todo el país para seguir a reclamando por Julio y también para que sea un freno para futuros ataques, para que los genocidas no vieran que el mensaje de impunidad y distracción que se daba desde el Estado en la búsqueda de Julio López, podía llegar a la sociedad. Creo que en eso generamos los anticuerpos necesarios. Y Adriana Calvo dijo una frase que nunca me olvidaré. Dijo que la causa de Julio López es un monumento a la impunidad, porque la justicia hizo todo tarde y mal. Y hacer las cosas tarde no es un problema burocrático. Hacer las cosas tardes significa que estás encubriendo a los secuestradores. Nada más ni nada menos".
Con respecto a la ex presidenta de la Asociación ex Detenidos Desaparecidos, Bregman señala que “se podían tener montones de diferencias con Adriana Calvo, pero jamás no respetarla. Yo tenía un enorme cariño por ella y pasábamos muchísimas horas juntas. Cada minuto con Adriana se aprendía. Y lo principal que se aprendía era a no decir jamás ’no se puede’. Para Adriana Calvo esa respuesta no existía. Siempre, siempre, siempre insistía y peleaba hasta conseguir la manera de lograr lo que necesitábamos. Y esa característica fue la que la llevó con tanta convicción a seguir peleando por años. Adriana fue la testigo número uno del Juicio a las Juntas. Un juicio que fue abortado por las leyes de Obediencia Debida y Punto Final y los Indultos. Pero con esa tenacidad que tenía Adriana supo pelear hasta el último de sus días y jamás, jamás darse por vencida. Esa fue una de las grandes cosas que aprendí de Adriana. Que el ’no se puede’ no existe".
Hoy volvemos a reclamar el castigo a los responsables y denunciar la impunidad y el encubrimiento del Estado en la desaparición de Julio López, junto a la exigencia de la aparición con vida de Santiago Maldonado.
El gran ejemplo de Adriana Calvo fue no bajar los brazos. En su declaración en el Juicio a las Juntas, el día que dio a luz en cautiverio a su hija, prometió luchar por el resto de sus días “para que se hiciera justicia”. Y así fue.
Adriana Calvo, ¡ presente !