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Red Internacional
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RETUVIERON COMISIÓN INTERNA. Aeronáuticos: abrazos fuertes que no se rompen más

El viernes 12 trabajadores y trabajadoras de la Lista Bordó Aeroparque tuvieron su festejo después de una gran campaña por la cual retuvieron la comisión interna de Falcon S.A.

Domingo 14 de agosto de 2016 23:42

Eran las 12 del mediodía. El sol brillaba y las familias obreras iban llegando al club obrero del PTS en Monte Grande. El entusiasmo y la felicidad en sus rostros transmitían una alegría de ojos grandes, los abrazos fuertes de esos que hacen ruido, que sellan esa unión que no se rompe más, creando un clima de fraternidad y solidaridad obrera. Charlaban sintiendo ese espíritu de haber vivido lo mismo, algunos sin ni siquiera conocerse, pero siendo cómplices de la victoria con sonrisas que dan ánimo para seguir luchando entre todos. Mientras los chicos jugaban, otros bailaban y se servía la mesa para comer. Los trabajadores contaban anécdotas, se aplaudía al asador, se brindaba por la unión y la fuerza de los trabajadores, por el pase a planta permanente, por los derechos de las compañeras mujeres, por la reincorporación de los despedidos. También porque trabajadores de GPS, Aerolíneas Argentinas, Intercargo, Lan [Latam] y Redguard estaban allí con ellos, abrazando ese triunfo de todos los trabajadores y escuchando atentamente la experiencia vivida por estos luchadores de la Bordó.

Después de los aplausos para el asador y los cánticos de "Vamo’ la Bordó" los delegados de los trabajadores hablaron diciendo que ese triunfo es todos y que hay que seguir unificando la agrupación, construyendo la unión entre Ezeiza y Aeroparque, organizándose contra la burocracia que avala los ajustes y los tarifazos que sufren día a día. Que es necesario fortalecer la Comisión de Mujeres como una de las primeras medidas; también se hizo mención del caso de Belén, joven tucumana condenada a prisión por sufrir un aborto espontáneo. Especificaron que hay mucho camino por recorrer y derechos por conquistar, y que juntos es posible lograrlo.

Luego apareció una pelota y la destreza de los jugadores fue haciendo que todo fueran carcajadas y buena onda; otros recorrían el club, sintiéndose muy cómodos. Ya para la tardecita y primeras horas de la noche los trabajadores empezaron a ordenar las mesas y sillas, dejando todo ordenado... como si fuese su casa.