Gerardo de 63 años era un anciano que en días pasados se suicidó dentro de su casa, el motivo fue el vaciado de la cuenta de ahorros de Banco Azteca perteneciente, según carta.
Jueves 25 de febrero de 2021
El señor era cliente de Banco Azteca Huehuetoca, ubicado en el Estado de México, había guardado ahí los ahorros de toda su vida hasta que un día se percató de que estaba vacía, hecho que señaló en una carta que dejó.
El escrito señala que, gracias a eso, no tiene dinero para comer, ni para medicinas, ni para las necesidades más básicas; además, también denuncia que el gobierno le quitó la ayuda económica, el seguro popular y tampoco puede trabajar debido a la pandemia. Es decir, no cuenta con ningún tipo de ayuda para subsistir, pues tampoco tiene familia.
No es la primera vez que alguien denuncia este tipo de abusos por parte de Banco Azteca, hace unos meses, una madre de familia exigió que se le devolviera, a sus hijos, el dinero que estaba guardado en sus cuentas para menores de edad y donde se registraron cobros injustos.
No es de sorprenderse de un banco a cargo de un empresario que, en medio de la pandemia, lucra con la necesidad de miles y millones de estudiantes que tiene que endeudarse para poder adquirir una laptop y así sobrellevar las clases en línea o para cubrir gastos funerarios por muertes de COVID-19.
La facilidad que dan Banco Azteca y Elektra para adquirir créditos es enorme, pero eso va a cambio de una tasa de intereses del 137 %, es decir, tú deuda aumenta más del doble de lo que cuesta originalmente el producto.
En La Izquierda Diario, hemos denunciado desde el inicio de la pandemia las cosas que han hecho en Grupo Salinas. Y es que Elektra, de la mano de Banco Azteca, ha seguido con sus ventas durante toda la pandemia, a pesar de las declaraciones de Salinas Pliego y el gobierno. Así, también han seguido cobrando sus excesivos créditos, a pesar de que la gente se ha quedado sin trabajos o se les ha reducido el sueldo.
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A esto se le suma las condiciones en las que se mantienen las personas que trabajan para alguna empresa de Grupo Salinas, pues, a un año de que empezara la crisis de COVID-19, no se han suspendido las actividades que no son de primera necesidad y se ponen en riesgo la vida de las y los trabajadores, como lo demostró la muerte de Huvy Juárez por Coronavirus, extrabajador de un Call center al servicio de Elektra y estudiante de la UACM.
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Además de tener un sueldo muy por debajo de la canasta básica y no tener plenos derechos laborales, los empleados tienen que arriesgarse día con día al virus que hace temblar a todo el planeta, sin que le importen sus vidas a Grupo Salinas, que también se libró de hacerle pruebas de COVID-19 cada 15 días a quienes trabajen en sus empresas.
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Todo esto es muestra de que nuestras vidas les importan poco a los bancos y empresarios como Ricardo Salinas Pliego, quien se burla de quienes tienen poco y se regocija por regalar dinero por Twitter y da a notar que, comparado con el caso de Gerardo, no todos la pasamos igual en la pandemia en un sistema donde los trabajos no pagan lo suficiente para cubrir la canasta básica.
Porque nuestras vidas valen más que sus ganancias, es necesario que luchemos para que casos como los de Gerardo no se sigan reproduciendo, conquistando pensiones dignas a todas las personas mayores de tercera edad de la mano de acabar con la subcontratación y prohibir los despidos, los recortes salariales y el trabajo precario, para que todos tengamos plenos derechos laborales y un salario mínimo acorde a la canasta básica.